Altri, ¿otra navajada?>

La sociedad gallega vive un debate envenenado y tramposo sobre la instalación o no de una industria transformadora de nuestro excedente de madera para fabricar fibra vegetal y pasta de celulosa liquida. Desgraciadamente este debate me recuerda al menos dos situaciones que viví en mi vida política . En especial recuerdo el doloroso y también tramposo debate sobre la construcción de la autopista de peaje que uniría La Coruña y Vigo. Algunas fuerzas de izquierda -y sobre todo nacionalistas como UPG, ANPG o PSG- calificaron dicha autopista como una ‘navallada’, presentando en los carteles de esas agrupaciones políticas un mapa de Galicia roto por una navaja que coincidía con el trazado de la infraestructuras.Se decía que la autopista aislaría a las poblaciones limítrofes con la vía de alta capacidad. En el delirio argumental se hablaba de esa infraestructura como un muro que separaría a la comunidad gallega y que se causaría un terrible deterioro en el medio ambiente con daños en paisaje, fauna y flora que no se recuperarían nunca.MÁS INFORMACIÓN estandar No Pontón pide que «los 250 millones de Altri» se redirijan al entorno sin presentar alternativas viables Pablo BaamondeEra 1973 cuando el estado en manos de la dictadura franquista hizo la concesión y fue en noviembre de 1973 cuando se constituyó Audasa. Fue el 12 de diciembre de 1973 cuando se inició la construcción del puente de Rande, incendio de algunas máquinas incluidas. Las movilizaciones y el descrédito de la dictadura , así como la crisis económica de los precios del petróleo, que el primer tramo que funcionó entre A Barcala y Santiago norte lo hizo en abril de 1979. En el sur, el tramo Pontevedra-Vigo, tuvimos que esperar hasta febrero de 1981. Pero lo peor es que el tramo La Coruña-Vigo se completó el 21 de noviembre de 1992. O sea, 19 años para hacer 150 kilómetros. Apliquen esta regla a las autovías a Madrid desde La Coruña y Vigo y hubiéramos tardado algo más de 75 años. La autopista A9 terminada, nada se cumplió de aquellas catastróficas predicciones basadas en falsos argumentos científicos. Pero el mal estaba hecho: los gallegos perdimos casi 20 años en peleas bizantinas mientras perdíamos oportunidades de más desarrollo económico y social.



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