Alberto Núñez Feijóo compareció este viernes en la sede nacional del Partido Popular apenas unas horas después de que Santiago Abascal anunciara la ruptura de los gobiernos autonómicos que compartía con el PP y de que el líder derechista le señalara directamente como el causante de la decisión. Divorcio que el gallego calificó de «disparatado movimiento» y ante el que los presidentes populares de esas regiones impondran su «sentido de Estado», sellando una crisis inesperada que ha sacudido a la derecha española.
«Siempre he criticado que el Gobierno se deje imponer y he defendido que un presidente debe actuar con libertad y deberse a sus ciudadanos. Así actua el PP. Allá Vox y su disparatado movimiento. No han medido la decisión, se han pasado de frenada y han descarrilado. Pero eso no nos va a hacer desviar nuestra atención», señaló el presidente del PP, que ni siquiera tras haber sido vilipendiado por Santiago Abascal, que le acusó de haber hecho mentir a sus barones territoriales y de haberse convertido en cómplice de la política de fronteras abiertas del Gobierno, añadió un ápice de violencia a su intervención.
Lo que sí hizo, también, fue apuntar directamente a Abascal y a su equipo cercano como responsables de la ruptura. «Nosotros no estamos dispuestos a tragar con cualquier cosa. La decisión no ha sido de la dirección nacional de Vox, sino de una facción de la dirección que ha logrado imponerse», señaló en referencia a las discrepancias internas que varios de los vicepresidentes autonómicos dimitidos mostraron durante la reunión.
Feijóo reivindicó su independencia y sus principios ante la amenaza lanzada por Vox «sin negociación ni aviso previo». «A estas alturas de mi vida, a mí no me va a imponer chantajes nadie. Se han equivocado de persona. El problema de este país es Pedro Sánchez, pero el de Vox parece que es el PP y mi persona. Formalmente hacen oposición al PSOE, pero normalmente, la hacen al PP. Yo no acepto que nadie diga que mi partido es cómplice de violaciones o de machetazos, no me parece de recibo», lamentó.
Para el líder del PP, el problema no es su partido ni su liderazgo, el problema lo tiene Vox. «Son otros los que han cambiado. Han cambiado los socios europeos que Vox ha elegido, han cambiado sus preocupaciones electorales y no sabemos si han cambiado algo más. Si Vox se quiere borrar, allá ellos, pero sí les pido que no entorpezcan la gobernabilidad de las comunidades autónomas ni el cambio político en España, porque es imparable, quieran o no», señaló. A pesar de todo, Feijóo tendió la mano y pidió a sus barones mantener la estabilidad en los gobiernos autonómicos, trabajando por los ciudadanos como hasta ahora. «No oculto que algún tipo de dificultad añadida tendrán, pero confío en los presidentes autonómicos a los que quiero agradecer su sentido de Estado. En medio de tanto caos los españoles se merecen que alguien levante la bandera la responsabilidad y el sentido común», desveló.
El gallegó también culpó a la dirección de Vox de haber «ahorrado unas cuantas portadas a Sánchez en uno de sus peores momentos. Ha conseguido que los titulares de hoy no sean los de su mujer sentada en un banquillo respondiendo a un juez».
Por último, Feijóo criticó la ausencia política migratoria del Gobierno, origen de todo el conflicto desatado entre el PP y Vox, y pidió de nuevo que se active la emergencia migratoria y que se dote a las comunidades autónomas de fondos para poder contribuir al acogimiento de menores. «La política del Gobierno es nefasta y debe cambiar. Miran hacia otro lado y no hacen nada a pesar de que se preven más avalanchas de inmigrantes irregulares a lo largo de este verano. En la medida de nuestras responsabilidades no daremos la espalda a quien más lo necesita. No hay que dar la espalda como el gobierno ni cerrar los ojos como Vox», concluyó con un doble dardo.