Ayoub Ghadfa (Marbella, 1998) desafa al porvenir y se vislumbra de oro en agosto, en la Suzanne Lenglen de Pars. Pero el pgil tambin otea el pasado y se proyecta en Uzkudun, en Urtain, en Evangelista y suea con seguir esa estela rota de los grandes pesos pesados de la historia de Espaa, dolos de un pas en blanco y negro, gigantes que conmueven como nadie sobre un cuadriltero. Ayoub es ahora imponente, como lo fueron ellos, 195 centmetros, 105 kilos, bceps como caones para el asalto olmpico, un billete en juego el prximo mes de mayo en el ltimo Preolmpico de Bangkok. Pero Ayoub no fue siempre as. Y esa infancia de bullying en Marbella la lleva tatuada en el alma con que afronta cada combate.
Para saber ms
Para saber ms
Mi padre estaba harto. ‘Quieres aprender a defenderte?’, recuerda ahora esas palabras que le pusieron contra las cuerdas, no tan lejanas de su infancia. Me hacan bullying en el colegio. Mi padre me apunt a kickboxing. Yo estaba gordito, era muy grande. Si jugbamos al ftbol, me ponan de portero. Me excluan, se metan con mis orejas, con mi fsico y llegaba llorando a casa, relata esa gnesis de lo que ahora es su vida. Pues con el kickboxing como base y una fortaleza fsica y mental fraguadas en esos abusos, en esos insultos constantes -me decan moro de mierda, gordo, orejn… de todo- y en el racismo que le llevaba a preguntar a sus padres, de origen marroqu, que por qu l no era blanco como ellos, devino a su llegada a Madrid -fue descubierto por Jos Valenciano en su gimnasio del barrio de Argelles- para estudiar la carrera de INEF en un boxeador de categora, que no tard en ser reclutado por el equipo nacional.
Lo pas mal, fue una poca dura. Siempre eran los mismos. Hace aos no estbamos tan mentalizados, se lo decas a los profesores y pasaban. Mis padres me iban a cambiar de colegio. Una vez me amenazaron con un cter, el chaval deca que me quera matar. Luego le expulsaron. Ahora, con todos ellos me llevo bien. Cuando eres un nio haces cosas que te arrepientes, sigue Ghadfa, que hace unas semanas perdi contra el italiano Lenzi en el preolmpico de Busto Arsizio, una decisin controvertida de los jueces. El segundo asalto lo gan claro, pero un juez no me lo dio. Era un rival factible e hice una buena pelea, lo suficiente para ganar. Pero no somos perfectos y hay cosas que mejorar. Vamos a trabajar y aprender la leccin, reflexiona.
Ayoub forma una hermandad asentada en el noble arte y en la religin musulmana con Enmanuel Reyes Pla y Gazi Khalidov, otros dos pgiles espaoles con anhelos olmpicos. Admira la personalidad de Mohamed Ali y la pegada de Mike Tyson. Est enganchado a la lectura, a la triloga La novia gitana de Carmen Mola. Y cuando sube al ring, no tiene miedo. Ah arriba es una mezcla de sensaciones. La tensin, la responsabilidad de no cagarla, de no llevarte un mal golpe. Cuando suena la campana, se dispara la adrenalina. A veces ni te acuerdas de lo que pasa, describe quien fuera plata en el Europeo de 2022 y bronce en el ltimo Mundial, donde se comprob capaz de estar entre los mejores con su juego de pies y su dominio de la distancia larga.
Ghadfa, licenciado en INEF, se confiesa obsesionado con los Juegos. Te cambian la vida para siempre. Lo quieres, lo quieres y lo quieres. Pero como me dice mi psiclogo, hay muchos factores y no hay que perder la cabeza ni estar ansioso. De momento, ya hay tres espaoles con billete a Pars (Jos Quiles, Laura Fuertes y Reyes Pla). Ayoub quiere ser el cuarto.