La sorpresa en la declaración de Víctor de Aldama llegó desde que bajó del poderoso todoterreno oscuro que lo transportaba. Un Audi Q8 que supera los 350 caballos se detuvo frente al Supremo. Del asiento del piloto se bajó Daniel Esteve, dueño de Desokupa y del vehículo. Abrió la puerta a las 9:35 de la mañana a Aldama. Fuerte apretón de manos y los flashes se sucedieron. Esteve se convirtió inmediatamente en (co)protagonista de una mañana gélida
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