Apenas quedaban 40 minutos para que el vuelo con destino a Nápoles (Italia) saliese de la T1 del aeropuerto de Madrid-Barajas y David aceleraba el paso para superar lo más rápido posible el control de pasajeros, previo a la zona restringida de la terminal. Puso su equipaje en la bandeja y separó el ordenador en otra distinta, como exige la normativa aeroportuaria. Fue avanzando en la fila y, tras pasar el arco de seguridad, los agentes le revisaron rápidamente los zapatos. Cuando fue a recoger sus objetos personales, todo estaba bien, pese a que se había retrasado en ir a recogerlos. Segundos después, se giró para coger la maleta y cuando fue a por el PC, ya no estaba.
«Le pregunté a los trabajadores de los controles y me dijeron que lo habría perdido. Pero yo sabía que no era así, había visto que estaba ahí cinco segundos antes. Al final, denuncié el robo a través de un mail porque no podía perder el vuelo bajo ningún concepto. Cuando llegué a Italia, por suerte, me llamaron y me dijeron que habían cogido al ladrón y recuperado mi dispositivo», cuenta este joven de 33 años, en conversación con THE OBJECTIVE. Lo que le ocurrió a él, sin embargo, no es un caso aislado, sino una realidad diaria que sufren miles de pasajeros. Los robos en los controles de seguridad de Barajas se han disparado en el último año, según advierten fuentes de la Guardia Civil.
Lo más sorprendente, no obstante, es que no se trata de bandas organizadas y especializadas. Los delincuentes son pasajeros que, antes de coger un vuelo, aprovechan el despiste de otros para arrebatarles objetos de valor, sobre todo cuando pierden de vista momentáneamente sus pertenencias en los controles de equipajes. De este modo, tal como puede advertirse en los vídeos, a los que ha tenido acceso este periódico, sustraen ordenadores, teléfonos, tablets y joyas y otros objetos de valor.
30 detenidos por los robos
Desde julio del pasado año, las investigaciones desarrolladas por agentes de la Unidad Fiscal y de Fronteras del aeropuerto de Barajas han logrado identificar a numerosos autores de los hurtos. La Guardia Civil ha detenido a 30 personas y ha procedido a la investigación de otras 56. Las pesquisas tienen origen, como en el caso del joven al que le robaron el ordenador hace una semana, en las denuncias que los afectados interponen en las oficinas de atención al ciudadano en la terminal 1 y 4. Fuentes del instituto armado, sin embargo, no precisan cuál es el total de denuncias que se han interpuesto.
La resolución de los casos se debe, principalmente, a las cámaras que el gestor aeroportuario Aena tiene distribuidas en todas las instalaciones. Los agentes destacan, entre otros, un caso de unos padres que instigaron a una menor de edad para que cogiera del filtro de seguridad un reloj valorado en más de 10.000 euros, cuando se encontraba en las bandejas. En el momento que la propietaria se percató y lo denunció a la Guardia Civil, se localizó a la familia a punto de embarcar en su vuelo.
Alcohol, tabaco y perfumes
Otro de los momentos críticos en que estos pasajeros disfrazados de ladrones aprovechan es cuando los viajeros están esperando la subida al avión y abandonan sus pertenencias para comprar comida o acudir a los baños. Las actuaciones del instituto armado, por otro lado, han permitido esclarecer también varios hurtos que se habían desarrollado en las tiendas que operan en la zona restringida, donde los objetivos más deseados por los delincuentes son las bebidas alcohólicas, tabaco y perfumes.
Para resolver los hurtos, los especialistas fiscales y aeroportuarios destacan la labor que realizan las aerolíneas. En primer lugar, para localizar a los autores materiales de los hurtos que, en la mayoría de ocasiones, aprovechan antes de coger un vuelo. Y segundo, para que faciliten a la Guardia Civil datos que permitan la devolución de los efectos a sus legítimos propietarios.