Más de ocho millones de personas vivimos en Cataluña actualmente. Somos una sociedad diversa y plural, que se esfuerza día a día por crecer y tener un mejor presente y futuro. Y aunque los datos macroeconómicos parecen indicarnos que la economía va bien, lo cierto es que la realidad social no refleja lo mismo.
Alrededor del 25% de esos ocho millones de personas viven en riesgo de pobreza o exclusión social, según datos del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat). Cerca del 9% viven con privación material y social severa, enfrentando situaciones tan graves como no tener la capacidad de afrontar gastos imprevistos, no poder mantener la vivienda en la temperatura adecuada, no poder hacer frente a tiempo a pagos relacionados con la vivienda habitual, o algo tan básico como no poder tener dos pares de zapatos en buenas condiciones o conexión a internet. Ese 9% de la población catalana vive diariamente varias de estas situaciones a la vez, entre otras casuísticas, igual o incluso más graves.
Vivir en riesgo de pobreza o exclusión afecta especialmente a niños, niñas y adolescentes. Precisamente son ellos y ellas quienes en la edad adulta deberán ser el motor de Cataluña. Sin embargo, su presente está lleno de limitaciones y dificultades que probablemente lastren sus opciones de tener un futuro mejor, arrastrando incluso un posible efecto “cicatriz” en su desarrollo personal y laboral.
Si vamos más allá de los datos y nos fijamos en lo que opina la población catalana, vemos que según la reciente Encuesta Vivir la Desigualdad de Oxfam Intermón (donde se ha preguntado a más de 4.000 personas de España, de ellas casi 1.000 de Cataluña) el 47% de las encuestadas consideran que es urgente garantizar medidas políticas dirigidas a que las personas y los hogares tengan ingresos suficientes y un trabajo digno, mientras que el 39% considera que atender el problema de acceso a la vivienda debe ser algo urgente y prioritario a resolver.
Según esa encuesta, más del 50% de las personas en España no están satisfechas con la situación económica que viven actualmente y más del 40% tampoco lo está con su situación laboral. Encontramos datos similares si solo analizamos las respuestas aportadas por los residentes en Cataluña. Es lógico que estemos reclamando soluciones urgentes en materia de vivienda, cuando el 70% de la población encuestada que vive en Cataluña destina entre un 30% y un 70% de sus ingresos mensuales al pago de alquiler, siendo eso un impedimento enorme para lograr llegar a fin de mes.
Los retos que tenemos en Cataluña en materia de desigualdad, pobreza, exclusión y vulnerabilidad son grandes. Lo dicen los números y las voces de las que vivimos aquí. Es urgente que se pongan en marcha medidas y políticas valientes que den solución a las causas estructurales de desigualdad y pobreza que vamos arrastrando desde hace años. No podemos conformarnos con “parches” o con “aplazamientos” hasta unas próximas elecciones catalanas. Necesitamos contar con un gobierno en Cataluña cuanto antes, que priorice la agenda social y ponga en el centro de su programa dar soluciones estructurales a estas asignaturas pendientes.
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Raquel Checa es responsable del programa Desigualdad Cero de Oxfam Intermón
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