¿A quién no le va a gustar tener unos glúteos poderosos, firmes y desafiantes? ¿A quién? Creadora de ‘The Peach Mode’ y embajadora de Lululemon, Ana Arrechea tiene clara la respuesta. «¡A nadie! Todas estamos interesadas en tener un buen ‘culete’!».
Convertida en una de las entrenadoras con más tirón del momento, Arrechea aclara qué es ‘The Peach Mode’. «Es mi marca personal. Un concepto de entrenamiento encaminado a trabajar de manera consciente e inteligente los glúteos y las piernas. Pero, además, es una comunidad en la que se aprende mucho más que eso».
Al final, prosigue, «los glúteos son un poco el gancho para ir un poco más allá; la excusa para llevar a mis alumnas a mi terreno y conseguir que le cojan el gusto a entrenar, tomando conciencia de que están disfrutando de un momento de autocuidado, pero también de conexión con otras chicas que, al final, están buscando lo mismo que ellas: bienestar. Para mí, eso es lo verdaderamente importante».
A nadie se le escapa que «tener unos buenos glúteos hace que nos suba la autoestima, porque vemos que la ropa nos queda mejor…». Sin embargo, esto más allá de la estética, Arrechea abunda en los beneficios para la salud que conlleva tener un culo duro. Porque, más allá de algo tan cotidiano, como hacer posible que abramos o cerremos las piernas, que estemos erguidos o que, simplemente, estabilicemos nuestra pelvis, convendría recordar que «los glúteos desempeñan otras funciones anatómicas importantísimas. Motores de movimiento son, además, estabilizadores de la columna vertebral y claves para la prevención de lesiones en el deporte. De hecho, yo entreno a varios futbolistas -Iker Casillas, entre ellos- y algunos han tenido problemas en los isquiotibiales o las rodillas por no tener unos buenos glúteos».
Pero aún hay más. A pesar de que mientras somos jóvenes no pensamos en eso y de que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y ya tenemos el chaparrón encima, «unos buenos poderosos son fundamentales para evitar posibles caídas o roturas de cadera en el futuro«.
Con más de 100 mujeres en sus filas -entre las que figuran la presentadora de radio Cristina Boscá o las ‘influencers’ Clara Alvarado y Andrea Guasch-, la comunidad ‘The Peach Mode’, ‘online’ y presencial- está enfocada, ahora mismo, en «los ‘peach challenges’, que se hacen dos veces al año -en mayo y en septiembre-, tanto de forma presencial como online y tienen una duración de entre cuatro y ocho semanas».
En estos retos, detalla, «trabajamos glúteos y piernas dos veces a la semana y dedicamos otra sesión a activar toda la musculatura corporal con entrenamiento funcional, pilates o yoga».
Además, continua esta entrenadora, «asesoramos nutricionalmente a las participantes y completamos las rutinas de físico con sesiones de mindfulness y de intercambio de experiencias para potenciar los lazos de unión en la comunidad y apoyarnos a lo largo del proceso con nuestras vivencias, consejos o, incluso, recetas de cocina».
Ana Arrechea tiene un mensaje para las más escépticas. «Si se siguen nuestras recomendaciones, haciendo una buena programación con una carga progresiva, se obtiene una transformación visual real de los glúteos en un mes«.
Es más, según su experiencia, «los cambios se empiezan a notar ya a la semana de haber comenzado el reto, porque, al contraerse el músculo, la piel luce más lisa y firme». Otra cosa, continua con su argumentación, «es conseguir la hipertrofia, porque el crecimiento muscular tarda en construirse».
En este proceso, también conviene recordar que, más allá de la fuerza, «al hacer entrenamiento focalizado en los glúteos se queman muchas calorías, porque estamos trabajando el grupo muscular de mayor tamaño que tenemos y eso consume muchísima energía». ¿En qué se traduce esto? En que, al trabajarlos, «modelamos nuestro cuerpo entero, haciendo posible que se produzcan transformaciones increíbles».
Arrechea nos anima a «entrenar bien y con intensidad, pero con nuestra intensidad. Sin compararnos con nadie. Pero sentir que, cada vez que vamos al gimnasio, sudamos, que trabajamos, que nos cuesta un poco… La idea no es tener unas agujetas terribles al día siguiente, pero sí sentir que hemos hecho un trabajo muscular«.
¿Cuáles son sus ejercicios preferidos? «‘El hip thrust’, sin duda. También, las zancadas búlgaras, que son muy duras pero con las que se obtiene un resultado visible en muy poco tiempo. Y me encanta trabajar con bandas elásticas, porque ayudan a activar mucho la musculatura incluso cuando no se es consciente de ello, lo cual es perfecto para aquellos días en los que, por cualquier motivo, andamos más despistadas».
¿Cuántos días en la semana nos aconseja entrenar para acariciar esa transformación de nuestra retaguardia? «En el caso de los glúteos, se recomienda entrenar dos días mínimo, tres óptimo. Con un día por medio descanso como mínimo».
No obstante, esto, como todo lo relacionado con nuestra salud y bienestar, también debería ser un traje a medida. «Si hemos entrenado a un volumen alto una hora y media de trabajo, entonces tal vez necesitamos más tiempo para recuperar. Esto se sabe si seguimos teniendo agujetas tras ese día de descanso. No se nos debería olvidar que el musculo, para crecer, tiene que descansar«.
Junto al entrenamiento, la dieta, obviamente, juega un papel clave en esta búsqueda de un trasero con forma de melocotón. «No soy nutricionista, pero se suele decir que un 70 u 80% del éxito de estas transformaciones física radica en la nutrición, Yo creo que ambas cosas son muy importantes, porque, por mucho que entrenemos muy duro, si comemos mal o tenemos carencias (por ejemplo de proteínas que es algo de lo que no se suele ser consciente), no conseguiremos alcanzar los resultados que perseguimos. No obstante, tampoco hay que volverse locas. Simplemente, tenemos que ser conscientes de lo que comemos, de que sean alimentos reales y de que estamos tomando las cantidades de macronutrientes necesarias», concluye.
