El president en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, ha ofrecido una comparecencia este martes tras la que, según ha dicho él mismo, ha sido la última reunión del Govern que preside. Aragonès ha hablado durante media hora, mientras en el Parlament Josep Rull celebraba la ronda de consultas con todos los grupos políticos de cara a perfilar el debate de investidura de Salvador Illa que se celebrará el próximo jueves a las 10.00 de la mañana. “Me gustaría destacar que dejamos una Cataluña mejor que como la encontramos”, ha defendido Aragonès, y ha desgranado que el conflicto político entre la comunidad que aún preside y España “está encauzado”. Ha esgrimido la importancia de la ley de amnistía y de los indultos, que su partido, ERC, contribuyó a encarrilar en sendos procesos de negociación con el Gobierno del PSOE. “Se ha dejado atrás la represión”, ha considerado.
Ahora, el apoyo de Esquerra Republicana es clave para que Salvador Illa suceda a Aragonès en el despacho de mando de la Generalitat y el president en funciones ha reivindicado el acuerdo alcanzado por la dirección de su partido con el PSC: “Es el salto adelante más importante del autogobierno, desde la restauración de la Generalitat en 1977″. Ha puesto énfasis en el acuerdo sobre “la soberanía fiscal”, que implica una propuesta de financiación singular para Cataluña, y abre la puerta a que la Generalitat pueda recaudar todos los impuestos que se generan en su territorio.
El jefe del Ejecutivo ha dicho además que “solo el tiempo dirá” si el hecho de que Cataluña vuelva a contar con un Govern socialista, tras tener presidentes independentistas desde 2011, representa o no “un cambio de época” y no solo de legislatura. El dirigente de ERC ha defendido que su Ejecutivo ha conseguido “revertir los recortes” de CiU y que deja como legado el crecimiento de un 30% del presupuesto y la mayor tasa de catalanes con trabajo, la gratuidad del Infantil 2 y el aumento de la plantilla de los Mossos.
Aragonès ha revelado que hace semanas que no habla con Carles Puigdemont, lo mismo ha apuntado de sus relaciones con Salvador Illa, pero considera que el anuncio del expresident sobre su retorno a Cataluña coincidiendo con la investidura de Illa es un asunto personal: “yo no pienso interferir en su decisión”, ha dicho. Regresando, Puigdemont se arriesga a ser detenido, porque sigue pesando una orden de arresto sobre él. Aragonès solo ha manifestado su deseo de que Puigdemont pueda “regresar en libertad”, pero ha advertido de que es el Tribunal Supremo “quien toma las decisiones”. El president en funciones tampoco se ha pronunciado sobre si debería aplazarse el pleno de investidura en caso de que Puigdemont sea detenido. “Me he focalizado en garantizar un buen traspaso de poder en la presidencia de la Generalitat. En estos días mi función principal es garantizar la continuidad institucional”, ha asegurado.
En su discurso de despedida, Aragonès no se ha pronunciado sobre qué futuro le espera a largo plazo, tras señalar el pasado 12 de mayo que abandonará ahora la primera línea política: “Déjenme descansar un poco”, ha ironizado.
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