El octavo comité de crisis para analizar crímenes machistas que se celebra en nuestro país en dos años ha vuelto a ser el terreno perfecto para repasar, detalle a detalle, cómo eran las circunstancias de las mujeres y niños asesinados en los últimos treinta días, con especial atención a cinco de las seis muertes sucedidas en las peores horas de lo que llevamos de 2024. Sucedió entre la madrugada del viernes y el sábado pasados. Son cinco y no seis porque Marian, la mujer de 49 años madre de la joven asesinada por su exnovio en Zafarraya (Granada) y también asesinada por él no contará a efectos estadísticos como víctima de la violencia de género, sino como un feminicidio.
Un minuto de silencio en memoria de todas estas víctimas (Laura, Petri, Ammal, Adam e Hiba) ha precedido a la reunión de este 2 de julio por la tarde en el Ministerio de Igualdad, donde se abordaron el conjunto de las 19 muertes del primer semestre de 2024. Entre los denominadores comunes se ha puesto el foco en la ruralidad, porque nueve de las víctimas residían en municipios de menos de 20.000 habitantes. También se ha reflexionado acerca de «la ineficacia del sistema de denuncia», un debate que introdujo horas antes el médico y forense Miguel Lorente –ya que solo 3 de las 19 lo habían hecho–.
«Hemos detectado un problema en la coordinación», ha invocado la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que ha comparecido por segunda vez en los ocho comités junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Redondo ha señalado que también es un problema el sistema de infradenuncia, por los que solo «entran» o se detectan el 20% de los casos. La Atención Primaria es el principal cauce que se debe reforzar para detectar situaciones de maltrato, ha considerado, recogiendo el testigo de consejos dados por el también exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente.
«Los dicursos negacionistas no ayudan; alientan a los hombres que tienen un machismo acendrado. Esos discursos machistas son peligrosos y tienen efectos perniciosos para la lucha contra la violencia de género», ha manifestado la titular de Igualdad. La ministra ha reconocido que esta tarde ha sido un comité repleto de frustración y desánimo contra la lacra, sobre todo en el repaso de los casos que se ha producido también por parte de los responsables autonómicos, de la Fiscalía, Poder Judicial y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Marlaska ha destacado que el sistema integral de protección VioGén funciona, con 40.000 agentes trabajando en el sistema, 40.000 mujeres protegidas y 90.000 casos activos en la actualidad. «Es un sistema vivo, que va avanzando cada día, porque no solo se evalúan los casos trágicos, sino las valoraciones policiales que se van realizando. La auditoría es permanente». El titular de Interior ha destacado que en el caso de Las Pedroñeras (Cuenca), cuya víctima Ammal sí estaba integrada en el sistema de protección, se examina aún dónde pudo fallar el sistema. Dónde estuvo el error en la valoración del riesgo que existía para esta mujer, que fue asesinada junto a Adam e Hiba, sus dos hijos pequeños de 8 y 3 años. «Si ha habido una muerte, ha habido una falla o un desajuste, pero no necesariamente una responsabilidad individualizada de alguien que deba dirimirse», ha afirmado Marlaska. «Les pido que denuncien y confíen en los Cuerpos de Seguridad del Estado -ha arengado Grande-Marlaska- porque en muchas ocasiones eso les salvará la vida». Ambos han pedido que los entornos de las maltratadas denuncien si tienen constancia de ese círculo de terror en el que están viviendo. «El modelo no es infalible», ha terminado Marlaska, que en el turno de preguntas de los informadores ha señalado que «el riesgo cero no existe» aunque se esté trabajando por ello.
Los ministros socialistas han subrayado que la lucha contra la violencia de género es un eje prioritario y una seña de identidad de este Gobierno.