Paco Urea pone el toreo en la fiesta de El Fandi y Montalvo en Valencia

Hubo un tiempo no tan lejano en que al infalible 19 de marzo se le deca el da grande, taurinamente hablando. Valencia, feria josefina (por San Jos, obvio), celebraba su ltimo da de Fallas, la apoteosis de la crem, con un cartelazo. La fecha, sin embargo, se fue orillando con una deriva social del pblico -las costumbres tambin varan- haca los das previos, las figuras tomaron nota -sobre todo si coincidan 16, 17 18 de marzo con el fin de semana- y, al final, parece algo asumido ya por todos.

.A las 17.00, El Fandi, Paco Urea y Emilio de Justo hacan el pasello. Respondi el personal ms all de la justa medida del atractivo del cartel en esta feria tan populosa de 2024: ms de 90.000 espectadores. Volva Montalvo despus de su notable paso fallero en 2023, cuando aquel sobrero llamado Marchoso elev el verbo embestir a categora de la excelencia. Le toc en suerte a Urea, que cuaj un faenn. Reedit este 19-M aquella obra extraordinaria con Mensajero en lugar de Marchoso, sin consumarla con la espada. As que la tarde y la puerta grande fueron para la fiesta de El Fandi y una seora corrida de Montalvo.

Abri la tarde uno de los dos cinqueos de la seria y hechurada corrida charra, bajo, apretado, con ese cuajo de la edad reflejado en su expresin y su pecho, sostenido en sus cortas manos. Desarroll prontitud, una viva movilidad nunca reducida, muy de pblico, y ms obediencia que calidad. El Fandi lo par con un saludo mixto y galle por chicuelinas. En el breve quite de Urea por gaoneras se le vino algo por dentro. Pero el montalvo no par nunca en su ataque motorizado. Fandi quiso arreglar un tercio de banderillas desigual con un par al violn, y construy una faena bsicamente diestra, pues esa era la mano. Cuatro series de derechazos de pasar el viaje y una penltima al natural por donde se qued ms corto. Conjunto muy coreado, molestado a veces por el aire y aderezado por la msica. Desemboc en un espadazo inapelable. A l respondi la gente con una peticin y a eso correspondi la oreja.

Salt el colorado y buen cuarto a completar el lote de Montalvo y la fiesta de El Fandi, que a sus 42 aos, 24 de alternativa y una severa lesin de columna despus mantiene unas facultades fsicas formidables. Aun con esos kilitos de pap cuarentn. Tomatillo se haca el loco, manseando, en los tercios previos. Fandila super con los palos la lidia anterior. El toro, tan sangrado, lo haca muy bien, o lo fue haciendo mejor, con sus mimbres mansitos, abrindose, soltndose, amagando con irse sin irse. El veterano granadino lo interpret perfecto. De terrenos, alturas y exigencias. Y arm su fiesta, ya digo. El poble, que tiene en la memoria el chip de El Soro, mito de la huerta que relanz el 19 de marzo como «da grande» en los 80, se lo agradeci con fervor. Y el toro tambin. Un pinchazo hondo fue suficiente. Una oreja con el mismo espritu alegre de El Fandi. Y la festiva puerta grande.

Se sinti el trapo de un tal Antojitos con mximo respeto. Le sobraba el diminutivo. Sac un tranco un punto trmulo que anunciaba notas altas, esa forma de descolgar y fijar su colocada cara. Paco Urea plante la faena por estatuarios y pronto, demasiado, le propuso la izquierda, entre las rayas, sin tenerlo en la mano. El susto estaba cantado. Urea se despatarr y orden en su mano derecha, traz una serie buena y otra superior pero demasiado exigente. De ella sali el toro con la bandera blanca. Lo que qued de obra fue un trmite con la embestida desentendindose.

El toro de la tarde esperara, para hacer honor al refrn, al quinto lugar. Se llamaba Cartero y traa el mensaje de esa bravura tan cara que nace sin inercias. Se dio descolgadsimo con una profundidad que Paco Urea extrajo en tres series de rotundos derechazos y, sobre todo, sublim en su mano izquierda: echaba los vuelos, ralentizaba el viaje y lo despeda con una hondura sideral. Los naturales, o la faena, de la feria. Broche de oro. Tan roto y desmadejado el torero. A su manera. Una soberbia ltima ronda de derechazos sin la ayuda pronosticaba las dos orejas. Exacta en su medida la obra, slo los aceros se interpusieron en la gloria.

La bodega del tercero, el otro cinqueo, y su acapachada cabeza lo hacan parecer como de otras sangres, tipo Samuel. Emilio de Justo lo cambi de terrenos para pararlo con el capote. Acab el saludo en los medios con un desarme, de un topetazo. Se vena el toro siempre gazapn, bruto, espeso, escondido. Se mova tal cual era. De Justo se justific. EdJ bail con la pareja de menores prestaciones que cerr un sexto de quebradizos fondo y poder. Un injusto eplogo para una importante corrida.