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El plátano de sombra, con más de 90.000 ejemplares, es el predominante en la mitad de los barrios, en especial en Vallecas, Carabanchel y Mirasierra

Madrid se ha transformado estos días en un campo minado para los alérgicos, con más de 150.000 árboles que pueden provocarles picores, estornudos o moqueo. Las intensas lluvias de marzo, combinadas con el repunte de las temperaturas, han desencadenado una explosión en los niveles de polen. El resultado: un simple paseo por la ciudad puede convertirse en una pesadilla para entre el 15% y el 25% de la población que, según estima la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), es sensible al polen.
Pólenes alergénicos
de árboles urbanos
en Madrid
Según el censo de arbolado viario de Madrid, una de cada cuatro especies plantadas en sus calles es alergénica.
La concentración existente de Plátano de sombra, oleáceas y cupresáceas pueden intensificar las alergias y provocar nuevas.
La geolocalización de estos árboles marca los puntos negros de la capital
La familia de las Plantáceas se caracteriza por la especie del Plátano de sombra. Esta cuenta con diferentes variedades plantadas en los parques de Madrid como: el Plátano de sombra, el Plátano común y el Plátano de Oriente, que polinizan entre marzo y abril. Estas plantas se encuentran por toda la ciudad pero hay zonas de mayor concentración como muestra el mapa
Grano de polen
ampliado al
micoscopio
Por su cantidad ocupa el primer lugar en el espectro polínico atmosférico
Presencia del
árbol en vía urbana
Cuatro Caminos,
Castillejos,
Hispanoamérica
y Nueva España
Evolución de los
niveles ambientales
Estación de medición de la Clínica Subiza
( C/ del Gral. Pardiñas, 116)
En gramos por m³
La familia de las Oleáceas se caracteriza por la especie del Olivo y del Aligustre. Madrid cuenta con variedades como: Olivos, Aligustre, Aligustre del Japón o Aligustre arbóreo, cuya época de polinización se da entre mayo y junio. Estas se pueden encontrar, principalmente, en: Vicálvaro, Ciudad Lineal y Centro.
El polen de olivo aparece en el aire de Madrid en el mes de abril y su presencia se prolonga a lo largo de mayo y junio
Presencia del
árbol en vía urbana
Evolución de los
niveles ambientales
Estación de medición de la Clínica Subiza
( C/ del Gral. Pardiñas, 116)
En gramos por m³
La familia de las Cupresáceas se caracteriza por la especie del Ciprés. En la capital se encuentran variedades como: el Ciprés común, el Ciprés de Arizona, el Ciprés de Monterrey, el Ciprés de Leyland o el Ciprés de Lawson. Sus meses de polinización se localizan entre finales de enero, febrero y principios de marzo, lo que caracteriza a estas plantas como las causantes de las alergias invernales en la capital.
Es el polen más abundante durante
los meses invernales y casi el único
polen alergénico con una incidencia
atmosférica alta en esta época
Presencia del
árbol en vía urbana
Sanchinarro
(Valdefuentes)
Intersecciones
de la M-30
Calle de Ana
María de Austria
Av. de Francisco
Pi y Margall
Av. de Niceto
Alcalá Zamora
Evolución de los
niveles ambientales
Estación de medición de la Clínica Subiza
( C/ del Gral. Pardiñas, 116)
En gramos por m³
Fuente: Ayuntamiento de Madrid, Comunidad de Madrid,
Universidad Carlos III, GreeMta y Map Tiler /
ABC / J. Torres y L. Albor
Pólenes alergénicos
de árboles urbanos en Madrid
Según el censo de arbolado viario de Madrid, una de cada cuatro especies plantadas en sus calles es alergénica. La concentración existente de Plátano de sombra, oleáceas y cupresáceas pueden intensificar las alergias y provocar nuevas.
La geolocalización de estos árboles marca los puntos negros de la capital
De familia de las Plantáceas, cuenta con diferentes variedades plantadas en las calles de Madrid como: el Plátano de sombra, el Plátano común y el Plátano de Oriente, que polinizan entre marzo y abril. Estas plantas se encuentran por toda la ciudad pero hay zonas de mayor concentración en algunos barrios como muestra el mapa
Grano de polen
ampliado
al micoscopio
Por su cantidad ocupa el primer lugar en el espectro polínico atmosférico
Presencia del
árbol en vía urbana
Cuatro Caminos,
Castillejos,
Hispanoamérica
y Nueva España
Evolución de los niveles ambientales
Estación de medición de la Clínica Subiza ( C/ del Gral. Pardiñas, 116)
En gramos por m³
La familia de las Oleáceas se caracteriza por la especie del Olivo y del Aligustre. Madrid cuenta con variedades como: Olivos, Aligustre, Aligustre del Japón o Aligustre arbóreo, cuya época de polinización se da entre mayo y junio. Estas se pueden encontrar, principalmente en: Vicálvaro, Ciudad Lineal y Centro.
El polen de olivo aparece en el aire de Madrid en el mes de abril y su presencia se prolonga a lo largo de mayo y junio
Presencia del
árbol en vía urbana
Evolución de los niveles ambientales
Estación de medición de la Clínica Subiza ( C/ del Gral. Pardiñas, 116)
En gramos por m³
La familia de las Cupresáceas se caracteriza por la especie del Ciprés. En la capital se encuentran variedades como: el Ciprés común, el Ciprés de Arizona, el Ciprés de Monterrey, el Ciprés de Leyland o el Ciprés de Lawson. Sus meses de polinización se localizan entre finales de enero, febrero y principios de marzo, lo que caracteriza a estas plantas como las causantes de las alergias invernales en la capital.
