«En la medida en que tengamos porcentajes significativos de recursos geotérmicos, avanzaremos realmente en la descarbonización de las islas hacia una soberanía energética, un objetivo muy importante para sistemas insulares aislados como son los nuestros». La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila (Coalición Canaria), se muestra contundente al valorar para Crónica el alcance que puede llegar a tener la geotermia para el archipiélago canario. Su homólogo del Cabildo de Gran Canaria no se queda atrás. «Se convertirá en un elemento clave. Pero será necesario comprobar que tenemos potencial para su desarrollo. A partir de ahí habrá que diseñar una estrategia para captar inversores y convertir a la geotermia en un elemento clave del mix energético renovable que pretendemos para la soberanía energética», dice Antonio Morales, de Nueva Canarias. Una energía capaz de fortalecer el sistema eléctrico español ante sucesos como el apagón masivo del 28 de abril.
Como si de una particular carrera espacial se tratase, La Palma (con seis proyectos) Tenerife (tres), y Gran Canaria (uno) aceleran contrarreloj para aprovechar su «enorme potencial geotérmico» antes de que se les escape una oportunidad energética histórica donde las islas serían la locomotora geotérmica de España. Los estudios geofísicos son prometedores, con cuadrículas mineras ya adjudicadas para iniciar los sondeos, pero aún sin una tarifa regulada para la generación eléctrica. La urgencia crece por el plazo limitado que imponen los fondos europeos Next Generation para aprovechar su financiación, que han provocado el abandono de Repsol para el desarrollo de la geotermia en las islas.
«Los plazos para poder ejecutar las ayudas son muy justos. De hecho los tres cabildos implicados estamos planteando al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico la posibilidad de gestionar alguna prórroga, sobre todo porque hay que movilizar recursos que no están disponibles en las islas. Hay muy pocas empresas en el mundo que puedan afrontar la denominada fase de sondeo y poder utilizar esos recursos no se hace de un día para otro», explica a EL MUNDO Juan José Martínez, consejero de Innovación, Investigación y Desarrollo del Cabildo de Tenerife.
En un mundo marcado por el secretismo, Martínez no oculta su satisfacción. «Nosotros quizás seamos la isla que va más avanzada. Hemos culminado todos los estudios de superficie. Tenemos ya detectados cuáles son los puntos óptimos para empezar a hacer los sondeos -de un diámetro de algo más de 50 cm- y nuestra intención es estar haciendo el primero en verano. Y si todo va bien, a finales de año nuestra intención es poder estar dando buenas noticias», adelanta a Crónica.
«La geotermia es como la energía invisible. Casi todo está bajo tierra. Eso hace que sea menos conocida que un molino o un panel solar. Esta falta de visibilidad se traduce en desconocimiento, no solo del público, sino a veces ¡hasta de técnicos y administraciones! Y claro, si no se conoce, hay menos demanda social y menos prioridad política», protesta José Martínez, presidente de la Asociación Española de Geotermia / Unión Española de Geotermia AEG/UEG, que lleva toda una vida simplificando su explicación sobre qué es la geotermia. «Es, sencillamente, el aprovechamiento del calor existente en el subsuelo. Sus ventajas son enormes: se encuentra en todos los lugares, es una fuente inagotable de energía, está disponible 24/7, es continua, previsible, modulable y, además, es local: está justo debajo de tus pies», resume. Aunque representa los intereses de la geotermia en España «desde hace ya más de 30 años», Martínez desarrolla gran parte de su trabajo sobre el terreno en Suiza. «Aquí el ambiente para la geotermia superficial, es mucho más favorable: son líderes mundiales en número de instalaciones por habitante», detalla.
