Stellantis ha anunciado sus cifras preliminares para el primer semestre de 2025, revelando unas pérdidas netas de 2.300 millones de euros. Este resultado contrasta con los 5.647 millones de euros de beneficios obtenidos en el mismo periodo de 2024, marcando un giro en el desempeño financiero del grupo automovilístico.
En este primer semestre, Stellantis ha asumido cargos netos antes de impuestos por valor de 3.300 millones de euros, derivados principalmente de la cancelación de programas y el deterioro de la plataforma, a lo que se suma el impacto de los nuevos aranceles estadounidenses en sus cuentas.
Se estima que los efectos iniciales de estos aranceles han supuesto un costo de 300 millones de euros para Stellantis, tanto por su aplicación directa como por la decisión de la compañía de reducir la producción en respuesta a estas medidas.
Los ingresos por ventas del grupo se prevén en aproximadamente 74.300 millones de euros, lo que representa una caída del 12,6% respecto a los ingresos registrados entre enero y junio de 2024. Los resultados financieros consolidados definitivos se harán públicos el próximo 29 de julio.
Stellantis vendió 1,447 millones de vehículos entre abril y junio de este año, un 6% menos que en el segundo trimestre de 2024. Norteamérica fue la región más afectada, experimentando una disminución del 25% en las ventas, lo que se traduce en una reducción de 109.000 unidades (pasando de 431.000 a 322.000).
El grupo ha atribuido este descenso a factores como la menor fabricación y los envíos de vehículos importados —gran parte de ellos sujetos a los nuevos aranceles—, así como a una reducción en las ventas a través del canal de flotas.
En Europa ampliada, las entregas en el segundo trimestre también mostraron una caída interanual del 6%, con unas 50.000 unidades menos vendidas, pasando de 772.000 a 722.000 vehículos.
