El periodista britnico Eamonn Forde (Irlanda del Norte, 1977) ha dedicado toda su vida profesional y varios tomos a entender los entresijos del negocio musical. Y aunque resulta casi imposible sintetizar las 784 pginas de su ltimo ensayo, Royalties de ultratumba (Liburuak), l se atreve a resumirlo en una imagen: Hay una secuencia de Regreso al futuro en la que Marty Mcfly interpreta el tema Earth Angel de The Penguins con una foto familiar en el traste de la guitarra, cuenta Forde. Y es de eso de lo que trata mi libro: de los msicos que, en un momento dado, empiezan a desaparecer por gestionar mal su patrimonio.
En realidad su investigacin parte de la premisa contraria: la de las grandes fortunas que siguen generando algunas estrellas del rock a ttulo pstumo. No hay cifras oficiales, pues las compaas discogrficas son muy cautas con esos datos, pero el porcentaje de beneficios atribuidos a artistas muertos podra rondar el 70%. Tanto es as que desde 2001 Forbes publica un ranking anual de las ms rentables celebridades fallecidas. Desde entonces hay un nombre que se repite en los primeros puestos de la lista, y no por casualidad. Elvis Presley fue el gran pionero y precedente de un fenmeno extraordinariamente lucrativo.
«No se trata slo de estampar una firma, sino de poner el legado en las manos ms apropiadas», cuenta el especialista
Tras la muerte del rey del rock and roll, su msica pero tambin su nombre, su imagen e incluso Graceland, su casa de Memphis, siguen recaudando decenas de millones de dlares cada ejercicio. En la poca de Elvis las limitaciones del mercado hacan que los artistas se proyectaran a pocos aos vista, sin imaginar que muchos alargaran sus carreras varias dcadas. Se refiere a quienes se quedaron en el camino (como John Lennon, Bob Marley, Jimi Hendrix o Michael Jackson) pero tambin a los que, an hoy en activo (caso de los Rolling Stones), continan exprimiendo un pasado glorioso de manera eficiente con cargo a los nuevos hbitos de consumo.
PREVENIR PARA CURAR (A LOS HEREDEROS)
No es ningn secreto (ya lo adverta Warhol) que la obra de un artista tiende a revalorizarse tras su muerte. Siempre, claro est, que se tomen las decisiones adecuadas en el momento oportuno. Y no todos pudieron, supieron o tuvieron tiempo de dejar atado su testamento antes de dar el portazo. En Royalties de ultratumba se recogen los ejemplos ms sonados de quienes lo prepararon todo con esmero (ah figuran Freddy Mercury y David Bowie como ejemplos de la ms impecable planificacin patrimonial) junto a otras historias de terror con los herederos de Prince, James Brown y Aretha Franklin acaparando portadas de la prensa sensacionalista.
Royalties de ultratumba
No se trata slo de estampar una firma, sino de poner el legado en las manos ms apropiadas, prosigue el especialista. A menudo los legtimos herederos se adentran en un mundo empresarial para el que no estn capacitados y que les supera. De ah que algunas leyendas, como Bob Dylan o Neil Young, hayan optado por vender la totalidad de su repertorio y convertir su testamento en dinero contante, sonante y fcilmente transferible. En pleno pico de la burbuja, con el fondo de inversin Hipgnosis ofreciendo cifras desorbitadas por los catlogos, muchos artistas se lo estn planteando para evitar enfrentamientos entre sus descendientes.
Atrs quedaron los aos prsperos de las efemrides y los greatest hits recopilatorios. Esa frmula se ha quedado anticuada, pues la era digital exige la presencia del artista en redes y plataformas de streaming, dice Forde. Tras la irrupcin de los hologramas (Buddy Holly, Roy Orbison, Whitney Houston…) y el desembarco en TikTok de grupos como Fleetwood Mac para garantizar el relevo generacional, el futuro pasa por la inteligencia artificial. Esta tecnologa permite que los artistas muertos vuelvan a cantar pero, sin los controles necesarios, podra tambin utilizarse con fines comerciales o electorales.