Dos agentes del Equipo de Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil han declarado este miércoles en el juicio con jurado popular que celebra la Audiencia de Sevilla contra Germán C.V., el joven acusado de asesinar de un disparo a su novia menor de edad supuestamente embarazada en la localidad de El Rubio en febrero de 2023; que el encartado, que ha reconocido el crimen alegando que fue un «arrebato» como consecuencia de que él estaba «todo el día tomando drogas y bebiendo alcohol»; «pudo seguir una planificación« previa para cometer los hechos.
«En un arrebato cogí la escopeta y le pegué un tiro. No sé qué se me pasó por la cabeza. Sabía lo que estaba haciendo, pero no sabía dónde estaba. Estoy dispuesto a pagar lo que he hecho«, manifestaba el acusado, asegurando que está »muy arrepentido« y pidiendo expresamente »perdón« a la familia de la víctima, Elia, de 17 años de edad al momento de fallecer a cuenta de dicho disparo efectuado por el encartado.
Los agentes han explicado que fruto de sus pesquisas, quedó de relieve que Germán C.V. tenía «totalmente sometida y dominada» a su pareja, ejerciendo pleno «control» sobre ella y degradándola, aprovechando la «total dependencia emocional» de la víctima, que antes de los hechos había tenido «dos abortos» y que vivía en una familia «desestructurada y de precaria situación económica». Destacando esta «dominación absoluta» del acusado sobre la víctima, estos agentes han señalado la «evolución» de sus actos sobre su pareja, mencionando así su «control» de la misma, las diversas lesiones y «palizas» sobre ella, las amenazas de muerte y finalmente el asesinato.
Pudo probar el arma antes del asesinato
Del mismo modo, han explicado que en las actuaciones figura un vídeo grabado aproximadamente una hora antes del asesinato, con imágenes del acusado disparando la escopeta usada para el crimen, ante lo cual han considerado que «no es descartable» que Germán C.V. probase el arma precisamente para cerciorarse de que funcionaba en caso de optar usarla contra la víctima, a la que disparó «a bocajarro». En ese sentido, estos investigadores han considerado que el acusado, que defiende que actuó presa de un «arrebato», «pudo seguir una planificación« para cometer el crimen, sobre todo porque tenía a la víctima «atemorizada y sumisa, en evidente situación de vulnerabilidad e inferioridad».
Según el escrito inicial de acusación de la Fiscalía, el acusado, de 21 años en el momento de los hechos, tenía una relación sentimental con la fallecida, de 17 años de edad, y fruto de esa relación esta se encontraba embarazada«, si bien durante el interrogatorio ninguna de las partes le preguntó por tal extremo; marco en el que el inculpado »golpeaba e insultaba« a su pareja »con habitualidad, ostentando frente a ella una posición de dominación«; reconociendo él tales comportamientos. En concreto, el acusado manifestaba que como consecuencia de su consumo de alcohol y drogas, tenía constantes «discusiones» con su pareja. «Era por mi culpa. Yo lo veía todo malamente. La insultaba y la maltrataba y al día siguiente me arrepentía de lo que había hecho y le pedía perdón, pero yo no cambiaba», narraba. En este sentido, la Fiscalía alude a unos hechos ocurridos el día 11 de enero de 2023, cuando, «con intención de hacerle daño«, el acusado «habría golpeado» a la víctima en la cabeza y en la cara, dejándole hematomas en los ojos, mientras que, el día 15 de enero de 2023, le habría dicho «como te pegue un guantazo vas a escupir los dientes».
«En el seno de la discusión», el acusado «habría cogido una escopeta, se habría posicionado sobre» su pareja, que estaba reclinada en el sofá, habría puesto el cañón de la escopeta a menos de cinco centímetros« de su cabeza y, »con intención de acabar con su vida, habría disparado«, causando de este modo la muerte de la joven, señala la Fiscalía, admitiendo el encartado tales hechos. »Llevaba tomando (drogas y alcohol) todos los días. Estaba fatal y muy agobiado«, decía el acusado antes de asegurar que al no permitirle su pareja dejar la parcela para ir a por más drogas, tuvo un «arrebato» y le disparó «un tiro con la escopeta« que poseía pese a carecer de licencia de armas, desde una posición en la que ella no tenía »ninguna posibilidad de defensa«, como él mismo ha reconocido.
El fiscal, que considera que Germán C.V. asesinó «a sangre fría a su pareja», reclama para él por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género, 25 años de prisión y los mismos años de prohibición de acercarse a familiares y allegados de la víctima o de comunicarse con ellos, mientras que también solicita un año de cárcel por un delito de malos tratos habituales en el ámbito de la violencia de género; un año de prisión por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género; cuatro años de cárcel por dos delitos de amenazas graves con las citadas agravantes; tres años de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas y, por un delito de aborto con las agravantes ya mencionadas, ocho años más de cárcel; o sea un total de 42 años de privación de libertad.
La acusación particular que ejerce la madre de la víctima, de su lado, reclama la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato, dos años más de cárcel por el delito de aborto, otros dos años más de prisión por los malos tratos habituales en el ámbito de la violencia de género, un año de prisión adicional por el delito de lesiones, cinco años más por las amenazas y tres años más de privación de libertad por el delito de tenencia ilícita de armas.