La Guardia Civil de Cáceres ha localizado este viernes el cuerpo sin vida de un hombre muy cerca del municipio de Hinojal, un pueblo de poco más de 400 vecinos donde desapareció en enero Vicente Jiménez, de 79 años, al que todos llaman Tete. La operación, desarrollada por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Cáceres, ha conseguido obtener datos e información en las últimas horas que han conducido a la localización del cuerpo. Primero, fuentes de la Delegación de Gobierno han explicado que el hallazgo “puede estar directamente relacionado” con la desaparición del vecino. Poco después, fuentes de la investigación han asegurado que alguacil del pueblo, José María Lindo, que fue detenido el día anterior, ha confesado que mató a Vicente.
La noticia se produce 24 horas después de la detención de Lindo, de 55 años, que lleva 32 como funcionario en el Ayuntamiento de Hinojal. Según fuentes de la investigación, Lindo ha admitido en las últimas horas que mató a Tete. Las mismas fuentes apuntan a que el detenido se encontraba el jueves “tranquilo” en los calabozos de la Comandancia de Cáceres. Fue detenido por las “contradicciones” en los testimonios que prestó a los agentes.
Las mismas fuentes apuntan a que el alguacil había llevado a Tete en su coche durante los últimos meses, sobre todo a Cáceres, para hacer sus recados. “En la capital cacereña”, apunta el diario Hoy Extremadura, “iba habitualmente al centro comercial Ruta de la Plata y a algún bar. Según contó su sobrino, también aprovechaba para echar la quiniela y regresaba en el mismo autobús o con alguien del pueblo porque él no tiene carné de conducir”. Según El Periódico de Extremadura, Lindo participó en la búsqueda de Tete en el pueblo y aseguró ante la Guardia Civil que el vecino desaparecido le daba “mucho dinero por llevarle a los toros”. Es más, según publica este diario, el detenido había llegado a especular sobre los motivos de su desaparición con algún vecino:
―Se ha ido en el autobús de línea y le han hecho algo porque siempre llevaba mucho dinero en la cartera.
“Es un momento muy duro para el pueblo”, contaba el jueves por teléfono la alcaldesa, Blanca Vivas. “Porque si era dura la desaparición de Vicente, esto lo es más aún”. Según fuentes de la Delegación del Gobierno en Extremadura, el detenido permanecerá en dependencias de la Guardia Civil durante todo el fin de semana. El cuerpo hallado sin vida en las inmediaciones de Hinojal está ahora mismo en el Instituto de Medicina Legal de Cáceres, donde se le practicará la autopsia.
La Guardia Civil extremeña lleva un mes con un caso que ha puesto patas arriba a este pueblo de poco más de 400 vecinos —a 25 minutos en coche de Cáceres―, sobre todo, por lo que rodea a Tete, al que le tocó la lotería con cerca de 300.000 euros hace ocho años en una Bonoloto. La hipótesis sobre que este sea el motivo de su desaparición está sobre la mesa, pero tampoco es la única, según fuentes de la Delegación del Gobierno.
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Esta es la principal hipótesis de la familia, que en declaraciones al diario Hoy nueve días después de su desaparición, advirtió de la cuantía económica de la que disponía. “Creemos que se lo han llevado por dinero”, explicaron su hermana y su sobrino. Hasta Hinojal se desplazó también otra hermana de Madrid, que ahora mismo prefiere no hacer declaraciones. La operación de la Guardia Civil del jueves se centró también en el registro de las viviendas de los hermanos de Tete en el pueblo y en sus propiedades. El detenido, según cuenta la alcaldesa, está casado y tiene un hijo que estudia en la universidad. “Estoy conmocionada. No me puedo creer que tenga algo que ver con la desaparición”.
La alcaldesa define a Tete como una persona muy ordenada y de costumbres fijas. Cuando entraron en su casa, tras la denuncia de su desaparición, la cama estaba sin hacer, junto a su móvil, y las dos puertas del corral abiertas. “Mi abuela y su madre son primas hermanas”, dice la alcaldesa. “Él no trabajaba, se dedicaba a hacer peonadas. Luego, cuando se jubiló, fue cuando le tocó la lotería”. Cuenta que Tete, precisamente, alardeaba de esa suerte con los vecinos. “Aquí decíamos ‘qué suerte tiene Vicente”. Algunos, eso sí, le avisaban de que debía tener cuidado con decirlo en voz alta, pero nadie le había robado nunca. “El pueblo piensa que tiene que ver con la gente de fuera. Igual porque iba mucho a Cáceres”.
El jueves no se hablaba de otra cosa en las casas. “No sabemos si Jose Mari [el alguacil] es sospechoso o no, porque no se puede juzgar sin saber. Esto es un pueblo pequeño de 400 vecinos. Es el tema de conversación de todos”.