La Junta de Andalucía ha decidido permitir que los hoteles llenen sus piscinas este verano y, a cambio, prohibirá que lo hagan los particulares y los bloques de viviendas. Es decir, cualquier comunidad vecinos que resida junto a un establecimiento hotelero tendrá que conformarse con escuchar chapotear a los turistas, porque ellos no podrán hacerlo. La medida ha sido tomada esta semana tras la reunión de la Comisión para la Gestión de la Sequía de las demarcaciones hidrográficas de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas (Málaga) y la de Guadalete-Barbate. Afecta al Campo de Gibraltar, el levante de Almería y toda la provincia malagueña, donde hay cerca de 80.000 piscinas al aire libre. El turismo de la Costa del Sol, el principal beneficiado, respira con alivio.
A pesar de las lluvias de los últimos días, que han servido para aumentar levemente las reservas de los embalses andaluces, la sequía es hoy día la principal preocupación del potente sector turístico. La Costa del Sol vivió en 2023 su mejor año histórico con más de 14 millones de visitantes y 19.000 millones de euros de ingresos, cifras que aspira a superar mientras mira de reojo las restricciones que afectan a todos los municipios del litoral malagueño y las 200.000 personas que sufren cortes nocturnos, muchos desde el verano pasado, sobre todo en la comarca de la Axarquía. El sector, eso sí, mantiene el optimismo y el presidente la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), José Luque, ya auguró hace semanas que el verano “será de normalidad”. A cambio, el propio presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, avisó de que las grandes ciudades de la comunidad vivirían restricciones si no llovía 30 días consecutivos, lo que no ha ocurrido.
El uso de agua para las instalaciones hoteleras —donde el consumo por persona es mucho mayor que el de un residente local— estaba en el aire, pero ahora la administración andaluza se ha encargado de borrar cualquier duda. Así, para “aclarar las nuevas posibilidades que establece el IV Decreto de Sequía” la consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural informó este jueves de que “se ha acordado por unanimidad permitir el llenado de piscinas públicas municipales, clubes deportivos o sociales, aquellas que se destinan a fines terapéuticos en centros sanitarios y las de alojamientos turísticos que figuren en el registro oficial de la Junta de Andalucía”. Sin embargo, prohíbe el llenado de las particulares y comunidades de vecinos.
Hasta ahora, muchas de ellas vivían una contradicción porque los municipios prohibían en sus bandos llenar las piscinas, mientras que la Junta lo permitía. “Las medidas permitirán a las comunidades de propietarios adoptar decisiones con seguridad jurídica”, han celebrado desde el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla, que lleva semanas reclamando que se solucionara la situación. Y, también, viendo como el precio de las cubas de agua se multiplica por dos o por tres ante la enorme demanda para rellenar las piscinas.
La medida en Andalucía es diferente a la que prevé tomar Cataluña, que hace semanas anunció que prohibirá a hoteles y campings llenar las piscinas cuando se declare la emergencia por sequía. Durante una visita a Sevilla, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado que “cada administración tiene que asumir su responsabilidad” en la sequía. “Estamos en un contexto donde, a pesar de que las últimas lluvias han supuesto una mejora en algunas cuencas hidrográficas, tenemos una situación evidente de preocupación por la disponibilidad del agua de potable y de riego”, ha dicho. “La Generalitat de Cataluña y la Junta de Andalucía tienen que tomar las medidas que consideren más adecuadas y eficaces para la conservación del agua”, ha insistido, según recoge Europa Press.
A principios de febrero la Junta de Andalucía limitó el consumo de agua a 160 litros por diario y habitante en toda la provincia de Málaga. La decisión se tomó ante la preocupante situación de los embalses de la provincia, que entonces se encontraban al 15,6% de su capacidad, con La Viñuela —el más grande del territorio malagueño— apenas al 7,5% del agua embalsada. Desde entonces, las últimas lluvias han permitido mejorar mínimamente los datos, que han pasado al 18,1% de media para todos los pantanos y al 9,7% para La Viñuela.
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