“Por Dios santo, unámonos para que España recupere la luz”. Luis Alvise Pérez cerró el lunes con dramatismo su mensaje sobre el apagón. Su vídeo eran dos minutos y medio vertiginosos, en los que el presidente de Se Acabó la Fiesta (SALF), que habla a la velocidad del rayo, fue capaz de compendiar los principales rasgos de su discurso: acusación infundada, confusionismo, énfasis en el caos, conspiranoia. Tras difundir la más variada desinformación durante toda la jornada, Alvise expresó dos hipótesis ante su comunidad de casi 700.000 seguidores en Telegram: “O estamos siendo víctimas de un chantaje europeo para justificar la guerra Von der Leyen, o alguien desde dentro o desde fuera ha decidido jugar con nuestra vida mediante algo que ya afirma el CNI que es ciberterrorismo”. “Sea como sea, ellos ya tenían preparado este escenario”, añade.
El CNI no afirma que sea ciberterrorismo. Pero eso parece importar poco: el apagón es terreno idóneo para bulos y teorías de la conspiración y Alvise, que ahí se mueve en su terreno, no lo desaprovecha. Su mensaje final se dirige a alentar a sus fieles a que le den la vuelta a este “experimento perverso” convirtiéndolo en una reacción en defensa del dinero en metálico, que —afirma— “los burócratas” nos quieren quitar. El candidato que logró 800.000 votos en las europeas de 2024 haciendo campaña en el submundo digital intenta recuperar ahora el marco de la dana. Junto con el covid, es el preferido de los conspiranoicos, en plena ebullición a pesar de la progresiva recuperación de la normalidad este martes. El lunes, con la crisis en carne viva, el líder de SALF ya afirmaba que su red de colaboradores estaba “organizada” para suministrar “bienes de primera necesidad” en 24 provincias, tratando de recobrar el protagonismo que obtuvo tras la dana valenciana con su discurso sobre el supuesto fracaso sistémico del Estado.

¿Y Vox? ¿Cuál es su papel? Santiago Abascal y los suyos juegan en el límite. Para su partido, el mundo conspiranoico es un tentador granero electoral. No en vano, la vinculación entre creencia en teorías de la conspiración y pensamiento populista ya quedó demostrada en un estudio de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Oberta de Catalunya publicado en 2023 en Electoral Studies. Pero, al mismo tiempo, alinearse con los conspi —como se los conoce en el argot— tan claramente como Alvise puede debilitar su credibilidad ante sectores menos expuestos a la alucinación digital. Así que Abascal suele resolver la ecuación emitiendo en una frecuencia que este público capta pero sin compartir todos los extremos de sus teorías. Es la estrategia que sigue con las acusaciones de fraude electoral. Alvise las lleva más lejos que Abascal, pero el líder de Vox —y también dirigentes del PP— también siembra dudas sin pruebas sobre el papel de Indra.
Con el apagón, el líder de Vox optó primero por la vía clásica de acusar al Gobierno de ocultar algo, “igual que con el covid y con la dana”, mencionando dos hitos cruciales para este movimiento. Pero después, en una declaración con aire de solemnidad difundida este martes, fue más allá y se deslizó tras Alvise por la pendiente conspiranoica. Lo hizo dejando en el aire una pregunta que venía a sugerir, en línea con una de las teorías sin base más comentadas, que el apagón sirvió para tapar el procesamiento del hermano de Pedro Sánchez por tráfico de influencias y prevaricación, conocido el lunes antes de la caída. “Por supuesto, todos nos preguntamos: ¿Quién se está enriqueciendo? Porque antes de apagarse la luz supimos que al hermano del presidente lo sentaban en el banquillo”, dijo Abascal.
Estamos ante un gobierno COLAPSADO que ha dejado de funcionar porque Sánchez lo ha prostituido y lo ha puesto a trabajar solo para defender al Gobierno. #APAGÓN pic.twitter.com/GCbJlNfyFV
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) April 29, 2025
EL PAÍS ha preguntado a Vox directamente si Abascal sugiere que el Gobierno provocó el apagón para opacar el procesamiento de su hermano. De momento, sin respuesta. El resto de su discurso de este martes deja claro que Vox mira de reojo a Alvise. Al igual que el líder de SALF, el de Vox puso énfasis en la defensa del dinero en efectivo, presentado como un símbolo de libertad que el establishment —según Abascal— quiere finiquitar.
Las renovables y el presidente “gafe”
A pesar de este guiño a los teóricos de la conspiración, el recurso que más está usando Vox es afirmar que el apagón es muestra del fracaso de la política energética del Gobierno. Lo ayudan canales de difusión de propaganda alineados con Vox, como Sr. Liberal y Herqles, que aprovechan el apagón para insistir en ese mensaje. Poco a poco, la idea de que la crisis del lunes es una demostración del fiasco de la Agenda 2030 se va convirtiendo en mayoritaria en la extrema derecha, que lo tendrá más fácil si se probara que el fallo tiene algo que ver con las renovables, cosa que el Gobierno niega.
