Pedro Sánchez acaba la temporada política con una sensación de que las cosas se han enderezado y la mayoría aguanta. Y la derrota parlamentaria de este martes con el decreto antiapagón, por 183 votos en contra, no le hace cambiar esa opinión, porque está convencido de que es una cuestión puntual, que volverá a llevar más adelante y logrará aprobar, como ha sucedido con la creación de la agenda de salud pública, tumbaba en un primer momento. En Montevideo, segunda etapa de su séptima gira latinoamericana, esta vez muy política, Sánchez ha tirado de ironía incluso cuando la prensa le ha preguntado si con esta fotografía de la derrota es posible pensar en Presupuestos o acabar la legislatura. “Hemos aprobado seis de las siete leyes que llevábamos hoy. Ni tan mal”, ha dicho con una amplia sonrisa en la capital de Uruguay.
El presidente ha criticado al PP por no abstenerse y permitir así que siguiera adelante el decreto energético postapagón, pero sobre todo se ha esforzado en minimizar el impacto real de una derrota que no ve tan relevante y menos en un día en el que el Gobierno ha sacado adelante otras seis votaciones importantes. Incluso ha reivindicado algunas de ellas, como la propia agencia de salud pública, que el PP tumbó en primera instancia con el apoyo de Junts, y también la reforma del reglamento del Congreso. “Se cambia el reglamento por una petición de ustedes, de la prensa”, ha explicado en respuesta a los periodistas, “para poner pie en pared ante los pseudomedios que revientan las ruedas de prensa y no informan sino todo lo contrario”. “Una reforma para dar respuesta a los tabloides digitales que generan bulos y expanden el odio poniendo en duda la excelente labor que hacéis los periodistas. Es una buena noticia”, ha insistido.
Sánchez ha atacado al PP por contribuir a tumbar un decreto energético pactado con el sector. “Se produce apagón, la sociedad responde de manera razonable, elaboramos un informe técnico, en tiempo récord, en un mes, cuando otros tardan seis, siete, ocho años. En una semana aprobamos real decreto ley en coordinación con industria, con ecologistas, vamos al Congreso y los que nos criticaban por oscurantismo tumban este real decreto. ¿Cómo se entiende la política? Esto de ir al congreso a votar contra el interés general es todo menos política. Lo hacen para ver si el Gobierno sufre un castigo, pero lo sufren los españoles. Lo volveremos a llevar y será aprobado», ha rematado.
Mientras el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, seguía con paciencia una larga digresión sobre cuestiones de política nacional ante la pregunta de los periodistas que le acompañan en el viaje, Sánchez parecía especialmente cómodo y para nada se ha presentado como el político que hace solo un mes comparecía hundido, demacrado y pidiendo perdón tras el estallido del caso Cerdán que puso en riesgo su supervivencia política. El último pleno, que mostró que la mayoría aguanta pese a las dificultades, y el estallido del caso Montoro, que trastoca toda la estrategia de oposición del PP, han cambiado el ambiente en el Gobierno y el tono de Sánchez delataba ese giro. El presidente sigue muy delgado después de la crisis más compleja de sus siete años de Gobierno, que aún no ha acabado, pero está en otro modo.
En sus primeras declaraciones sobre el caso Montoro, Sánchez ha querido diferenciar claramente entre lo que para él es una corrupción del que el Gobierno llama “el triángulo tóxico” —Santos Cerdán, José Luis Ábalos, Koldo García— que presuntamente se llevaron mordidas para ellos, y lo que considera una prueba de una “corrupción estructural” que demuestra el caso que afecta al dos veces ministro de Hacienda con el PP.
“La corrupción generalizada que vemos en el caso Montoro o en el caso Kitchen se acabó en 2018 con la moción de censura y el cambio de Gobierno”, ha asegurado Sánchez, que señala así que los casos del PSOE no son, para él, estructurales, pero los del PP sí. “Cuando hablo de autonomía política de un Gobierno me refiero a esto. A no legislar en beneficio de una élite previo pago de comisiones. No es solamente el hecho delictivo, se ha legislado para intereses particulares. Nosotros sí tenemos muy claro de donde venimos y para quien hacemos política, para la mayoría social de nuestro país”, ha rematado.
El presidente también confía en que el voto femenino, que según las encuestas se está alejando del PSOE por los escándalos relacionados con prostitutas que afectan a exdirigentes de este partido, volverá. “Si fuera por las encuestas, hoy no sería presidente. Cuando haya elecciones las mujeres mayoritariamente volverán a votar al PSOE”, ha insistido el presidente, este martes en un tono muy diferente al de las últimas semanas.
Sánchez ha elegido este viaje para unir fuerzas con gobiernos progresistas latinoamericanos frente a Donald Trump y la ola ultraderechista mundial, y mañana volverá a España después de visitar Paraguay con la intención de rematar la temporada con una comparecencia el lunes en Moncloa y una reunión del Consejo de Ministros el martes, para iniciar después sus vacaciones y volver a finales de agosto con un nuevo curso político en el que intentará reforzar su mayoría y tratar de dar un horizonte a la legislatura, aunque votaciones como la de este martes le recuerdan que sigue teniendo una importante debilidad parlamentaria y que todo puede pasar en cualquier momento.
