Si algo ha dejado claro el resultado de la campaña de excavaciones de este verano en Atapuerca es el «futuro prometedor» del yacimiento en cuanto a nicho de información sobre el Homo antecessor, la misteriosa especie humana descrita en esta sierra burgalesa, donde vivió hace unos 850.000 años. Fue a finales de los ochenta cuando aparecieron las primeras herramientas que dieron la pista a los paleontólogos de que las poblaciones humanas llevaban en este enclave más tiempo de lo que en un principio pensaban. Este mes de julio, el trabajo desarrollado en el nivel TD6 de la Gran Dolina, justo 30 años después de la primera excavación, ha permitido a los expertos el esperado «reencuentro» con el Homo antecessor. Aunque «no ha sido el festival de fósiles que vaticinaba el año pasado» -ha reconocido José María Bermúdez de Castro, uno de sus codirectores del yacimientos-, las excavaciones de estas semanas atrás sí que han dado con «una decena de restos», entre los que se encuentran vestigios craneales, un fragmento de maxilar, dos fragmentos de mantíbula, fragmentos de costilla y de vértebra, un huesecillo de muñeca y un diente incisivo. Respecto a esta última pieza dental han detallado que se ha podido determinar que es de «un individuo adulto desconocido hasta ahora en el conjunto de Atapuerca. Se trataría probablemente de una hembra de 25 años».
En la rueda de prensa ofrecida al pie de los yacimientos burgaleses ha explicado que el motivo por el que no se han dado esta campaña con más vestigios de la presencia de este homínido es porque se ha trabajado un nivel superior. «Lo interesante es que queda la otra mitad», lo que hace presuponer a los responsables de las excavaciones que «durante diez o quince años van a parecer restos del Homo antecessor».
No obstante, al descubrirse el techo de la unidad TD6 se ha comprobado también que «la acumulación de heces fósiles de hiena» que anteriormente habían sido descritas en otras zonas se extiende «por una superfice cercana a 40 metros cuadrados», lo que presupone que el famoso nivel «está conservado en una gran superficie», destacan en el comunicado emitido por Fundación Atapuerca.
Tras Bermúdez de Castro ha tomado la palabra Juan Luis Arsuaga, el único de los veteranos palentólogos que se mantendrá en próximas campañas tras la jubilación tanto del primero como de Eudald Carbonell.
Arsuaga se ha referido a lo encontrado en el enclave conocido como El Portalón, del que ha destacado la información que ya ha aportado respecto a los orígenes de las poblaciones europeas. «Me gusta decirle a los agricultores de Ibeas de Juarros y de Atapuerca que estos campos de cereal se vienen cultivando desde hace 7.000 años».
Las excavaciones han dado en esta ocasión con «algunos de los materiales» que tuvieron esos primeros poblaciones, mientras que de la «parte interior» del yacimiento se han extraído «restos de animales y herramientas de piedra», Entre los primeros ha destacado el hallazgo de una mandíbula de un puercoespín euroasiático, «una especie que puede interesar» debido a que es un buen «indicador climático», así como los restos dentales de un rinoceronte.
El paleontólogo ha concretado también la labor desarrollada en la Sima de los Huesos, «el yacimiento del mundo con más fósiles humanos», donde en esta campaña «se ha trabajado más en la datación e investigación acerca del origen de la población humana». Aún así, las labores realizadas han dado con vestigios de otra de las especies más abundantes en este enclave, «el oso de las cavernas», cuya evolución ha considerado Arsuaga que transcurre de forma paralela a la del humano. Entre lo localizado se encuentra una mandíbula «todavía sin restaurar completamente» y un segundo cráneo «que hemos ido reconstruyendo» -el Museo de la Evolución Humana expone ya un primer cráneo hallado en campañas anteriores-.
En esta campaña de 2024 se ha seguido excavando en la zona del Penal, con el hallazgo de 20 piezas de industria lítica en lo que supone «una prolongación de la Gran Dolina», ha expuesto. Lo mismo en cueva Fantasma, donde «se han recuperado instrumentos líticos como las de sílex arenisca y cuarcita y huesos de hiena, león, reno, oso, perro, marmota o bóvido de una antigüedad de unos 50.000 años».
Detalle de los hallazgos en la Gran Dolina
Exposición y publicación
Respecto al centro museístico con sede en Burgos, Arsuaga ha avanzado que a partir de este jueves acogerá la inauguración de una exposición sobre la evolución de la mano y el brazo, que junto a la ya realizada sobre el pie y la que albergará en un futuro sobre el cráneo y el cerebro supondrá la presentación de «los tres grandes hitos de la evolución humana». Antes de concluir se ha referido también a la publicación y al Simposio Internacional Fósiles Humanos de la Sima de los Huesos, que la revista The Anatomical Record dedica a este yacimiento con motivo de los 40 años de descubrimiento e investigaciones. «Científicamente es un acontecimiento que nunca se había dado», ha subrayado el experto, que ha aprovechado para regalar al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, presente en la rueda de prensa, un ejemplar de este libro.
Ha sido entonces cuando el dirigente regional ha puesto el broche a las intervenciones para destacar que los nuevos hallazgos de Atapuerca «van a volver a revolucionar el panorama científico en Europa y en el mundo entero». «Ojalá que estos restos tengan un nombre propio como lo tuvieron Miguelón, Elvis,, Pink…», ha deseado antes de trasladar el «compromiso» del Ejecutivo autonómico con este proyecto de «dimensiones mundiales».
«Este año ha sido una cosecha muy positiva», ha destacado, al tiempo que ha recordado que los hallazgos de la sierra burgalesa «modifican año tras año las teorías sobre el hombre como especie». Se ha referido también el presidente a la despedida de Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, quienes por su parte han subrayado «la felicidad de estos últimos cuatro años y del trabajo en equipo».
La estructura de dirección de los yacimientos, con la salida de estos dos codirectores, se va a encaminar a un equipo más amplio en el que van a tener cabida la María Martinón, del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana y Marina Mosquera, además de José Miguel Carretero e Ignacio Martínez que han sido la mano derecha de Juan Luis Arsuaga en estos trabajos.
