A Pablo Berger le gustan las apuestas arriesgadas y nadar a contracorriente. Algunos diran que es una frmula un tanto suicida en la industria del cine, pero a l le ha funcionado. Pocos son los directores espaoles que pueden presumir de haber logrado una nominacin al Oscar y haber representado a Espaa para optar a otro. Y si a eso le sumamos que solo ha hecho cuatro largometrajes en 61 aos de existencia, el mrito es an mayor. Cuando le recuerdan que adems lo ha logrado con dos filmes sin dilogo alguno, la sonrisa que se le dibuja en el rostro es de plenitud absoluta. Lo de este director bilbano, amante de Chaplin, las paellas y los rascacielos de Nueva York, es pura osada.
Con esa ilusin llega a la gala de los Oscar en Los ngeles del domingo. En 2013 se qued a medio camino hacia la estatuilla como mejor cinta internacional por Blancanieves, un ttulo en blanco y negro protagonizado por Maribel Verd y Angela Molina. Ahora ha culminado el sueo con Robot Dreams y compite en una categora muy distinta, la de cinta animada. Berger es consciente de que hay dos ttulos mejor colocados en las quinielas, El chico y la garza de una leyenda como Hayao Miyakazi, y Spider-Man: Cruzando el Multiverso, con dos sellos gigantes detrs, Sony y Marvel. Pero como «no se puede ir a un partido pensando en que vas a perder, yo voy al partido del domingo pensando en ganar», dice a EL MUNDO en la cafetera de un hotel de Beverly Hills.
Berger no descarta la sorpresa porque siempre las hay. «Yo lo viv en los Goya con el mejor guion adaptado, porque Bayona gan todos los premios menos ese. Yo estoy visualizando mi discurso cuando digan eso de ‘and the Oscar goes to‘», comparte, convencido de sus opciones.
Como purista del cine que es, apasionado de Fellini, Wilder y Berlanga, Berger no entra, ni mucho menos, en el juego de ordenar las pelculas candidatas de mejor a peor. S destaca el factor que hace la suya diferente de las dems. «Es la pelcula ms emocionante, la que toca ms el corazn porque habla directamente de sentimientos y emociones y, al ser sin dilogo, donde la msica est muy presente, hace que las emociones a flor de piel salgan. Es la razn de que est nominada sin haberse estrenado en cines en EEUU», explica.
La historia de Robot Dreams, basada en la novela grfica de Sara Varon, es la de un perro que se compra un robot para esquivar la soledad de una gran ciudad, que en su caso es la Nueva York de los aos 80. Pronto surgir una conexin emocional que nadie hubiera credo posible. Berger fue ese perro solitario en Manhattan, y tambin encontr el amor y le destrozaron el corazn antes de volver a encontrar el amor de la que hoy es su mujer, Yuko Harami, fotgrafa y productora delegada de Robot Dreams. De todas mis pelculas, posiblemente esta sea la ms personal.
Berger se fue a vivir a la Gran Manzana en los 90 cuando todos pensaban que empezara a hacer largometrajes tras el xito inapelable de su primer corto, Mama (1988). Tras 10 aos all y cuando ya pareca que se quedara a hacer cine en Estados Unidos, se volvi a Espaa a rodar una comedia, Torremolinos 73, un xito en taquilla. Lo dicho, a contracorriente.
«Siempre he hecho lo contrario de lo que supuestamente tena que hacer», analiza. «El ir a la contra, curiosamente, me ha funcionado. He dado muy pocos golpes pero han tenido efecto porque han funcionado bien en taquilla y me han dado continuidad como director, que es lo que se trata al final para poder hacer la siguiente pelcula».
Tambin pudo haber acabado en Hollywood, algo que le peda el cuerpo cuando era joven. «Con veintipocos aos quera venir a estudiar cine a UCLA», recuerda. Acab en Nueva York. «Me han tentado en varias ocasiones, pero de momento nunca he mordido el anzuelo de Hollywood. Me siento muy cmodo como cineasta europeo».
Y la prxima pelcula, de qu ir? «Quin sabe», responde. «Mis pelculas nacen del subconsciente, como imgenes, ideas, obsesiones visuales y el tema viene al encuentro despus. Nunca parto con una idea fija desde el principio. Puede que la siguiente sea un western… o un musical submarino».