Desde la muerte de la Reina Isabel II –el 8 de septiembre de 2022– los pilares de la Familia Real británica no han dejado de tambalearse. Primero con las constantes polémicas protagonizadas por el Príncipe Harry y Meghan Markle, y después con el diagnósticos de cáncer de actual rey, Carlos III, y su nuera, Kate Middleton. Pese a su lucha en vida para mantener la unidad familiar, actualmente los Windsor ofrecen una imagen bastante distante. Lo único que les une es el aprecio por la que fuera la reina más longeva de su historia.
Es por ello que todos se han mostrado entusiasmados con el concurso para el proyecto del memorial dedicado a Isabel II y que ha sido ganado por el arquitecto británico Norman Foster. Unos planes que modificarán de forma significativa el parque de St. James’s, situado en pleno corazón de Londres y muy próximo al palacio de Buckingham.
El diseño definitivo del memorial se decidirá el próximo 2026, coincidiendo con el 100º aniversario del nacimiento de la Reina, sin embargo ya se sabe que incluirá una estatua suya montada a caballo, que representará su amor por la equitación, y otra agarrada del brazo de su difunto esposo, el Príncipe Felipe de Edimburgo. Además, también se incluirá un puente de vidrio inspirado en la tiara de diamantes The Queen Mary Diamond Fringe que llevó la Reina en su boda en 1947 y que se ha convertido en un símbolo dentro de la familia. «En el corazón de nuestro plan hay un puente translúcido que simboliza a Su Majestad como una fuerza unificadora, que reúne naciones, países, la Commonwealth, organizaciones benéficas y las fuerzas armadas», comentó Norman Foster a través de un comunicado. Otra de las propuestas que se llevarán a cabo será la creación de una gran escultura adornada con símbolos representativos de sus 70 años de reinado. El memorial desprenderá una atmósfera «suave, tranquila, contemplativa» y será «una ocasión para redescubrir, o quizás para algunos descubrir, el legado dejado por Su Majestad», afirmó el constructor.
Una obra que cuenta con un presupuesto estimado entre 26 y 54 millones de euros.
Arquitecto ganador
Norman Foster, de 90 años y casado en segundas nupcias con la psicóloga española Elena Ochoa, está considerado como uno de los principales representantes de la arquitectura ‘high tech’. Entre sus obras más famosas destacan el nuevo estadio de Wembley de Londres; el Palacio del Reichstag, sede del Parlamento alemán en Berlín; el metro de Bilbao o la Casa de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
En 2009 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, del cual dijo sentirse muy honrado. Otro de los galardones que ha obtenido por su trabajo ha sido el de la Orden del Mérito, otorgado por parte de la propia Isabel II en 1997, y que le introdujo en el grupo selecto de personas reconocidas por su contribución a las artes, la educación, la literatura y la ciencia. «Conocí a una mujer cuyo liderazgo, lealtad y humildad real fueron impecables durante toda su vida y su reinado, y perduraron hasta el final», afirmó Foster poco después del fallecimiento de la Reina Isabel II, durante un acto conmemorativo.
Una maravillosa relación con la monarca que no compartía de igual forma con su hijo, Carlos III, al cual criticó por haber utilizado su «posición privilegiada» para influir en la decisión de un proyecto arquitectónico en Chelsea. «Cualquier pequeña diferencia en el pasado sobre debates o lo que sea, es el pasado. En el panorama actual, es absolutamente insignificante», ha dejado claro el arquitecto a ‘The Times’.
