El Ministerio de Defensa ha limitado este sábado el alcance del papel que la estación naval de Maó (en castellano, Mahón), en el este de la isla de Menorca, juega en la estrategia de la OTAN. El departamento que dirige Margarita Robles ha puntualizado, a través de un comunicado, que “no existe previsión alguna de que el territorio balear asuma ser base naval de la organización, más allá de su papel actual como puerto puntual de escala para las flotas permanentes de la Alianza” Atlántica.
En realidad, la OTAN no tiene bases navales propias. Lo que tiene son facilidades para utilizar los puertos de los países miembros. En abril del año pasado, el Gobierno español ofreció Maó a la Alianza Atlántica como “puerto con autorización diplomática permanente” para que puedan atracar y fondear los buques que participan en la Operación Sea Guardian (Guardián del Mar), y desde entonces está funcionando como tal. Eso supone que los buques aliados no tienen que pedir autorización para atracar o fondear en la base naval de Menorca, sino que pueden acudir directamente a ella e incluirla en sus planes de navegación. Es la misma situación que se da en Rota (Cádiz) y Cartagena (Murcia), que también son bases de la Armada española a disposición de la OTAN.
La Operación Sea Guardian, dirigida por el Mando Marítimo Aliado (Marcom), con base en Northwood (Reino Unido), tiene como misiones la disuasión y protección frente a ataques terroristas, el conocimiento del entorno marítimo o el desarrollo de capacidades regionales de seguridad. La base de Maó se ha elegido porque dispone de grandes depósitos de combustible y aljibes de agua, además de túneles subterráneos en desuso, lo que facilita el aprovisionamiento de los buques de la OTAN que fondean o atracan en sus muelles. Además, cuenta con un gran puerto natural y se encuentra en un lugar estratégico, en el centro del Mediterráneo Occidental, a menos de 400 kilómetros de distancia de Marsella (Francia), Argel (Argelia) o Alguer, en la isla italiana de Cerdeña.
El comunicado de Defensa se produce después de que Podemos y Més per Menorca hayan cargado contra la conversión de Maó en nueva base española de apoyo logístico para los buques de la OTAN, adelantada este viernes por EL PAÍS. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha censurado en la red social X “la inadmisible cesión de soberanía” que en su opinión supone el ofrecimiento de esta nueva base a la Alianza Atlántica. A través de un comunicado, el partido nacionalista balear Més per Menorca ha rechazado también la decisión del Ministerio de Defensa, que ha tachado de “imposición”, y ha considerado que “las amenazas geopolíticas actuales no se solucionarán con la promoción de políticas de rearme ni favoreciendo la violencia”.
“Las bases militares de la OTAN en España no solo suponen una inadmisible cesión de soberanía, además están jugando un papel clave en el respaldo de EE UU al genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino”, ha escrito Belarra en la red social X. En el mismo canal se ha pronunciado la exministra de Igualdad y candidata de Podemos a las elecciones europeas, Irene Montero: “El Parlamento votó un presidente para España, no un secretario General de la OTAN. No a la guerra. No en nuestro nombre”.
Las bases militares de la OTAN en España no sólo suponen una inadmisible cesión de soberanía, además están jugando un papel clave en el respaldo de EEUU al genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino. https://t.co/DkOzzq8poD
— Ione Belarra (@ionebelarra) March 29, 2024
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Tanto antes como tras su ruptura con Sumar, Podemos ha atacado al Gobierno por lo que considera una falta de contundencia frente al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu desde el inicio de la ofensiva de Israel en Gaza.
Més por Menorca ha anunciado que pedirá tanto al Consejo Insular de Menorca como al Gobierno de las Islas Baleares explicaciones sobre si eran conocedoras de que el Ejecutivo había hecho dicho ofrecimiento a la OTAN. “La sociedad menorquina tiene derecho a saber qué uso se está dando en estas instalaciones en nuestro territorio”, ha expresado Josep Juaneda, alcalde de Ciutadella, de Més per Menorca.
También Izquierda Unida, a través de su responsable federal de Política Internacional, Jon Rodríguez, ha mostrado su “firme oposición” a que la estación naval de Maó se convierta base de apoyo logístico para los buques de la OTAN, sumándose a Rota (Cádiz) y Cartagena (Murcia). “IU muestra su total rechazo” a esta posibilidad y recalca que, “como formación integrante del Gobierno de coalición”, mantendrá su “tradicional y clara defensa de que España sea un actor de construcción de paz”, opuesto a los “bloques militares”.
Por su parte, el alcalde de Maó, el socialista Héctor Pons, ha declarado a IB3 Ràdio que las visitas de buques de la OTAN a su ciudad son “recurrentes”. “En ningún caso se está hablando de que entremos en ningún tipo de conflicto, sino que se utilizan las instalaciones del puerto para atender a estos barcos si tienen una avería, repostar combustible o cualquier cuestión”, ha precisado.
Las Fuerzas Armadas españolas participan desde hace dos décadas en la Operación Sea Guardian, y en 2024 está previsto que aporten, durante distintos periodos a lo largo del año, un submarino, un avión de vigilancia marítima, una fragata y un buque de aprovisionamiento, además de un patrullero con un equipo de operaciones especiales permanentemente alertado para actuar en caso de crisis. Junto a las unidades embarcadas, España aporta las bases navales de Rota, Cartagena y Maó como Forward Logistic Sites (FLS) o Lugares de Logística Avanzada. El coste de la participación española en esta operación supera los 27 millones de euros anuales.
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