Para los neófitos, José Martínez y sus geotérmicos diferencian entre la superficial, «que aprovecha el calor a poca profundidad, hasta unos 400-800 metros y es ideal para climatizar edificios – calefacción, frío, agua caliente sanitaria e incluso redes de calor/frío de distrito-» y profunda, «que busca temperaturas más altas a mayor profundidad, principalmente para generar electricidad». «El 100% del territorio español (incluyendo Ceuta y Melilla) es apto para aprovechar la geotermia superficial. Piensa que cerca del 70% del consumo energético en edificios (hogares, oficinas, hospitales, hoteles…) e industrias se va en climatización y calor para procesos. La geotermia superficial podría cubrir una parte gigantesca de esa demanda de forma muy eficiente, con ahorros energéticos que rondan el 70% comparado con sistemas convencionales. Ahí radica su enorme importancia y la urgencia de aplicarla masivamente en España. La geotermia profunda también es viable técnicamente en nuestro país, pero la profundidad necesaria para alcanzar temperaturas útiles para generar electricidad (y por tanto, el coste y el riesgo) varía enormemente. En Canarias, por su vulcanismo, el recurso está prácticamente a flor de piel, mientras que en otras zonas hay que perforar mucho más», asegura el presidente de AEG/UEG. Aparte de los 10 proyectos de Canarias, se están desarrollando otros en el noroeste de Madrid, en Níjar (Almería) y en Melilla.
Energía «segura, robusta y eficiente»
Martínez resalta que la geotermia tiene que ser «protagonista sí o sí» para la red eléctrica. «Aporta energía gestionable, firme, 24/7. Es la base perfecta para dar estabilidad cuando el sol no brilla o el viento no sopla, reduciendo la necesidad de quemar gas o de baterías gigantescas», resalta. «Debemos integrar la geotermia de verdad, para electricidad y para calor, en nuestra planificación energética es estratégico. No solo nos ayudará a cumplir las metas de 2030 y 2050, sino que hará nuestra transición energética más segura, robusta y eficiente».
Los países más avanzados en geotermia suelen tener varias cosas en común: marcos regulatorios específicos, claros y estables , que dan confianza para invertir; trámites ágiles para permisos y mecanismos para ayudar con el riesgo geológico inicial para proyectos profundos: fondos de garantía, subvenciones a la perforación exploratoria… En España, hay avances recientes en normativas y ayudas, pero los expertos coinciden en que «falta ese marco integral y predecible que dé seguridad a largo plazo para las grandes inversiones», algo que países como Italia o Islandia ya resolvieron hace tiempo.
«El riesgo de que fondos Next Generation se pierdan existe. Es real. Prueba de ello es que de los 120 millones de euros de ayudas del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para el desarrollo de la geotermia profunda en EspFaña, se otorgaron 111,6 millones para Canarias y cinco para el resto del territorio nacional, quedándose sin asignar unos 3,3 millones. En la actualidad, las ayudas del IDEA para Canarias han pasado de los 111,6 millones de euros a 100,8 M€ como consecuencia de la retirada de Repsol en Canarias». Habla Nemesio M. Pérez, coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), director del Área de Medioambiente del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER).
Central geotérmica de Ribeira Grande, en Azores.
Formado en EEUU y Japón, el reconocido patriarca de los vulcanólogos canarios asegura que en la fase actual «hay que moverse con agilidad y estrategia, sin escatimar todos los recursos necesarios que nos proporciona el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, destinados a materializar todos los trabajos necesarios que contribuyan a garantizar una búsqueda exitosa de recursos geotérmicos existentes en nuestro subsuelo. Por otro lado se hace necesaria una prórroga para la ejecución de estos fondos, como mínimo para finales de 2028». Pérez insiste en el papel «clave» que puede aportar la geotermia al sistema eléctrico. «La geotermia funciona las 24 horas del día, los 365 días del año. Eso permite cubrir parte de la demanda base de electricidad sin sobresaltos, contribuyendo a proporcionar estabilidad al sistema y reducir la necesidad de usar combustibles fósiles».
Gran Canaria Geotermia S.L, una empresa con participación de capital privado, será «un elemento clave» en el desarrollo de la energía en la isla redonda. «Una vez se compruebe que tenemos potencial para su desarrollo, se diseñará una estrategia para captar inversores y convertir a la geotermia en un elemento clave del mix energético renovable que pretendemos para la soberanía energética», dice Morales.
