La dictadura chavista que empobrece política y económicamente a Venezuela, se consolidó con la fraudulenta Constituyente que designó en el 2017 una nueva Asamblea Nacional que sustituyó a los congresistas elegidos por el pueblo. La acción se completó con una resolución que reiteraba el objetivo totalitario del régimen: “¡Todo el poder a la Constituyente!”.
Una consigna similar ya había sido lanzada por los bolcheviques el 17 de mayo de 1917 en un documento publicado por el diario Pradva , en la que se esbozaban los lineamientos del partido para la toma del poder, lograda en octubre de ese mismo año tras el derrocamiento del gobierno del líder menchevique Alejandro Kerensky.
La proclama planteaba seis puntos claves para garantizarle a los soviets todo el poder y evitar que el zar, defenestrado en la revolución de marzo y exiliado con toda su familia en una dacha en la lejana Siberia, pudiera reconquistarlo. El documento estaba dirigido a los diputados, obreros y soldados del soviet y fue el eslogan que sirvió de base para el control de la Duma (parlamento) y minar la estabilidad del gobierno provisional.
Lenin definía de este modo el tipo de gobierno que los bolcheviques instalarían tras la toma del poder. Se refería a los objetivos de la guerra civil, contra los restos del ejército zarista y que duró hasta 1921.
También proclamaba la supresión de toda forma de propiedad de la tierra, el establecimiento de un horario de trabajo de ocho horas, y el poder (vlast) absoluto en manos de los soviets, así como el control de los organismos de seguridad para impedir el resurgimiento de la policía ajena al control del partido.
Con la resolución 100 años después que proclamó “todo el poder para la Constituyente”, la dictadura militar de Nicolás Maduro le dijo al mundo su verdadero propósito y su cada vez más claro matiz ideológico, sobre lo que en verdad nunca han existido dudas.