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Hoy en día, con la cantidad de programas de televisión y de plataformas de streaming que se están estrenando, cada vez es más difícil para una serie captar la imaginación y la atención del público en general.
No es fácil predecir cuál será la próxima «House of the Dragon», «Succession», «The White Lotus» o «Stranger Things». Aun así, este no ha sido el caso de «Adolescencia«.
La miniserie británica de tiene menos de dos meses de haberse estrenado, y aun así ha captado la atención del público y se ha convertido en una nueva fuente de preocupación para padres, no solo de Inglaterra, sino de cualquier país, ya que es un reflejo perturbador de lo que significa criar adolescentes en esta sociedad moderna.
Un llamado de alerta
«Adolescencia» es una miniserie británica de televisión dramática policial de 2025, creada por Jack Thorne y Stephen Graham, dirigida por Philip Barantini y protagonizada por el mismo Graham, Ashley Walters, Owen Cooper, Erin Doherty, Faye Marsay y Christine Tremarco.
En esta miniserie de cuatro episodios vemos cómo el mundo de la familia Miller se pone patas arriba cuando Jamie Miller (Owen Cooper), un niño de 13 años, es arrestado y acusado de asesinar a una compañera de clase.
Los cargos contra Jamie obliga a Eddie (Stephen Graham) y Manda Miller (Christine Tremarco) a enfrentarse a la peor pesadilla de cualquier padre.
Motivado por el alarmante aumento de crímenes con arma blanca en Reino Unido, el actor y productor Stephen Graham creó «Adolescencia» junto al guionista Jack Thorne, con el objetivo de entender qué impulsa a un niño a cometer un acto violento contra una niña.
Inspirado por casos reales como los de Elianne Andam y Ava White, Graham buscó mostrar las complejidades detrás de este tipo de tragedias. Por eso, la serie hace un enfoque en la familia Miller, para desafiar prejuicios y revelar las secuelas emocionales que un crimen tan devastador deja a su paso.

Técnicas de filmación
La miniserie «Adolescencia» se caracteriza por su ambiciosa técnica de grabación: cada episodio se filmó como una toma continua, sin cortes ni ediciones digitales. La cámara fluye de personaje en personaje dentro de cada escena, creando una sensación de inmediatez e intensidad emocional.
Cada episodio tuvo una producción de tres semanas, de las cuales cinco días se dedicaron al rodaje final. Aunque se planeaba filmar cada entrega unas diez veces, dos tomas por día a la vez, varios intentos debieron descartarse y reiniciarse.
Aun así, el primer episodio se completó exitosamente en la segunda toma, mientras que los demás requirieron múltiples repeticiones.
El rodaje de la serie se llevó a cabo entre julio y septiembre de 2024 en distintas locaciones del Reino Unido. Las escenas interiores, como la casa de la familia Miller y la comisaría, fueron filmadas en sets especialmente construidos en Production Park, South Kirkby, para facilitar los largos planos secuencia.
En contraste, las escenas escolares se grabaron en un centro educativo real ubicado en Sheffield. Además, se utilizaron exteriores en South Elmsall, Wakefield y Londres para dar mayor autenticidad visual. Esta combinación de locaciones reales y sets detalladamente diseñados fue esencial para lograr la complejidad técnica de la serie.

Interpretaciones imponentes
No está de más decir que cada miembro del elenco de esta serie hace un gran trabajo. Cada persona que aparece en escena, sin importar cuánto tiempo esté ahí, ofrece una interpretación creíble.
Esto se nota especialmente en los niños y adolescentes que forman parte del elenco: logran un impresionante despliegue de emociones que se nota en cada gesto y cada palabra, desde las escenas más joviales hasta los momentos más desgarradores.
Aun así, hay que destacar la interpretación del joven protagonista, Owen Cooper. Descubierto por Stephen Graham en una audición, Cooper impresionó de inmediato al equipo.
El tercer episodio de «Adolescencia» marcó el inicio del rodaje y el debut actoral de Owen Cooper como Jamie Miller y aquí es que realmente luce una sobrecogedora interpretación de un niño de 13 años lidiando con la carga de las consecuencias de sus acciones y el torrente de emociones que se apoderan de él mientras continúa con sus fútiles intentos de adaptarse al nuevo contexto que se ve obligado a vivir.
También hay que resaltar la actuación del creador de la serie, Stephen Graham, como Eddie Miller. Hace una fiel demostración de un padre que ve cómo su vida se derrumbe mientras se enfrenta a las repercusiones de un horrible crimen cometido por un ser querido.
Las implicaciones sociales, las dudas sobre su papel como padre y los errores que pudo haber cometido, así como su relación con el resto de la familia, todo está ahí. Su interpretación es verdaderamente increíble.
Por cierto, aunque Emilia Holliday (Katie), la joven actriz que interpreta la víctima del crimen, no tiene líneas de diálogo en ninguno de los episodios, su voz marca los momentos más conmovedores de la serie.
Por ejemplo, en el episodio final, se puede escuchar la interpretación de Holliday de «A través de los ojos de un niño», canción de Aurora que encapsula la pérdida de la inocencia.
El director Barantini, profundamente conmovido por el tema, decidió integrarlo desde el inicio, asegurando que la esencia de Katie permaneciera presente hasta la conclusión del show.
Impacto social
La serie «Adolescencia» ha causado un profundo impacto tanto en la crítica como en la sociedad, combinando una ejecución técnica impecable con una narrativa cruda que retrata los desafíos de una generación atrapada entre el aislamiento digital y la influencia de contenidos tóxicos en línea.
Con más de 24 millones de visualizaciones en su primera semana, se ha convertido en la producción más vista de Netflix y ha superado por primera vez en audiencia a los canales tradicionales en el Reino Unido.
Su influencia ha trascendido lo cultural, generando repercusiones políticas, como la propuesta de proyectarla en escuelas y el Parlamento para combatir la misoginia y la violencia de género.
La serie visibiliza los riesgos de la «manosfera» y figuras como Andrew Tate, alertando sobre el impacto del discurso masculinista. Organizaciones y expertos en salud mental destacan su valor para abrir diálogos urgentes sobre violencia juvenil, tecnología y la desconexión emocional de los adolescentes.