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En Loma Atravesada, Samaná, hay una pequeña comunidad dedicada en gran parte a la agricultura y la ganadería. Produce cultivos de ciclo corto como jengibre, yautía y ñame.
Unas cuantas decenas de casas conforman esta pequeña comunidad, donde resaltan construcciones largas, completamente hechas de láminas de zinc, con divisiones identificadas con números en cada puerta y sin ventanas. Estos son los cuartos alquilados a los trabajadores haitianos que se encargan de la siembra y cosecha de productos agrícolas en esta zona altamente productiva, reconocida por su jengibre orgánico.
La calle principal de la aldea, en un punto se mete en el área de amortiguamiento sur del Parque Nacional Cabo Cabrón, un área protegida ubicada en la península de Samaná. Este parque, declarado como tal en 1992, forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y es reconocido por su biodiversidad, paisajes espectaculares y ecosistemas únicos.
En los últimos años se ha convertido en un punto de interés ecoturístico por su belleza escénica y pozas naturales que se forman en la roca coralina con el choque de olas en su extremo norte.
La depredación del parque
Desde la comunidad de Loma Atravesada se puede observar la zona núcleo del sur del parque, que se eleva por arriba de 550 metros sobre el nivel del mar. También es evidente la actividad agrícola dentro del mismo, la cual ha avanzado constantemente desde la creación del área protegida.
Imágenes satelitales históricas muestran cómo desde hace más de dos décadas el parque ha ido perdiendo su cobertura boscosa por el avance de la agricultura y la ganadería. Más del 60 % del territorio evidencia la actividad dentro del área protegida.
En los últimos cuatro años la agricultura sigue avanzando, eliminando poco a poco los últimos parches de vegetación hasta tocar el punto más alto del parque, conocido como La Gran Meseta, como atestigua Google Earth.
En junio de 2023, un incendio consumió parte del área protegida, el cual fue atribuido a un haitiano que realizaba actividades agropecuarias, por lo que fue sometido a la justicia.
La segunda semana del presente diciembre, Diario Libre hizo vuelos con dron al sur y centro de la zona núcleo del área protegida, donde se pudo observar la tumba y quema de restos de bosque, siembra y ganadería activa, además de unas cuantas casas.
Los tocones de las palmeras quemadas son la evidencia de la reciente depredación del parque, donde la vigilancia e infraestructura para su conservación es inexistente.
La importancia biológica de Cabo Cabrón
Un estudio publicado en 1997 en la revista Moscosoa documentó varias especies de plantas endémicas de la península de Samaná, muchas de las cuales no habían sido colectadas en décadas. Entre las especies redescubiertas se encontraban la Eugenia samanensis, un árbol conocido localmente como «Canelilla del cabo», que había sido colectado por primera vez en 1930.
Otra especie, el Solanum dendroicum, había sido registrada inicialmente en Pilón de Azúcar, La Laguna y Cabo Cabrón en 1930, y fue redescubierta en Loma Atravesada y Loma Eloísa.
Asimismo, la Pilea samanensis, descubierta originalmente en Pilón de Azúcar, fue encontrada nuevamente en Loma Atravesada y Laguna Salada.
Por su parte, la Annona haitiensis subsp. appendiculata había sido colectada en La Laguna en 1930 y más tarde en Punta Tibisi.
En ese entonces el estudio también identificó especies que probablemente eran nuevas para la ciencia. Entre ellas destacó el Leptocereus weingartianus subsp. nov., un cactus que formaba parte de la vegetación xerofítica de Cabo Samaná y Cabo Cabrón, así como de los farallones de La Talanquera y Madama.
Otra especie fue la Cojoba sp., un arbusto de hasta cuatro metros de altura que crecía sobre roca en Loma Atravesada y Tibisi, siendo más abundante en esta última. Finalmente, la Eugenia sp., un árbol de hasta nueve metros, que se desarrollaba sobre roca caliza en las elevaciones de Tibisi y Cabo Cabrón, hoy identificada como Eugenia Samanensis, endémica de Samaná y presente en Cabo Cabrón.
En años posteriores, investigaciones botánicas más recientes reportaron el descubrimiento de la Coccothrinax samanensis en 2023, una palma endémica exclusiva de la península de Samaná, incluida en los ecosistemas de Cabo Cabrón. Esta especie destaca por su importancia ecológica y por estar adaptada a las condiciones únicas del entorno local, particularmente en las áreas costeras y elevaciones rocosas del parque.
Estos hallazgos, junto con los descubrimientos más recientes, resaltaron la riqueza ecológica de la península de Samaná y la importancia de preservar sus ecosistemas únicos, que albergaban una gran diversidad de flora endémica, incluyendo especies redescubiertas y otras que representaban nuevas aportaciones a la ciencia.
La postura del Ministerio
Carlos Batista, viceministro de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente, indicó a Diario Libre que, respecto a la agricultura y la ganadería dentro del área protegida, se ha instruido hacer un levantamiento con el fin de poder aplicar la ley.
En julio de 2024, bajo la administración de Miguel Ceara Hatton en dicho ministerio, se firmaron varios acuerdos de comanejo para diferentes áreas protegidas. Para Cabo Cabrón se firmó con los comanejantes Yomeibi Martinez García, de Ecovivero; Patricia Lamelas, del Cebse; y Raquel María Samboy, de la Asociación de Guías de Turismo Galeras Ecológicas (Agtuge).
Los acuerdos de comanejo se basan en contratos esenciales que formalizan una colaboración estratégica entre el Gobierno dominicano y entidades privadas. Estos acuerdos establecen roles y responsabilidades compartidas orientadas a la conservación de ecosistemas clave. Este modelo de gestión no solo refuerza la protección de la biodiversidad, sino que también impulsa el desarrollo sostenible de las comunidades locales.