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el oasis catalán
Oriol Junqueras ha cedido a la tentación populista y la miopía –las dos caras de una misma moneda- que, durante décadas, ha condenado al subdesarrollo y autoritarismo a América Latina
Según parece, Oriol Junqueras se incorporara al denominado Grupo de Puebla que agrupa –políticos e intelectuales- a lo más selecto de la izquierda latinoamericana. Un auténtico lujo para el líder republicano, ERC y la Cataluña independentista, compartir mesa con «líderes y lideresas progresistas» –así … se definieron ellos mismos en el IX Encuentro Oficial del Grupo de Puebla de 2023- como Rafael Correa, Evo Morales, Bruno Rodríguez, Delcy Rodríguez, Ernesto Samper y los españoles José Luis Rodríguez Zapatero, Baltasar Garzón, Dolores Delgado, Irene Montero, Gerardo Pisarello y Enrique Santiago. Un Encuentro que se inauguró con un video en el que Pedro Sánchez afirmaba que «vuestras aportaciones para lograr la igualdad, la prosperidad y la justicia social, son fundamentales». Lo mejor de cada casa.
El Grupo de Puebla reivindica el autoritarismo de unos expresidentes latinoamericanos que empobrecieron y arruinaron a sus ciudadanos/súbditos, el progresismo del fugado Rafael Correa condenado por cohecho y hoy fugado en Bélgica, la democracia delegativa de Ernesto Samper en la cual el Ejecutivo no rinde cuentas, la reivindicación de los derechos con perspectiva de clase, el fin de las guerras jurídicas (lawfare) contra los liderazgos progresistas, la ejemplar capacidad de resistencia del régimen de Nicolás Maduro y de la Cuba castrista, el propósito de enterrar ese imperio del mal llamado Capitalismo y Globalización o la exclusión del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Casualmente, la mayor parte de la información del Encuentro del Grupo de Puebla fue servida por Sputnik y Russia Today.
Oriol Junqueras ha cedido a la tentación populista y la miopía –las dos caras de una misma moneda- que, durante décadas, ha condenado al subdesarrollo y autoritarismo a América Latina. Un populismo y una miopía que cuadra con buena parte de la izquierda catalana. En cualquier caso, no se puede negar que Oriol Junqueras se ha internacionalizado. Por fin, una parte del mundo le mirará. O no.
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