Tras la peor sequía en 200 años, Barcelona ha dado este miércoles el primer paso para reabrir las fuentes ornamentales de la ciudad, que llevaban más de dos años paradas debido a las restricciones del agua. El alcalde de la capital catalana, Jaume Collboni, ha celebrado esta “vuelta a la normalidad”, pero ha avisado de que el Ayuntamiento mantiene el compromiso de invertir para mantener las reservas de agua freática (la que hay en el subsuelo de la ciudad) para combatir futuros episodios de bajas lluvias. Esta decisión llega después que la Generalitat anunciase el fin de la alerta por sequía en Barcelona, el pasado sábado.
Collboni ha señalado que la reapertura de las fuentes ornamentales se hará “de forma progresiva”, por lo que en primer lugar se pondrán en marcha las más pequeñas, con una superficie inferior a los 40 metros cuadrados (en total 74), hasta finales de junio. En la siguiente fase, que se alargará hasta el otoño, se reabrirán 73 más (con superficie de entre 40 y 100 metros cuadrados). Para este periodo se prevé la reinstauración de la Font Màgica de Montjuïc, que según el alcalde está pasando por un proceso de “transformación” —con la renovación de su sistema de sonido e iluminación—, y que “estará lista para las fiestas de La Mercè, en septiembre”, ha asegurado. Las 72 fuentes restantes, que son aquellas con una extensión superior a los 100 metros, se reabrirán entre finales de este año y principios del siguiente, debido a que requieren de una mayor “complejidad técnica”.
El otro gran cambio que llega al levantar las restricciones de agua es la recuperación del riego de los espacios verdes con agua potable, aunque se continuará realizando con aguas freáticas siempre que sea posible. Collboni ha puntualizado que el objetivo final es conseguir que todo el sistema funcione con agua del subsuelo, aunque no ha dado ninguna fecha ni previsión sobre la consolidación de esta idea. También ha explicado que el Ayuntamiento está trabajando para restituir los árboles que han muerto durante la sequía —“ya hemos rehabilitado el 40%”—, y ha anunciado que una vez finalizado el proceso, Barcelona tendrá “1.500 árboles más de los que había antes” (del inicio de la sequía).
Collboni ha querido felicitar a los ciudadanos y empresas de la ciudad por el “esfuerzo colectivo” realizado durante los últimos años de restricciones, ya que entre 2022 y 2024, el consumo de agua en la ciudad ha disminuido en un 40%, según ha dicho. Asimismo, ha hecho un llamamiento a mantener “el consumo responsable”, y ha destacado que, pese al fin de las restricciones, el consistorio mantendrá las inversiones por valor de 20 millones de euros previstas para desarrollar proyectos y mantener instalaciones en vistas a futuras sequías. En ese sentido, ha anunciado que ya se ha iniciado la tramitación urbanística para construir una treintena de depósitos pluviales —los embalses subterráneos para guardar el agua de la lluvia—, que se sumarían a los 15 ya existentes.