“El Scalextric está montado. Esta noche ponemos el coche”. Más gráfica no puede ser la expresión que ha utilizado esta tarde de lunes el director general de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), Manuel Valdés, para explicar lo que ocurrirá a partir de las 22.30 horas. Por primera vez un tranvía saldrá de la estación de Glòries y circulará por las nuevas vías para girar hasta la Diagonal y subir hasta Verdaguer. Estrenará las vías pero también la catenaria soterrada. Porque los tranvías no se alimentarán en este tramo a través de un pantógrafo y una catenaria aérea, sino con el sistema APS, un tercer carril del que el material rodante tomarán la electricidad. Una maniobra que se realizará cuando los convoyes paren en la estación de Glòries: bajará el pantógrafo y bajarán los llamados “patines” desde el suelo de los vagones hasta el carril situado entre los dos raíles de las ruedas.
A las 22.55 el tranvía ha llegado a la estación de Glòries, ha plegado el pantógrafo y ha bajado el patín la pieza metálica en contacto con el tercer carril capta la energía eléctrica que alimenta el convoy. Tres minutos después, enfilada la Diagonal hacia Verdaguer. Un momento que no se han querido perder una decena de integrantes de entidades vecinales y que promueven la movilidad sostenible.
Técnicamente las pruebas que comenzarán la noche del lunes y madrugada del martes se llaman “de integración” y consisten en que un primer tranvía salga de Glòries y circule a velocidad de peatón (cinco kilómetros por hora) entre una veintena de operarios de distintas especialidades que comprobarán que todo esté como tiene que estar: las vías, las conexiones con el tercer raíl, la alimentación eléctrica, las estaciones, la coordinación con los semáforos y los sistemas de comunicación. Si se hace de noche es para evitar interferencias con el normal funcionamiento de la ciudad. A partir de las pruebas de integración se diseñarán las futuras, que terminarán con las llamadas “marchas en blanco”, con los tranvías funcionando sin pasaje pero en condiciones de normalidad pero sin pasajeros: con las fases semafóricas ajustadas, parando en las estaciones, parando, arrancando… Altisench ha asegurado que se mantiene la fecha de puesta en marcha “en otoño”. Sin precisar si puede ser por la Mercè, a finales de septiembre, o entrado diciembre.
“Después de muchos años y dos de obras ve la luz un proyecto que ha costado muchos esfuerzos”, ha celebrado el ingeniero Jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Oriol Altisench sobre una obra que ha costado 190 millones: la mitad de urbanización de la Diagonal, con aceras más anchas (17.300 metros cuadrados) nuevas zonas verdes (8.000 metros de verde sin contar el césped) y un carril bici de grandes dimensiones (5.000 metros cuadrados). El director general de Bimsa, la empresa municipal que ejecuta las obras, ha explicado que la urbanización de todo el tramo, de dos kilómetros, está prácticamente listo, a falta de plantar césped y arbustos, lo que no se podrá hacer hasta otoño, debido a los decretos de sequía.
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El tramo que recorrerá el tranvía mide dos kilómetros y, además del intercambiador de Glòries, tres paradas (Verdaguer, Sicília y Monumental). Cuando opere con normalidad, el trayecto durará siete minutos y se espera que casi doble el actual pasaje: 24.000 viajeros que sumarán a los 30.000 actuales. “No habrá pruebas diarias”, ha advertido Valdés, que ha explicado que según vayan las de esta noche y otros días, “se diseñarán el resto de pruebas y calendario”. No se avanzará en nada de lo que no se esté completamente seguro. “Es una infraestructura ferroviaria urbana”, han explicado los comparecientes para dejar claro que lo primero es la seguridad. “Si se hacen las pruebas es porque si pasa algo no afecte al servicio, iremos viendo, no queremos forzar”, ha insistido Valdés.
Tras dos años de obras, salvo el material rodante está todo listo: los carriles, las soldaduras, la catenaria APS y su alimentación, las andanas de las tres estaciones, las marquesinas y los equipos de tracción de la energía de la nueva subestación de Glòries. Para hacer realidad el tranvía hasta Verdaguer también fue necesario construir un colector para absorber el agua de lluvia.
Sobre la catenaria con el sistema APS, en el tercer carril, es la primera vez que se instala en un tranvía en España y la segunda vez en el mundo, después de los tranvías de Estambul (Turquía), que la utilizan desde hace veinte años. El motivo por el que se opta por este sistema en la Diagonal es evitar los inconvenientes de las catenarias aéreas: se ahorra la infraestructura colgando y la infraestructura es más diáfana estéticamente. Sobre el futuro, cuando el tranvía debe llegar hasta la plaza de Francesc Macià para unir las dos redes (Trambaix y Trambesòs), Altisench ha mantenido lo que el gobierno municipal repite desde hace un año: habrá proyecto antes de fin del mandato, pero el inicio de las obras no tiene fecha.
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