Mientras se aclaran las causas, Sr. Liberal, con más de 140.000 seguidores en X, acusa veladamente al Ejecutivo de estar detrás del apagón: “Nada es casualidad, es su agenda. Vivirás a oscuras y serás feliz”. Ese “nada es casualidad” es lo que los anglosajones llaman un dog-whistle, o silbato para perros, cuyo pitido pasa desapercibido a la mayoría pero que el oído de un conspiranoico capta de inmediato. Al mismo tiempo que Sr. Liberal señala a la Agenda 2030, acusa al Gobierno de liberar de cualquier responsabilidad a Marruecos, que según dice —sin pruebas— controla a Sánchez a su antojo porque tiene información que puede usar contra él. También insinúa que el apagón está relacionado con el procesamiento del hermano de Sánchez, al que acusa de encabezar “el Gobierno de las plagas de Egipto”, en referencia a la pandemia de covid, el temporal Filomena, la dana de Valencia y ahora el apagón.
La idea del presidente maldito circula con profusión en el campo derechista. Tanto Javier Martínez Fresneda, director de la red de organizaciones católicas NEOS, como Manuel Llamas, al frente del grupo ultraliberal Instituto Juan de Mariana, afirman que el apagón es una muestra de que el presidente es “gafe”.
Marruecos y el autosabotaje
Que el apagón sea la primavera de las teorías sin base tiene su lógica, según Mariluz Congosto, profesora honorífica del Departamento de Ingeniería Telemática de la Universidad Carlos III. ¿Por qué? En primer lugar, explica, porque en estos círculos lleva años difundiéndose la teoría del “gran apagón”. “Nos dijeron con una sonrisa arrogante que esto era imposible”, se felicitaba Alvise el lunes. El segundo factor que abona el terreno, afirma Congosto, es que al menos el lunes no hubo suficiente información oficial. Ello provoca, añade, que “el hueco se rellene con desinformación”. “Pasó lo mismo en la dana. Hubo mucha desinformación porque faltó información oficial”, expone Congosto. Y añade: “La incertidumbre es lo peor. Aunque no tengas la certeza de todo, tienes que salir y explicar lo que sabes”.

Ni 24 horas de difusión de datos contrastados por parte del Gobierno convencerían a Rafael Palacios, alias Rafapal, cuyo canal de Telegram, con casi 127.000 seguidores, es uno de los mayores focos de difusión de teorías conspirativas de España. Al mismo tiempo que replica información del canal de Alvise, Palacios expone ante los suyos tres posibilidades sobre el apagón: que Sánchez haya pedido a la OTAN que provoque el fallo para tapar el procesamiento de su hermano; que sea un ataque de Israel, realizado a través de Marruecos; o que sea obra de los “Sombreros Blancos”, unos “agentes de inteligencia” que tratan de desmantelar las redes de tráfico de “niños con adrenocromo”, una sustancia rejuvenecedora.
En Rafapal aparecen dos ideas con amplia difusión en estos círculos. La primera, la implicación de Marruecos, país satanizado en este mundillo, a pesar de que el vecino del sur movilizó hasta el 38% de su capacidad de producción para ayudar a España a salir del apagón. La segunda línea es la acusación al Gobierno de un autosabotaje. “Han sido ellos mismos. Igual que abrieron compuertas de presas, cortan el suministro”, difunde La Quinta Columna, un multimedia conspiranoico abanderado por un canal de Telegram con cerca de 200.000 seguidores. Es el tipo de audiencia que puede hacer clic en piezas como la publicada por OKDiario recordando que, tras el Real Madrid-Barcelona del sábado, Sánchez publicó un tuit que decía “final eléctrica”. Eso, según para qué mentes atiborradas de contenido basura, puede tener valor probatorio.
El periodista Javier Cavanilles, especializado en teorías de la conspiración, afirma que el relato dominante en este ámbito recuerda al del covid y la dana, pero que algo ha cambiado en lo que él ya considera un “mercado saturado”. “Ya no son tres, cuatro o cinco los que difunden ideas de este tipo. Son cientos, y todos quieren monetizar. Así que es cada vez más difícil destacar. Al final, su propia audiencia se está aburriendo, porque es obvio que nadie tiene ni idea de lo que dice. Quizás en dos semanas podrían encontrar algo para justificar una especulación sobre la autoría israelí, o marroquí, o rusa. Pero, ¿ahora? Es todo tan claramente una chorrada que causa rechazo”.