En los jardines junto al convento de San Domingos de Bonaval, el lugar de Santiago de Compostela donde se encuentra el Panteón de Galegos Ilustres, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha jurado su cargo tras las elecciones autonómicas que el PP ganó en febrero por mayoría absoluta. Eligió este escenario cargado de simbolismo de la misma manera que hace 42 años lo hizo el primer presidente popular que tuvo Galicia: Gerardo Fernández Albor. En aquella ocasión, hace cuatro décadas, asistieron al acto dos históricos del PP que este sábado al mediodía también estaban presentes: Mariano Rajoy y José Manuel Romay Beccaría, mentor de Alberto Núñez Feijóo, que ha participado igualmente. “Tomo posesión como primer servidor de Galicia. Lo hago para aportar mi modesto grano de arena a la gran tarea que otros iniciaron y otros continuarán”, ha proclamado Rueda después de jurar su cargo de presidente sobre el Estatuto de Autonomía ante cerca de mil invitados. Con las gaitas de la Real Banda de Ourense —como ya viene siendo tradición desde los tiempos del ejército gaiteiro que arropaba a Fraga en la Praza do Obradoiro— y con una versión del Himno Galego acompañado con arpa, el líder del PP de Galicia dijo que gobernará con “honestidad”, “humildad”, “perseverancia”, “responsabilidad”, “ganas”, “ilusión” y “vocación de servicio”. Y se comprometió a “subir cada día al puente de mando” de su “tierra, el barco más importante”. Reivindicó asimismo el “estilo Galicia” de gobernar, “sin crispación, con estabilidad, con moderación” y con la “filosofía del sentidiño”. Y aseguró que la comunidad “luchará por lo que merece” y para “no ser menos que nadie”, “dentro de las reglas del juego, exigiendo que se respeten pero sin querer romperlas”.
Esto lo hará, ha añadido Rueda, “siempre al lado del resto de comunidades”. En un párrafo leído en castellano y dirigido a los presidentes autonómicos presentes en Santiago, ha defendido que todos forman parte “del mismo país”. “Trabajaremos defendiendo lo nuestro, nunca pasando por delante de nadie pero nunca permitiendo quedarnos atrás”, ha comprometido en su defensa del sistema de autonomías, y ha dicho que en su Gobierno siempre encontrarán las demás regiores “un aliado inquebrantable” de quienes defienden los principios “comunes” del autonomismo y la unidad. “Los que quieren romperlos”, ha advertido acto seguido el popular, los tendrán siempre enfrente.
De acuerdo con el guion del acto, aunque con un retraso de media hora debido a problemas de aparcamiento que complicaron la llegada de los invitados (a escasa distancia había unas oposiciones para policías), Alfonso Rueda ha entrado en el parque de Bonaval acompañado del ministro de Transportes, Óscar Puente, representante del Gobierno en el evento, y del jefe del Legislativo gallego, Miguel Santalices, que ha leído el Real Decreto del nombramiento. Después, Rueda (sexto presidente de la autonomía) ha jurado el cargo. De forma previa, él y los tres expresidentes de la Xunta vivos (los socialistas Fernando González Laxe y Emilio Pérez Touriño, junto con Feijóo) entraron en el Panteón de Galegos Ilustres para depositar un centro de flores blancas y azules ante la tumba de Castelao.
“No encontraréis en mí ni artificio, ni soberbia ni pompa”, ha dicho a los presentes Rueda durante su discurso de toma de posesión. Y entonces, se ha emocionado, en especial por el recuerdo de su padre fallecido: “Yo soy, sobre todo, el padre de Beatriz y de Marta, el hijo de José Antonio y Lola, el marido de Marta y un gallego de Pontevedra”. Entre representantes del PP español, portavoces de la oposición en el Parlamento gallego e invitados del ámbito político, cultural y social de Galicia, asistieron a la toma de posesión de Rueda presidentes autonómicos como el de Asturias, el socialista Adrián Barbón; el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el de Aragón, Jozge Azcón; y el de Murcia, Fernando López Miras, los tres del PP. El ministro Óscar Puente le ha transmitido a Rueda tras el acto “toda la colaboración” y “lealtad institucional”. “Vivimos en un estado democrático, multinivel desde el punto de vista administrativo”, ha comentado, “en el que es muy importante la colaboración y el entendimiento entre distintas administraciones”.
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Galicia, el “buen modelo” de Feijóo para Cataluña y Euskadi
Mientras tenía lugar el cóctel posterior al acto de toma de posesión en el parque de San Domingos, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha aprovechado para ensalzar una Galicia, con mayoría absoluta del PP, “blindada” frente a “chantajes” y frente a la “parálisis política”. Para el antecesor de Alfonso Rueda, la comunidad gallega, bajo el dominio popular, cuenta con “un modelo a imitar en el conjunto de España” y puede “avanzar” porque “tiene un Gobierno que gobierna y un Parlamento que legisla”. “Y yo creo que es un buen modelo”, ha sugerido Feijóo (cambiando instantáneamente del gallego al castellano para que el mensaje llegase más allá), “ahora que hay elecciones autonómicas en otras dos nacionalidades históricas, Euskadi y Cataluña, para que los catalanes y los vascos reflexionen sobre una forma de hacer política”. Una “forma”, ha desgranado, “que se basa en la estabilidad, en la unidad de la sociedad y en una agenda de prioridades de los asuntos de los ciudadanos, de las familias, de sus empresas y sus trabajos. La agenda de la política pragmática, decente y con principios”.
“Me siento muy orgulloso del presidente de la Xunta, de cómo ganó las elecciones y de su proyecto político”, ha asegurado también el líder del PP. “Me siento orgulloso del Partido Popular de Galicia” y “sobre todo”, ha zanjado, me siento orgulloso del pueblo gallego que habló claro y otra vez votó con decisión y con determinación por la estabilidad y por la unidad”. “Galicia está blindada frente a chantajes”, ha insistido, “frente a las minorías que se quieren imponer a las mayorías, frente a la parálisis política. Galicia, en definitiva, es un lugar donde la gente decide y decide con determinación”, ha sentenciado Feijóo ante los medios.