
El Tribunal Correccional de París inicia este lunes el proceso contra ocho hombres y dos mujeres acusados de «ciberacoso sexual» contra Brigitte Macron, víctima de una campaña ultra sobre su identidad sexual y su vida amorosa con el presidente de la República.
Esas campañas … comenzaron el otoño del 2016 y la primavera del 2017, cuando parecía evidente que Macron sería el próximo presidente francés.
En principio, Macron comenzó por comentar que se trataba de «cosas de chalados». Su esposa se sintió lógicamente agredida con maldad, víctima de una campaña que continuó creciendo con flecos siempre más sucios. Hasta que los esposos decidieron presentar una querella judicial el verano del 2024. Ese es el procedimiento que este lunes llega a los tribunales.
Lunes y martes, en principio, si no hay aplazamiento, por razones técnicas imprevistas; el Tribunal Correccional deberá iniciar el juicio de ocho hombre y dos mujeres, relacionados, todos, con grupúsculos extremistas de ultraderecha, conocidos y perseguidos en varios casos por delitos de opinión de naturaleza canallesca.
Los detenidos tienen entre 41 y 60 años y ejercen profesiones en apariencia respetables: «publicidad», «comunicación». Algunos de ellos han sido condenados por delitos de difamación.
Contra Brigitte Macron, los diez acusados de «ciberacoso sexual» utilizaron las redes para lanzar todo tipo de infamias sobre la gran aventura amorosa entre una profesora y un alumno mucho más joven, sobre la identidad sexual «auténtica» de la primera dama de Francia, sobre su «cambio de identidad», sobre la personalidad de su hermano, sobre el «origen» de sus hijos, fruto de su primer matrimonio fallido…
Esa odiosa campaña francesa terminó creciendo en los EE. UU., donde una ‘influencer’ próxima a Donald Trump y Vladímir Putin la hizo suya con un éxito devastador: millares y millares de «seguidores» se hicieron eco de la historia. Ante esa dimensión internacional, los Macron anunciaron la presentación de otra querella internacional ante la justicia norteamericana. Querella que sigue su curso, sin calendario conocido, por ahora.
En París, el Tribunal Correccional deberá comenzar por estudiar las demandas de la defensa de los acusados. Salvado ese eventual «escollo» técnico, se iniciará el proceso propiamente dicho por «ciberacoso sexista».
En Francia, el ciberacoso puede castigarse con dos años de cárcel y varias decenas de miles de euros de multa. Ante esa eventualidad, varios abogados de la defensa de los acosadores han lanzado esta advertencia: «Para que nuestros clientes sean condenados será necesario probar que Brigitte Macron ha visto alterada su salud mental».

