Fernando Grande-Marlaska, de nuevo en el ojo del huracán. Miles de policías nacionales y guardias civiles han recorrido este sábado algunas de las principales calles del centro de Madrid para pedir la dimisión del ministro del Interior en una protesta que ha contado con la participación de diputados de PP y Vox. La manifestación ―que ha reunido a 12.000 personas según la Delegación del Gobierno de Madrid y entre 25.000 y 40.000 según los convocantes― se produce semanas después de que el Congreso de los Diputados y el Senado aprobaran sendas mociones presentadas por los populares y apoyadas por la formación de Santiago Abascal en las que se pedía el cese del ministro al considerarlo responsable de la muerte de dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) el pasado 9 de febrero. Este sábado, la consigna más coreada por los manifestantes ha sido de hecho “Marlaska, dimisión”, acompañada precisamente de numerosas alusiones a la muerte de los dos agentes arrollados por una narcolancha. A la hora en que se iniciaba la protesta, el ministro inauguraba en otro punto de la capital la exposición 200 años de historia de la Policía española.
La protesta de este sábado es continuación de las concentraciones que, el pasado 16 de febrero, convocó la misma plataforma de asociaciones policiales ante las delegaciones de toda España. Ahora, como entonces, las reivindicaciones iniciales giraban en torno a cuestiones económicas, como la mejora de los salarios de los agentes, una medida que el Gobierno rechaza al considerar que un acuerdo firmado con los sindicatos en 2018 se ha traducido desde entonces en una incremento de sus retribuciones superior al 35% para ellos. Junto a esta reclamación también han tenido un destacado protagonismo los sucesos de Barbate y, con ello, la demanda de que la profesión policial sea considerada de “riesgo”, una medida que repercutiría en mejoras en sus condiciones de jubilación.
El pasado febrero, la comisión de Interior del Congreso aprobó una Proposición No de Ley (PNL, iniciativa parlamentaria con la se pretende que la Cámara exprese su posición sobre una cuestión concreta, pero que no tiene carácter vinculante para el Gobierno) del PP en este sentido. Desde Interior han insistido en las últimas semanas que dicha medida ya está en estudio. En segundo plano han quedado esta vez las críticas a cuestiones políticas, como la ley de amnistía, sobre la que solo se han escuchado esporádicamente algunas consignas contra el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont para reclamar su ingreso en prisión.
Tanto hace un mes como este sábado, las protestas han sido arropadas por PP y Vox, partidos que siempre han considerado a las fuerzas de seguridad y sus familias un importante caladero de votos. Sin embargo, en febrero, a la protesta de Madrid acudió la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, y otros destacados dirigentes de su partido como Borja Sémper y Esteban González Pons. En esta ocasión, los asistentes eran un grupo de diputados encabezados por la portavoz en la Comisión de Interior del Congreso, Ana Belén Vázquez, que ha hecho buena parte del recorrido portando la pancarta de la cabecera con el lema “Mismo trabajo, misma jubilación”.
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Vox, tanto entonces como este sábado, ha estado representado por el diputado y vocal del Comité Ejecutivo Nacional del partido, Javier Ortega Smith. Su presencia ha causado malestar entre algunos manifestantes, que no olvidan el incidente que este provocó en una de las concentraciones contra la ley de amnistía en la calle de Ferraz. Entonces, el dirigente del partido ultra y portavoz del Ayuntamiento de Madrid, escoltado por varias cámaras de televisión, se dirigió al jefe del operativo policial para advertirle de que estaba allí para que la policía “no se extralimite en sus funciones”. Aquellas palabras provocaron una lluvia de críticas de los sindicatos policiales al considerar estos que estaba presionando a los agentes.
Los 12.000 asistentes de este sábado suponen una reactivación de las protestas de los policías contra el Gobierno, aunque aún está lejos del éxito de convocatoria que supuso la celebrada el 21 de noviembre de 2021, que consiguió reunir a 20.000 personas (los convocantes dispararon esta cifra a las 150.000) en el centro de Madrid. En aquella ocasión el motivo de la protesta no fue laboral, sino político: mostrar el rechazo de los agentes a la reforma de la ley de seguridad ciudadana (la conocida como ley mordaza) que entonces negociaban los partidos del gobierno con sus socios parlamentarios y que finalmente se frustró. A aquella protesta acudieron los entonces líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado e Inés Arrimadas, respectivamente, y el presidente de Vox, Santiago Abascal.
Desde entonces, las manifestaciones policiales se han seguido celebrando, aunque con asistencias significativamente menores y con una representación política menos destacada e, incluso, nula en alguna ocasión. En noviembre de 2022, una movilización en Madrid para mejorar las condiciones laborales de policías y guardias civiles, que terminó con críticas a la reforma del delito de sedición, congregó tan solo a 6.000 personas según la delegación del Gobierno y 20.000 según los organizadores. En marzo de 2023, y de nuevo contra la reforma de la ley mordaza, los sindicatos reunieron a 4.000 (”más de 30.000″, según las organizaciones policiales). Dos meses después, en mayo del año pasado, la asistencia fue algo mejor ―7.500 según la Delegación del Gobierno y 80.000 según los convocantes―, pero aún lejos de las cifras de noviembre de 2021. La protesta de este sábado ha supuesto un nuevo repunte que reafirma el enfrentamiento abierto entre los representantes de los agentes y el ministro Grande-Marlaska.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_