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La Alberca
Ni el más burdo filibusterismo parlamentario ha servido al sanchismo para sostener la legislatura
El revolcón que se ha vuelto a llevar el sanchismo con sus decretos empieza a oler a fiambre. Ni el más burdo filibusterismo parlamentario que se recuerda, con paquetes de medidas en las que coinciden la prórroga de las ayudas al transporte público con la … cesión de un palacete en París al PNV, ha servido a La Moncloa para colocar su maniqueo cuento del muro al fascismo. El PSOE se ha humillado ante el forajido visitando su guarida para suplicarle el voto y ahora pretende culpar al PP del bloqueo a la subida de las pensiones. El truco es tan chungo que incluso sus voceros titubean al defenderlo. Metes en el mismo surtido el impuesto a las energéticas y la revalorización de las pagas a los jubilados y obligas a votarlo todo junto. Luego culpas a la oposición de impedir el bienestar de los mayores. Y a seguir con el tambor. Pero el ruido de hoy en sus terminales se apagará mañana con la evidencia de la agonía. El sanchismo articuló esta legislatura a partir del bulo mastodóntico de la mayoría de progreso. Para sostener este infundio, engañó a sus votantes tramitando la amnistía mil veces negada en la campaña. Y ni por esas ha conseguido que el prófugo con el que se reúne en su escondrijo nada menos que el expresidente Zapatero le dé cuartelillo en las votaciones. No hay presupuesto y no se puede legislar. Sánchez tiene literalmente secuestrado al país con su manual de resistencia. Pierde todas las votaciones contra su falsa mayoría de progreso, no contra la oposición. Y cada vez se parece más a la afición del Cádiz, que popularizó un célebre cántico en la grada ante la acumulación de derrotas: «Oé, oé, oé, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual».
Sánchez no puede disolver las Cortes y llamar a las urnas con el horizonte judicial que le espera. En la calle hace mucho frío. Está como los toreros desesperados. Puerta grande o enfermería. Los indicios son cada vez más claros. El envío de los ministros a sus comunidades para hacer allí la oposición no persigue recuperar poder territorial, sino activar a su público para recortar distancias y obtener un número de diputados suficiente como para no necesitar los siete votos del fugitivo y los del PNV. Mientras el bloque de la derecha siga dividido, el PP de Valencia herido después de la DANA y el resto de socios aguante, hay partido. María Jesús Montero acaba de mover ficha para adelantar los congresos provinciales del PSOE andaluz a esta primavera. ¿Por qué esas prisas si para las autonómicas falta un año y medio? Por otra parte, si revalida de nuevo el Gobierno podría vender su entronización como un indulto antes de que la cosa se le ponga más fea en los tribunales y ya no tenga arreglo. Banco Sabadell ha vuelto a Cataluña como símbolo de la pacificación socialista, Telefónica e Indra están bajo control… ¿Está el sanchismo creando el relato y organizándose internamente para celebrar elecciones este verano? Más misterioso aún: ¿está el PP preparado para esta contingencia?
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