La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha respaldado este jueves el bulo creado por su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, para intentar intimidar a periodistas de EL PAÍS. Este cargo público envió el martes a varios medios de comunicación la foto y el nombre de dos periodistas de este diario, a los que acusó falsamente de haber acosado a menores de edad en las inmediaciones del domicilio de la líder. Los informadores se habían desplazado a la zona para comprobar presuntas irregularidades en la vivienda en la que Ayuso reside junto a su pareja, Alberto González Amador, comisionista investigado por fraude fiscal. Poco más de 24 horas después del intento de intimidación, y pese a la condena unánime de asociaciones de periodistas, sindicatos y partidos de la oposición, Ayuso ha respaldado este jueves a su jefe de gabinete por la vía del y tú más: los partidos de izquierda, ha venido a decir, presionan más y peor a los periodistas. Solo cinco minutos antes, el pleno del Parlamento había aprobado, con los votos del PP, una declaración en defensa de la libertad de prensa.
“A [Pedro] Sánchez le preocupa dónde duermo porque le quito el sueño, es una obsesión lo que tiene conmigo”, arranca Ayuso este jueves. “Pablo Escobar, a su lado, es un principiante”, dispara, comparando al PSOE con el sanguinario narcotraficante. “Nos vienen a dar lecciones [los representantes de la oposición] cuando no han dejado de atacar recientemente a los medios de comunicación”, añade.
Y así, con una frase llena de falsedades, respalda el bulo de Rodríguez: “No se puede intimidar a una persona en su propiedad privada, como está pasando; no se puede presionar e intimidar al entorno de los políticos en cuarta generación, como están haciendo; no se puede intimidar a una portera de finca, ni a los vecinos, ni a ciudadanos anónimos, e incluso a menores, que es lo que está pasando en estos días. Así que si ustedes siguen por ese camino, me da exactamente igual. Todo se va a demostrar. […] Una investigación fiscal es todo lo que tienen ustedes en su mano”.
Parece una huida hacia delante. En lugar de rectificar a su mano derecha, o cesarle, como pedía la oposición, Ayuso opta por una defensa cerrada de Miguel Ángel Rodríguez. Inmediatamente, la secundan sus colaboradores, que repiten mecánicamente sus argumentos. Parece una reacción coordinada, al ataque, todos juntos.
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Así ocurre todo. Contra las críticas de la oposición al bulo de Rodríguez, Ayuso y sus colaboradores aseguran que la izquierda es la que presiona a los periodistas. Contra las críticas de la oposición a las amenazas de Rodríguez a elDiario.es, Ayuso cita al ministro Óscar Puente como ejemplo de que la izquierda desprecia a los medios de comunicación que le son contrarios. Y contra las críticas de la oposición al caso que afecta a la pareja de Ayuso, el caso Koldo, la trama de comisiones ilegales para conseguir contratos de suministro de mascarillas a la Administración central en lo peor de la pandemia. De pedir disculpas y retractarse, nada.
“Tratan de tapar los casos de corrupción económica y política que asolan al Gobierno de Pedro Sánchez”, lanza Miguel Ángel García, el portavoz del Gobierno, que de nuevo acusa sin pruebas a los medios de comunicación de estar “atosigando” a los vecinos de la presidenta, “mañana, tarde y noche, incluso a menores de edad”. Y que asegura: “Queréis derribar a una presidenta legítima, acosar a ciudadanos anónimos”.
Pero no, la oposición no se amilana, ni cesa de preguntar una y otra vez por el caso que afecta a la pareja de la presidenta, González Amador, el comisionista al que la Fiscalía acusa de un presunto fraude fiscal valorado en más de 350.000 euros. Y sí, la oposición se enfrenta también a Díaz Ayuso por las maniobras de su jefe de gabinete. Y de eso nace una sesión tensa y desabrida, llena de reproches cruzados.
“Tenemos un Gobierno en bancarrota moral”, lanza Manuela Bergerot, la líder de Más Madrid. “Amenazar a un periodista es amenazar la democracia”, subraya. “Los comisionistas, conseguidores y testaferros no salen de la nada. Las ranas de Aguirre se criaron en el lodo de la burbuja inmobiliaria, y las de Ayuso, en el de la privatización sanitaria”, opina. “Cuando Miguel Ángel Rodríguez le dijo a elDiario.es ‘os vamos a triturar’, ¿en qué nombre hablaba?”, pregunta. “Porque si no lo cesa ya, usted es la que maneja la trituradora”, sigue. “No es responsable de los negocios de su pareja, tiene razón. Es responsable de mentir en la rueda de prensa del Consejo de Gobierno, donde defendió a un defraudador confeso. Es responsable de utilizar las instituciones madrileñas para su propio provecho”.
Una línea parecida sigue Hugo Martínez Abarca, también diputado de Más Madrid: “Están ustedes convirtiendo el Consejo de Gobierno en un vertedero moral que solo se va a limpiar si dimite la señora Ayuso y si dejan de comportarse con actitudes mafiosas y empiezan a comportarse como una institución dentro de un Estado democrático”.
“Cuando unos periodistas se ponen a investigar y destapan el pastel, ustedes envían al matón de la pandilla, envían a ‘Miki el Cogorzas’ a meter una cabeza de caballo entre las sábanas de los periodistas”, añade Emilio Delgado, del mismo partido, en referencia a Rodríguez.
Por su parte, Juan Lobato, el líder del PSOE, se centra en la polémica que rodea a la pareja de la presidenta. “La semana pasada le pedí explicaciones y usted mintió”, apunta en referencia a que Díaz Ayuso dijo que su pareja no había cometido ningún delito, cuando luego se supo que el empresario había admitido dos de fraude fiscal ante Hacienda. “Le pedí que dimitiera por mentir, y usted se negó”, añade. “Pues que sepa que esto no ha acabado aquí”, remata, prometiendo fiscalizar todos los contratos de la Comunidad con el gigante sanitario Quirón, el principal cliente de la empresa del comisionista que convive con la presidenta regional.
Ayuso escucha con una media sonrisa, como revistiéndose de una coraza hecha de ironía. El lunes defendió que su jefe de gabinete amenazara con triturar a un medio de comunicación. Este jueves, que extendiera bulos para intimidar a periodistas. Y el viernes, si no hay nada más de ese estilo que respaldar, pondrá tierra de por medio con la polémica que afecta a su pareja viajando a Chile (del 21 al 25 de marzo) en un desplazamiento institucional.
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