Ahora que el presidente está tan asediado, con dos de sus mejores colaboradores al borde de convertirse en delincuentes oficiales y media familia esperando turno para que los condenen, es el momento de cantar las cortesías de alguno de sus gestos y decisiones. A veces acierta, aunque parezca imposible.
Un ejemplo de tino político fue, a mi modo de ver, nombrar a Urtasun al frente del Ministerio de Cultura. Lo primero que debemos decir es que ese apellido navarro lleva por nombre Ernest y eso quiere decir que se trata de un converso. La importancia de llamarse Ernesto en Cataluña. El hombre Urtasun, el converso, es un empleado que vale para todo, ha servido en: Izquierda Plural, Catalunya en Comú, Los Verdes Alianza Europea, Iniçiativa Catalunya Verds, Esquerra Verda y Sumar de la que fue portavoz. Seis partidos a sus pocos años (no ha cumplido los 50) anticipan que cuando sea mayor acabará en Vox.
Como se ve, este peón de la corte madrileña ha cumplido cometidos sobre todo en las izquierdas catalanas y los verdes del mundo entero. Es otro comunista avergonzado del pasado histórico de sus creencias y por lo tanto volcado ahora en la independencia de Catalunya y Navarra, el odio a España, y la vida de las focas. No puede haber mejor currículo para un ministro de Cultura de todos los españoles.
El otro día tuve ocasión de constatarlo. Quise llevar a unos amigos extranjeros a que vieran la pasmosa colección de cerámica griega que conserva el Museo Arqueológico de Madrid, una joya poco frecuentada. Primero consulté el sitio por Internet. En esta España cada vez más venezolana hay que hacerlo siempre antes de salir de casa, aunque, como se verá, no sirva para nada. Miren si no lo que pasa cada vez que te metes en un tren de otro ministro ejemplar, el del tal Puente.
En la página no se advertía de nada, sino que todo parecía estar muy bien en el mejor de los mundos posibles. Era mentira, como es ya habitual en las instituciones sanchistas. Estaba cerrada la colección de cerámica griega y mis amigos hubieron de conformarse con la Dama de Elche que Pétain le regaló a Franco y que es raro que Urtasun no la haya devuelto a Francia. Tampoco había catálogo para enseñarles, por lo menos, alguna foto y que no fueran a creer que mentía en plan jingoísta. Se había agotado hacía meses, quizás años.
«El converso es el encargado de cargarse los museos de Madrid a ver si de ese modo alguien les hace caso a los museos catalanes»
Le pregunté a una de las que daban la cara si iban a abrir la parte griega en algún momento y me dijo que no tenía ni pajolera idea, que sería por la falta de personal y en cuanto a mostrar de nuevo una de las mejores colecciones de Europa, ah, eso sólo lo podía decidir Dios y su portavoz en este mundo, el converso Urtasun. ¿Y por qué no lo avisan en la página web del Museo, señora o señorita? Se encogió de hombros y puso una sonrisa muy funcionarial, esa chica vota socialista.
Por eso creo muy acertada la elección de Urtasun, hombre perfectamente inútil que ha ido trepando por seis partidos, de oca en oca, a la espera de fichar por Vox. Finalmente, este personaje sólo quiere regalar piezas valiosas que (dice) han sido expoliadas por los coloniales imperialistas (nosotros). De modo que es capaz de devolver la colección griega a Sicilia y provocar una carcajada mayor que la de la última devolución de esculturas «robadas» a Nigeria (otro disparate de los verdes alemanes), que ahora adorna los salones privados de un reyezuelo al que allí llaman Oba.
Hay que entenderlo. El converso es el encargado de cargarse los museos de Madrid a ver si de ese modo alguien les hace caso a los museos catalanes. Y cumple obedientemente con su función, como siempre. Y es que este sumiso es uno de esos comunistas vergonzantes y considera que lo de la cultura es un embeleco de la clase media arruinada y de los turistas. Un perfecto ministro del sanchismo. Por eso digo que no todo lo hace mal el marido de Begoña.
