Table of Contents
La presencia de personas en situación de calle, muchas con aparente problema de salud mental, se ha vuelto cada vez más evidente en diferentes puntos de La Romana. Ciudadanos, comerciantes y autoridades locales han expresado preocupación por el fenómeno, que se ha intensificado en los últimos meses.
Estas personas deambulan por zonas céntricas como el parque central, sin hogar ni atención médica. Algunos caminan desnudos o presentan conductas agresivas.
Sin origen claro ni atención estructurada
La doctora Carmen Jiménez, encargada de Salud Pública en la provincia, se limitó a indicar que cualquier información debía solicitarse de manera presencial, sin precisar si existe un plan para atender la situación.
La gobernadora provincial, Ivelisse Méndez, reconoció un aumento visible de personas con conductas alteradas y afirmó que muchas no son oriundas del lugar. «Suponemos que las trasladan desde otras localidades durante la noche y las dejan aquí», dijo.
Méndez explicó que ha sostenido conversaciones con el Ministerio de Salud Pública, pero reconoció que La Romana carece de albergues públicos o estructuras que permitan dar asistencia. «No podemos simplemente retirarlos de las calles sin conocer su situación. Se necesita un trato humano y digno«, subrayó.
- También advirtió que algunos casos podrían estar vinculados al consumo de sustancias, y no necesariamente a trastornos clínicos. «Vemos jóvenes con un deterioro físico y mental preocupante», agregó.
Ciudadanos denuncian abandono
El exregidor Julio Tolentino calificó la situación como «altamente preocupante» y criticó la falta de intervención de las autoridades. «Algunos caminan desnudos frente a niños. No se ha hecho nada; hay una indiferencia total«, expresó.
Afirmó no conocer ninguna institución, pública o privada, que esté trabajando activamente con esta población. «Estamos solos. Esto nos afecta a todos, directa o indirectamente», enfatizó.
Expertos alertan sobre la falta de políticas públicas
La psicóloga Oneida Páez señaló que múltiples factores pueden llevar a una persona a esta condición: falta de apoyo familiar, desconocimiento sobre cómo tratar enfermedades mentales y dificultades económicas.
Indicó que no existen programas públicos específicos en la provincia para atender a esta población vulnerable, y que muchos de los casos podrían evitarse con atención temprana. «Estas personas necesitan intervención médica y social desde las primeras señales de deterioro mental«, advirtió.
Páez también apuntó que los tratamientos psiquiátricos suelen ser costosos e inaccesibles para gran parte de la población. «Quienes están en la calle es porque no tienen los recursos. Los que pueden costearlo, mantienen a sus familiares en clínicas privadas o bajo tratamiento en casa», explicó.
Finalmente, pidió al Estado que impulse políticas públicas y programas especializados para garantizar atención a estas personas. «Con un enfoque preventivo y oportuno, muchas de ellas podrían recuperar su salud», concluyó.