Al menos hubo cuatro disparos con una pistola del calibre 9 milímetros. Así lo confirman los agentes de la unidad nocturna de la Policía Local en la investigación abierta por el último tiroteo en el barrio de las Tres Mil Viviendas, unos hechos que se produjeron durante la madrugada de este lunes cuando los policías fueron requeridos para desalojar una fiesta callejera y se encontraron a un grupo «en actitud hostil y poco colaboradora». Toda esta información aparece en el atestado de Policía Nacional en el que se detallan los hechos y las pruebas recabadas por los agentes municipales, cuyos testimonios contrastan con la versión inicial del Ayuntamiento de Sevilla, que en un principio trató de desmentirlos.
Son los agentes del indicativo ‘Roca 1’ de la unidad nocturna quienes han aportado cuatro casquillos del calibre 9 milímetros que «ante la cantidad de personas congregadas en el lugar y debido al ambiente hostil, y ante la posibilidad de que alguien pudiera hacerlas desaparecer, se procede a su retirada y custodia». Estas vainas, que podrían corresponder a las «detonaciones» que los agentes escucharon durante su intervención, han sido depositadas en la Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental (Blas Infante). Ahora, tal y como ha podido confirmar este periódico, será Policía Nacional quien se haga cargo de esta investigación.
Aunque fuentes consultadas aseguran que hubo ocho indicativos en dicha actuación en el Polígono Sur, el Ayuntamiento de Sevilla cifra su despliegue en «12». De un modo u otro, el actual jefe en funciones de la Policía Local, Antonio Vigil-Escalera, reconoce en un informe interno al que ha tenido acceso ABC la «escasez de indicativos» durante la actuación en la calle Tío Mariano Vizarraga. El intendente principal, que temporalmente ejerce las funciones de jefe superior por la «ausencia debidamente autorizada» de Antonio Luis Moreno, felicitó por esta actuación a todos los efectivos de la Unidad de Intervención Nocturna, quienes lograron desalojar a los más de setenta participantes de una concentración con «equipos de música, carpas, barbacoas y botelleros».
El jefe en funciones de la Policía Local fue el primero en informar a todo el cuerpo de que los compañeros de guardia nocturna habían escuchado «varias detonaciones» durante su actuación, «encontrándose diversos casquillos en el suelo». Estas vainas detonadas, tal y como confirma el atestado, ya están en poder de Policía Nacional. Antonio Vigil-Escalera destacaba en una orden del cuerpo que los agentes «han demostrado el grado de cualificación profesional, rigor y entrega en el ejercicio de sus funciones».
Según consta en las diligencias policiales, se logró identificar al organizador de esta fiesta callejera y a otras dos personas «que no paraban de increpar» a los agentes de la Policía Local: tres varones de 44, 39 y 33 años de edad. Además, los policías han aportado a la investigación abierta un reportaje fotográfico del lugar y las viviendas cercanas «donde el autor o autores de las detonaciones hayan podido ocultarse».
Esta noticia ha generado un gran malestar entre los agentes de la Policía Local, quienes insisten en la necesidad de poner en marcha la Unidad de Intervención propuesta por Antonio Luis Moreno para realizar la primera intervención de una actuación policial ante la posibilidad de encontrarse con individuos violentos.
