Todo sigue igual pese a los nueve días de terremoto interno en el PSOE de Castilla y León tras filtrarse las críticas de cuatro parlamentarios, dos de ellos en la Mesa de las Cortes, contra la nueva dirección de Carlos Martínez. El partido instó a Ana Sánchez, vicepresidenta del Parlamento, y a su compañero en este órgano Diego Moreno, a que asumieran “responsabilidades” y abandonaran el cargo. Ambos acataron el mandato, aunque los socialistas del nuevo equipo aseguran que ya de antemano les habían advertido de que saldrían de la Mesa. Pero la intentona del PSOE se vio frustrada al percatarse de que el PP podría aprovechar legítimamente su mayoría para, valiéndose del doble cese, elevar y aprobar a dos de los suyos. Así, los de Martínez han confirmado que el PP no tendría la deferencia y, para no cederles los dos cargos, tendrán que mantener a Sánchez y Moreno pese a todo el movimiento en falso.
El día clave para conocer el desenlace de la polémica, donde los agraviados hablan en privado de “purga” y los nuevos dirigentes censuran la “cagada” de los cuatro compañeros cazados por un micrófono abierto, era este viernes. Mañueco había citado a Martínez en las Cortes para hablar de potenciales entendimientos presupuestarios o políticos y, según ha revelado el nuevo secretario general socialista, en apenas unos segundos ha quedado clara la postura del PP, quien según el soriano se verían “en la obligación” de aprovechar las dos ausencias de su rival para elevar a la Mesa a dos de sus cargos y cosechar la mayoría en ese aparato, clave para la tramitación parlamentaria de las leyes y su ralentización o agilización según intereses.
“No vamos a entrar en cambalaches”, ha defendido Martínez, admitiendo que su formación no renunciará a la Mesa y que los congresos provinciales dictarán qué cambios acometer, aunque de momento la estructura del Parlamento se mantiene. Fuentes de ese sector socialista afirmaban los días previos que Sánchez y Moreno son “cadáveres políticos” pero que preferían mantenerlos antes que ceder posiciones para el PP. “Vamos a ver si cerramos esto y vamos a lo importante, ganar elecciones”, zanjan estas voces.
La guerrilla socialista, según fuentes del PP, se ha vivido con satisfacción porque evidencia su división con menos de un año para las elecciones. El secretario general autonómico del PP, Francisco Vázquez, ha criticado a sus rivales por salpicar las instituciones de “sus problemas internos”. Más contundentes se encuentran miembros socialistas afines a Sánchez y Moreno, asimismo muy cercanos al exlíder del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, mientras que Martínez viene impulsado por el aparato central del partido. “Un líder no puede tomar decisiones con la víscera ni exhibir que no está a tender puentes ni construir proyectos de unidad salvando diferencias, sino a las venganzas”, censuran estas voces, porque se ha intentado convertir “una anécdota” en una “crisis institucional” que supone “desangrarse institucionalmente y quedar mal ante la opinión pública y como un mal líder”. “¿Cómo es posible que alguien que quiere gobernar no se molestara en conocer los números ni los procedimientos de elección en la Mesa?”, se preguntan, como también lo hacen fuentes de las Cortes, que creen que este arrebato en frustrado se hubiera evitado de conocerse bien el reglamento, pues no son cambios naturales sino sometidos al voto del hemiciclo, con el PP con mayoría simple.
Las fuentes socialistas agraviadas insisten que este “circo” se sentirá en lo electoral y en las bases del partido: “En lo orgánico, no hay nada peor que amagar y no dar. Ha sido una irresponsabilidad de alguien que no ha sabido aprovechar la mano tendida de Tudanca y los suyos, la lealtad es que aunque pienses así en privado siempre han apoyado el proyecto”. Las quejas arrecian y evidencian las fracturas internas dentro del PSOE: “A la primera ha exhibido ser rehén de terceras personas y no soportar las presiones. No está preparado para nada y dentro se desangra”.