Es el polen más abundante durante
los meses invernales y casi el único
polen alergénico con una incidencia
atmosférica alta en esta época
Presencia del
árbol en vía urbana
Sanchinarro
(Valdefuentes)
Intersecciones
de la M-30
Calle de Ana
María de Austria
Av. de Francisco
Pi y Margall
Av. de Niceto
Alcalá Zamora
Evolución de los niveles ambientales
Estación de medición de la Clínica Subiza ( C/ del Gral. Pardiñas, 116)
En gramos por m³
Fuente: Ayuntamiento de Madrid, Comunidad de Madrid, Universidad Carlos III, GreeMta y Map Tiler
ABC / J. Torres y L. Albor
Según el censo de arbolado viario de Madrid, una de cada cuatro especies plantadas en sus calles es alergénica. «Decir que el índice de alérgenos es del 25% es muy relativo», señala Gabriel Dorado, Director del Máster en Jardines Históricos y Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde de la Universidad Politécnica de Madrid. «Todos los vegetales producen compuestos volátiles que son fundamentalmente lo que provocan alergias; hay algunos que son mas alergénicos que otros, también depende de la cantidad de especies que hay en un determinado lugar y de la época del año. Cuando más individuos haya que estén floreciendo a la vez, más van a afectar a la población».
En este sentido, el experto señala que la solución pasaría por diversificar especies, algo que tal y como se observa en el gráfico superior, en numerosas zonas de Madrid no se cumple. «Hay una recomendación de la OMS de que una especie no supere nunca más del 15% de individuos, nosotros lo superamos con creces tanto con el plátano como con el aligustre», afirma Dorado.
De hecho, el plátano de sombra supone más del 15% del total de árboles plantados en vías urbanas y es el más numeroso en la mitad de los barrios de la ciudad. Con más de 90.000 ejemplares, es especialmente abundante en Ensanche de Vallecas (4.358), Buenavista (2.902) y Mirasierra (2.440).
Su gran difusión en las ciudades se debe, según el profesor, a que «es un árbol muy plástico, grande, de copa amplia que produce muchísimos servicios ecosistémicos», sin embargo, el problema se produce «cuando hay muchos concentrados en un determinado lugar».
Aglutinaciones similares se producen en la ciudad con las oleáceas (olivos y aligustres), que precisamente se encuentran ahora en su época de polinización —entre mayo y junio—, con más de 30.000 ejemplares. El aligustre del Japón es la especie más numerosa y la predominante en 13 barrios de la capital, entre ellos Valdebernardo, Fuente del Berro, Embajadores, Opañel o Canillejas.
En cuanto a las cupresáceas, otra de las familias más problemáticas para los alérgicos, suman casi 30.000 ejemplares, repartidos por barrios como Valdefuentes, Ensanche de Vallecas o Abrantes.
Ahora bien, si se tiene en cuenta el total de ejemplares con potencial alergénico, se observa cómo los barrios más afectados son Amposta y Plantío, donde cerca del 70% de los árboles distribuidos en sus calles pertenecen a especies alérgenas. ¿Cómo influye este hecho en sus vecinos?
Dime dónde vives y…
«Lo primero que tenemos que saber es que los pólenes son capaces de viajar grandes distancias –hasta centenas de kilómetros– arrastrados por las corrientes de aire», señala el doctor Pedro Ojeda, presidente de la Comisión de Comunicación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. «Por lo tanto, no es imprescindible que un paciente viva en una zona alergénica para poder tener exposición a los pólenes. Yo puedo residir en un barrio donde haya poca densidad de plantas alergénicas y, aun así, estar expuesto».
No obstante, señala el experto, los residentes en áreas con altos índices de vegetación alergénica «van a experimentar síntomas más frecuentemente y probablemente de forma más intensa, especialmente los días de alta polinización». Algo que, según explica, puede suponer que su «sistema inmunitario se vuelva más reactivo, más sensible o más alérgico, por decirlo de alguna manera».
¿Y los no alérgicos?
«Es posible que personas que vivan en zonas de alta densidad alergénica se puedan volver alérgicas, o tengan más facilidad para ello», alerta Ojeda, y ejemplifica: «Una persona que pueda ser alérgica a los ácaros del polvo de la casa por haber residido en zonas de costa, y luego se mude a vivir a una zona de alta densidad polínica, es fácil que su sistema inmunitario también se vuelva alérgico a los pólenes. Y es más probable si vive en una zona de alta densidad polínica que en una de baja densidad».
En el caso de Madrid entra en juego, además, otro factor determinante: «Los óxidos de nitrógeno que se producen por la contaminación, partículas de escape de motores diésel… son agentes que van a estimular la respuesta del sistema inmunitario por un lado, y por otro, van a dañar las mucosas respiratorias y facilitar la penetración y captación de proteínas alergénicas de los pólenes, lo que puede hacer que el sistema inmunitario desarrolle una respuesta de tipo alérgico».
La solución
Pese a que el último Plan de Arbolado Urbano y Viario del Ayuntamiento de Madrid no contempla de manera específica el objetivo de reducir las especies alergénicas, sí incluye la necesidad de diversificar: «La solución no pasa por eliminar árboles que ya son grandes, pero sí por que cada vez que se plante nuevo arbolado se haga de especies distintas», subraya Dorado, que asegura que lo más efectivo para los alérgicos es «que salgan con mascarilla, es básico».
«Afortunadamente, tenemos maneras de combatir las alergias», remacha Ojeda. «Los alergólogos manejamos desde hace más de cien años los tratamientos de vacunas de alergia, que avanzan tanto en su eficacia como en su seguridad, y que hacen que el sistema inmunitario aprenda a realizar respuestas de tolerancia inmunológica frente a aquello frente a lo que nos estamos vacunando».