Hay un dicho germano que dice que el control es bueno, pero el control sobre el control es mucho mejor. Ante Dinamarca, Alemania tuvo que llevar el partido del control al caos para hacerse con la plaza de cuartos de final de la Eurocopa del próximo viernes en Stuttgart. Allí espera estar España también, pero para eso tiene que echar este domingo a Georgia.
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Alemania
Neuer; Kimmich, Rüdiger, Schlotterbeck, Raum (Henrichs, m.81); Kroos, Andrich (Emre Can, m.64); Sané (Anton, m.87), Gündogan (Füllkrug, m.64), Musiala (Wirtz, m.81); y Havertz. -
Dinamarca
Schmeichel; Christensen (Bruun Larsen, m.81), Vestergaard, Andersen; Bah (Kristiansen, m.81), Hojbjerg, Delaney (Norgaard, m.69), Maehle; Eriksen, Skov Olsen (Poulsen, m.69); y Hojlund (Wind, m.81). -
Goles
1-0. m.53: Havertz (p.). 2-0. m.68: Musiala. -
Árbitro
Michael Oliver (Inglaterra). Amonestó al alemán Nagelsmann (seleccionador) ; y a los daneses Hjulmand (seleccionador), Bah, Maehle y Andersen. -
Incidencias
El encuentro se suspendió en el minuto 35 por una tormenta eléctrica y fue reanudado 25 minutos después.
La primera parte en Dortmund tuvo de todo. Rodillo alemán los primeros quince minutos, levantamiento danés, tormenta eléctrica más granizada que provocó la suspensión del partido durante 25 minutos y ocasión final de Hojlund, en el minuto de prolongación, que silenció el Signal Iduna Park.
Alemania fue la Alemania de siempre entre el uno y el quince. Cinco remates a portería, cinco saques de esquina, un gol anulado y Dinamarca encerrada en su área. Cuántas veces hemos visto este inicio de partido en tierras teutonas, pero faltó la guinda del gol que le hubiera puesto cuesta abajo el partido. El que anotó Schlotterbeck, en el minuto 4, fue bien anulado por Oliver. En el bloqueo previo al remate del central del Borussia, Kimmich se posicionó adrede en la carrera de un Skov Olsen que, precisamente, era el encargado de defender al autor del tanto.
Con Schmeichel en versión papá Peter, sacando agua por todos lados, Dinamarca empezó a creer y crecer. En el minuto 20, un pase de cincuenta metros hacia la carrera al espacio de Eriksen lo pinchó el centrocampista danés con tanto talento que dio pena que no acabara en gol. Su disparo, con el interior, fue interceptado a tiempo por Rudiger, veloz como el correcaminos para corregir el agujero defensivo teutón.
El partido se igualó y Sané, que jugó de titular en lugar de Wirtz, desesperaba a la grada con sus infinitas conducciones. Lo que viene siendo un chupón de toda la vida. Jugador, claramente, sobrevalorado. Flecha hacia abajo que contrastaba con la flecha hacia arriba de Hojlund. El delantero del United es un maestro en el juego de espaldas, concepto fundamental en un contexto de partido donde Dinamarca necesitaba salir de su área para quitarse el sometimiento alemán.
El ariete tuvo la mejor ocasión de la primera mitad, en una contra conducida por Skov Olsen y finalizada por el ‘9’ con una picadita ante la salida de Neuer, que se hizo grande para evitar el 0-1. Fue la última acción de una larga primera mitad de 70 minutos, marcada por la suspensión en el 35 tras un trueno de considerable estruendo que cayó muy cerca del estadio. Luego, una manta de agua. Así que Michael Oliver, que es de Newcastle, pero debe tener alma del desierto, paró el partido
Los primeros ocho minutos de la segunda mitad pusieron los cimientos del desenlace del partido. En el 48, gol anulado a Andersen. En el 53, penalti del propio defensa danés, y gol de Havertz. Del 0-1, celebrado con cervezas al viento de la afición danesa, al 1-0.
El gol anulado al central del Crystal Palace fue por un milimétrico fuera de juego de Delaney, justo en la acción previa. El centrocampista del Anderlecht recibió al borde del área pequeña un balón tocado antes por la cabeza de Hojbjerg, pero lo hizo en posición antirreglamentaria. El fuera de juego semiautomático no dejaba lugar a dudas. Así es el fútbol con tecnología.
Sentencia de Musiala
Cuatro minutos después, Andersen dejó su brazo derecho despegado en un centro de Raum. Imprudencia castigada con penalti, tras una llamada del VAR a Michael Oliver. El tanto germano desnudó a la defensa danesa, y más temprano que tarde le iba a caer el segundo. Lo perdonó Havertz en un mano a mano clarísimo en el 57, pero no lo haría Musiala en el 68.
Pase de cuarenta metros de Schlotterbeck, Andersen parece el coyote al lado del jugador del Bayern, Schmeichel está muy hundido y tras dar dos pasos hacia adelante se arrepiente y vuelve a su portería y desde allí, solo puede mirar cómo Musiala la pone en la red con el interior de su bota derecha. 2-0 y veinte minutos de la basura. Dinamarca ya no daba para más. La anfitriona espera a España (o a Georgia).