El sábado despertó con la convicción de que tenía que resolver el problema ese mismo día, o no iba a poder dormir nunca más. Estaba muy clara de que a esas alturas no quería ser madre y sentía demasiado miedo como para hacerse una regulación menstrual.
Recordó las anécdotas de su compañera de beca (escuela), la molestia de aquella cánula y… «qué va», decidió aventurarse por los remedios caseros.
Una tía le preparó lo que parecía un brebaje mágico. De refilón logró ver las hojas de alguna yerba, una cerveza; la vio triturar varias aspirinas. Al final puso en sus manos un líquido espumoso y caliente, le sugirió que luego de tomarlo se lanzara varias veces desde la mesa y que esperara.
Aquella receta era un secreto ancestral que había salvado a todas las mujeres de su familia de embarazos que no deseaban.
En la noche, Anlly, llamémosla así, empezó a ver un hilo rojo correr por su entrepierna. Enseguida la invadió el alivio, pero las pérdidas no cesaban…su miedo se hizo real cuando traspasó las puertas del hospital y entre paredes verdes supo que aquel brebaje familiar podía costarle la vida.
Conversar con Maritza Páez Suárez, subdirectora de Ginecobstetricia del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara de Las Tunas, Cuba, pone sobre su mesa de trabajo una de las mayores preocupaciones que, ahora mismo, albergan a esta profesional de más de tres décadas de experiencia.
Rememora frente al micrófono el lastre que ocasionan los abortos ilegales, procedimiento mal asentado en el imaginario popular y con consecuencias funestas.
Desde su sensibilidad casi tangible, y con la ética también como coraza, explica el último caso complicado que se cruzó bajo su esteto y, lamentablemente, le ocasionó a la muchacha joven la pérdida de su útero, ovarios y la condena a una menopausia inducida.
«No me gusta ser absoluta, pero tengo que ser clara, la mayoría de las pacientes que han llegado al hospital después de ingerir brebajes, por diferentes vías, sufren intoxicaciones muy serias y terminan en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Infelizmente, las que han podido salir, a veces lo hacen con sus órganos reproductivos mutilados. Este es un problema que se nos está dando en esta provincia, aclaró la especialista.
Hay muchas plantas que son abortivas, en internet las encuentras, pero casi nunca se sabe en realidad qué pueden provocarles al cuerpo humano. Lo primero es que todas actúan en el sistema inmunológico de quien las consume y ocasionan anticoagulación.
«Usted aborta, pero ¿qué pasa con sus plaquetas? La cascada hematológica va al piso y por tanto puede llegar a consecuencias graves, hasta provocarle la muerte por intoxicación. Como no hay circulación, eso empieza a pulular y se infecta allá adentro», agregó.
A veces, la paciente llega con días de estar sangrando en la casa y termina con una endometritis, y el tratamiento para eso es histerotomía. ¿Usted se imagina a una adolescente de 12 años de edad sin útero y sin ovarios?.
Y precisó la doctora: «Ese proceder que parece tan inofensivo no lo es. Los factores de la coagulación se alteran; el organismo experimenta un desplome y cae en una respuesta inflamatoria sistémica. Incluso, hay mujeres que se ponen estos brebajes vía vaginal y es lógico que les producen infecciones. Casi siempre el resultado es fatal».

Alertas Oportunas
Páez frunce el ceño cuando enumera circunstancias que pueden poner en riesgo la vida de una mujer, mucho más si es adolescente. Ese asunto transversaliza su línea de investigación y le atañe porque, antes que todo, se define como madre.
«Hoy está circulando en la calle, y es bueno que la sociedad tunera lo conozca, Misoprostol. Usted abre el Revolico (sitio de ventas por internet) y se lo va a encontrar porque personas sin muchos escrúpulos lo traen del extranjero. Hasta hay páginas que te dicen cómo usarlo», explicó
Para añadir que «son tabletas que se introducen en la vagina para abortar, pero alerto, esto tiene un esquema que solo puede ser indicado por un médico.
Incluso hay casos de adolescentes que nosotros dejamos ingresadas en el hospital para vigilarles la evolución. Llamo la atención a la familia, a que se cuiden y a que no corran riesgos innecesarios«.
La familia, un engranaje vital
La escasez de métodos anticonceptivos, sobre todo de preservativos y test de embarazo en las farmacias, conspira contra la seguridad de cualquier persona que tenga relaciones sexuales y no quiera concebir un hijo.
No es un secreto que estos productos se encuentran en las redes sociales a precios exorbitantes, alejados del bolsillo profesional. Pero hay que adquirirlos y capitalizar su importancia.
Se impone planificar y cuidar la gestación, deseada o no, con responsabilidad. En el caso de un embarazo por accidente la única vía posible tiene que ser la institucional, otro proceder sería embarcarse por el camino equivocado.
La doctora Maritza alertó: «Sin el apoyo familiar cualquier reflexión cae en saco roto. Toca educar a los adolescentes de ambos géneros para que asuman el sexo con responsabilidad. Y en caso de contratiempos hacer lo correcto».
«Sucede también que una vez hospitalizadas, pacientes y familiares, nos ocultan elementos; nos cuesta trabajo con el especialista en Toxicología, determinar qué medicamentos prescribir porque en dependencia de lo que usted toma, así debemos actuar».
Finalmente, la galena abogó por reforzar la educación desde el hogar, por sembrar apoyos y no regaños.
Aseguró que solo una verdadera imbricación multisectorial puede proteger no solo a las adolescentes, sino también a cada mujer que anda por el mundo y carga en su vientre una vida la cual no se siente en condiciones de defender.
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Este artículo fue redactado para Periódico 26 de Cuba