En Tenerife el modelo también es el de colaboración público-privada. «Tenemos una participación entre Involcan y el ITER de un 49% y, por otra parte, DISA y Reykjavík Geothermal tiene el otro 51%. Vamos a confluir en una empresa, Energía Geotérmica de Canarias, que es la que va a gestionar toda esta fase de exploración y prospecciones. Le trasladamos nuestros derechos mineros y los recursos financieros que llevan aparejados, entre ellos la inversión para gestionarlo de una forma única», declara Rosa Dávila.
Cuando se requieran las inversiones para el funcionamiento de una planta geotérmica, se dará entrada a los inversores locales. Será clave entonces que se defina la tarifa que va a regular los kilovatios que se obtengan. «La falta de una tarifa específica para la generación eléctrica a partir de recursos geotérmicos en España puede ser un obstáculo significativo para atraer inversores para el desarrollo de proyectos geotérmicos. Sin una tarifa regulada o un esquema de incentivos claro (como tarifas feed-in o subastas específicas), los inversores no pueden prever con certeza los ingresos futuros del proyecto, lo que aumenta el riesgo financiero, generando una importante incertidumbre económica», denuncia Nemesio M. Pérez. Para él, actividad volcánica de Canarias presenta un prometedor potencial para la geotermia de alta y media entalpía, que «permiten generar electricidad directamente». La geotermia baja entalpía, por su parte, es más adecuada para calefacción, refrigeración o usos industriales. A todo ello se suman los sistemas de geointercambio, también conocidos como bombas geotérmicas de calor, que no requieren la explotación de un reservorio geotérmico, y que representan las tecnologías de calefacción y refrigeración más eficientes disponibles hoy en día
«No se trata de copiar y pegar, sino adaptar las mejores ideas a nuestra realidad», destaca José Martínez desde Suiza. «Para climatización (geotermia superficial, redes de distrito), tienes que mirar a Suiza, Suecia, Francia o Alemania. Son cracks por la cantidad de instalaciones y sus políticas de apoyo local. Para generación eléctrica, la experiencia de Italia en Toscana o la de Portugal en Azores es muy relevante, sin nombrar América, del norte, central y sur, ni tampoco a Filipinas. Allí también se ve que la geotermia puede causar alguna molestia puntual durante las obras (ruido, camiones…) como en cualquier obra. Pero si eres transparente, comunicas bien y escuchas a la gente desde el principio, los proyectos se integran sin grandes problemas», afirman desde la AEG/UEG.
En España también se espera que la energía tenga buena aceptación social. «Hay retardadores climáticos y neonegacionistas que han cuestionado proyectos en Gran Canaria como el de Salto de Chira y la instalación de algunos parques eólicos y fotovoltaicos. Anteponen la afección temporal del paisaje a la eliminación de emisiones de CO2, ala contaminación que produce enfermedades, muertes e importantes afecciones a la biodiversidad. Pero al análisis del potencial de la geotermia no ha habido ninguna oposición», comenta el presidente del Cabildo de Gran Canaria. «Además, las perforaciones en la zona sureste de la isla no suponen ningún riesgo ambiental. Su explotación puede disminuir incluso los riesgos sísmicos. No estamos ante un fenómeno extractivo como el fracking» .
«El impacto visual y ambiental de la geotermia, una vez funciona, es mínimo», dice el consejero de Innovación del Cabildo de Tenerife. «Es un recurso que ocupa 22 veces menos territorio que su equivalente fotovoltaico. Hasta desde un punto de vista de uso de territorio, con el que somos especialmente sensibles en Canarias por ser el recurso más limitado, también nos da muchas ventajas», declara.
«Estamos hablando de una energía limpia, con una huella ambiental muy baja, con potencial de convertirse en un impulsor del desarrollo económico local y que además contribuye a reducir nuestra dependencia energética del exterior. Canarias tiene un potencial geotérmico aún por aprovechar, y explorarlo nos permitiría avanzar hacia un modelo energético más seguro, sostenible y autónomo. No necesita grandes infraestructuras visibles, lo que facilita su integración en el entorno. Ahora bien, como con cualquier proyecto energético, es fundamental la transparencia y la participación ciudadana desde el principio. Si se informa bien, no debería haber oposición, al contrario, puede generar orgullo local y empleo de calidad», concluye Nemesio M. Pérez.