La noche había caído en Sevilla, y los Jardines de Murillo, iluminados solo por la tenue luz de las farolas y el resplandor de las casetas, se encontraban llenos de gente a pesar del frío. A pesar de ser domingo, y con el cambio de horario anunciado por la caída temprana del sol pero no había excusas: la cita para la presentación de Ángela, la nueva novela de Gervasio, resultaba tan atrayente como la enigmática figura de santa Ángela de la Cruz, la protagonista de la historia. Entre quienes asistían, se encontraba un público cautivado tanto por la literatura como por la vida de esta mujer que revolucionó el concepto de la caridad cristiana en Sevilla, pero también rostros conocidos como José Luis Sanz, Juan Espadas o Antonio Muñoz.
La carpa estaba repleta de personas que se apiñaban en el paseo central de los jardines, en parte por la curiosidad y en parte por un profundo respeto hacia la figura de Ángela, una figura querida y respetada en la memoria colectiva de la ciudad. En el escenario, las voces de Patricia Godino, María Galiana y Gervasio Iglesias, el autor de la obra se entrelazaban mientras dialogaban sobre el libro y sobre Ángela que, a través de su humildad y entrega total, ha logrado conmover a la ciudad y cambiar su historia.
En el fondo, la novela de Gervasio no es una biografía, como aclaró María Galiana. En realidad, es una conversación íntima entre cinco personajes, que recorren la vida y obra de Ángela a lo largo de tres días, en un momento histórico profundamente polarizado, donde el concepto de caridad estaba lejos del sentido de solidaridad que ella impulsó. La Sevilla que vio nacer a Ángela era una ciudad sin clase media, donde las desigualdades sociales quedaban al descubierto en las calles de barrios populares como la Plaza de santa Lucía, donde ella creció. Ángela, como al propio autor le gusta llamarla, luchó desde joven para transformar esa visión del concepto y conseguir que los pobres ayudaran a los pobres, siendo este uno de los pilares del libro e inspiración de Gervasio Iglesias para escribir la obra, y es que a pesar de declararse ateo confiesa que sí cree en Ángela.
El lado más humilde de sor Ángela
Durante algo menos de una hora se comentaron momentos de la vida de la santa pero también Antonio Dechent subió al escenario para leer algunos pasajes de la novela. El público escuchaba en silencio mientras Dechent encarnaba a aquellos personajes que habían marcado la vida de Ángela, desde la infanta María Luisa de Borbón, que vivía en el Palacio de San Telmo y fue amiga íntima de sor Ángela, hasta el Padre Torres, su confidente y guía espiritual, quien quedaba impresionado por su fervor y entrega absoluta a los más necesitados. Este diálogo que cruza la novela refleja el corazón de Ángela, una mujer que veía en cada pobre el rostro de Cristo y que buscaba en la solidaridad un lazo entre iguales, no una relación de beneficencia vertical.
No faltaron los comentarios sobre llevar la historia a la gran pantalla, pero Gervasio, conocido productor de éxitos como ‘La isla mínima’ y ‘Modelo 77’, explicó con nostalgia que la idea fue bien recibida por la comunidad religiosa, aunque nunca se concretaría, ya que las hermanas de la comunidad no conciben la idea de que una actriz interprete el papel de la santa, una decisión que ha respetado el autor. La cita puso fin con una pregunta en el aire cuál es la vigencia de Ángela en Sevilla.
En sus palabras, se percibía la admiración hacia una mujer que supo trascender más allá de los prejuicios religiosos de su época. Los valores humanos de Ángela de la Cruz, esos que la novela ha rescatado de las hemerotecas y los recuerdos de la ciudad, hoy siguen vivos en cada acto de solidaridad genuina, y en noches como esta, donde el frío y la oscuridad deberían de apartarse para abrir paso a su legado.