El Gobierno municipal de Barcelona ha lanzado un programa para convertir en espacios verdes interiores de manzana, descampados, medianeras y dignificar así espacios en desuso. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha presentado este miércoles su proyecto para intentar reducir los efectos del cambio climático, un plan que pasa por transformar en zonas verdes descampados de la ciudad. El año pasado, en plena campaña electoral, Collboni presentó su plan para recuperar interiores de manzana como alternativa a las supermanzanas de Ada Colau. El primer edil socialista alertaba que las supermanzanas afectaban a la movilidad y a la accesibilidad de los vecinos. Pese a ello, no se manifestaba en contra de estos proyectos, pero sí que admitió que los frenaría y evaluaría su impacto. Este miércoles ha presentado su plan en el que no figura la construcción de ninguna nueva supermanzanas, aunque el primer edil sigue sin querer pronunciarse en contra de la aportación efectuada en los dos mandatos anteriores por el ejecutivo del Ada Colau.
“Tenemos un nuevo concepto de transformación urbana. Es el urbanismo climático como instrumento de mejora del entorno”, ha anunciado Collboni. La arquitecta jefa, Maria Buhigas, ha explicado que Barcelona tiene un potencial de 100 hectáreas de suelo calificado como verde en espacios pendientes de urbanizar y adecuar. El nuevo plan pretende modificar estos lugares para convertir en zonas verdes lo que hasta ahora eran solares o esquinas en desuso. La acción municipal se ha bautizado como Programa de Espacios de Proximidad e Interiores (con el curioso acrónimo de PEPI) y cuenta con tres partes diferenciadas: incrementar y mejorar espacios vacíos repartidos por la ciudad, desplegar sombras para mejorar la habitabilidad de los espacios públicos y adaptar las medianeras y cubiertas. “Queremos aprovechar los espacios olvidados para luchar contra el cambio climático y hacer una Barcelona más verde y saludable. Vamos a convertir espacios que no son ciudad en ciudad”, ha defendido Collboni.
Buhigas ha definido un total de 357 actuaciones distribuidas en todos los barrios y que supondrán una inversión de 150,31 millones de euros. De estas actuaciones, 216 serán la creación de espacios de sombra con toldos y árboles -está previsto plantar 250-, se remodelarán 60 paredes medianeras y se construirán 10 cubiertas verdes encima de guarderías municipales. Además, se actuará en 71 espacios ganando 22,3 hectáreas de espacios verdes. La arquitecta municipal ha destacado que estas son las 22,3 hectáreas que se construirán en este mandato, pero asegura que es posible diseñar espacios verdes en estos espacios hasta llegar a las 100 hectáreas. El primer edil ha defendido el trabajo de “dignificación y restauración del espacio público” que se efectuará en estos puntos hasta conseguir un “urbanismo de transformación climática”.
Las 22,3 hectáreas que se transformarán este mandato están localizadas en interiores de manzanas, espacios entre bloques, esquinas, zonas que utilizan los vehículos para aparcar… en definitiva, en palabras de Buhigas, “retales” que puede aprovechar la ciudad. Estas intervenciones suponen el equivalente a 148 interiores de manzana o a la creación de un espacio verde superior al del parque de la Ciutadella o el de Glòries. Algunos ejemplos son un pequeño espacio verde diseñado en la esquina de la calle Burgos con Sagunt o el descampado que hay en la plaza Castella entre Diagonal y Pere IV que pronto dejarán de ser espacios en desuso para transformarse en zonas verdes. Entre los 71 espacios que se intervienen este mandato se encuentran 18 interiores de manzana algunos de nueva creación como la manzana Danubi en les Corts o la Colorantes en Sant Andreu. También se mejoraran algunas ya existentes como los jardines Beatriu de Provença o Clotilde Cerdà en el Eixample.
El programa de colocación de sombras del gobierno Collboni opta por la instalación de pérgolas, estructuras o toldos en 216 espacios entre los que se encuentran áreas de juegos infantil como las que se instalarán en la escuela Pere Vila de Ciutat Vella o la escuela Mestre Enric Gibert i Camins de Sant Andreu. Además se instalarán toldos en lugares exteriores donde no se puede plantar árboles.
En cuanto a las medianeras, el equipo municipal ha contabilizado 6.000 paredes “sin ningún protagonismo en el aspecto exterior del edificio” que generan deficiencias térmicas. De estas 348 son de carácter permanente y de más de 100 metros cuadrados de superficie. La intención del gobierno municipal es intervenir en 60 durante este mandato. Para una decena de ellas ya hay un proyecto para generar nuevas fachadas. También se está implantando cubiertas verdes en diez guarderías municipales.
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Collboni no ha criticado la construcción de supermanzanas del gobierno de Ada Colau y se ha limitado a sacar pecho asegurando que Barcelona ha sido “pionera a la hora de pacificar calles, ganar espacios verdes… desde los primeros gobiernos democráticos”. El alcalde ha defendido la pluralidad de actuaciones.
Las reacciones al anuncio del alcalde de Barcelona no han tardado. La portavoz BComú, Janet Sanz, ha denunciado: “Collboni renuncia tanto a los ejes verdes como a los interiores de manzana: una tomadura de pelo para la ciudadanía cada vez más concienciada con los problemas que genera la emergencia climática”. La exteniente de alcalde de urbanismo del gobierno Colau concluye: “Las 20 hectáreas para un mandato no son ni una cuarta parte de las más de 90 hectáreas de verde que Barcelona en Comú ha hecho en los último ocho años”, ha explicado Sanz.
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