A las 22.10 horas de este sábado, en medio de un tumulto de gente en el vestíbulo de salidas de trenes de alta velocidad de Atocha, un hombre con un chaleco amarillo en el que podía leerse en la espalda “Seguridad”, gritaba por un megáfono: “Tren con destino Valencia, con salida prevista a las 18.30 desde la estación de Chamartín, vamos embarcando”. Acto seguido, un irónico aplauso colectivo de los cientos de viajeros que llenaban la sala tras más de tres horas y media (algunos hasta cinco horas) esperando la salida de su tren.
Pablo, que iba a Albacete. José, que viajaba a Valencia. Carla, que partía hacia Alicante, Paola, que regresaba con sus amigos a Valencia… La mayor parte de los viajeros habían sido desviados desde Chamartín, donde estaba prevista la salida de sus trenes, a Atocha. Unos mediante un mensaje de móvil y otros, los de Renfe, de viva voz: “Al llegar a la estación, un señor con el uniforme de Renfe nos dijo que debíamos dar la vuelta y coger el metro (porque el taxi ya era imposible) e ir a Atocha, desde donde saldría nuestro tren, debido a una incidencia en la vía”. Horas antes, a las 17.00 se había producido el descarrilamiento de un convoy sin pasajeros si causar daños personales, pero sí graves alteraciones en el tráfico ferroviario. En todo caso, las incidencias en la estación de Chamartín vienen sucediéndose casi a diario, supuestamente “por obras”.
Sin embargo, instalado el caos en la antigua estación del norte de Madrid, lo que nadie podía imaginar a esas horas de la tarde es que la el tráfico ferroviario de la capital quedaría colapsado horas más tarde, y que Atocha, antigua estación del sur, se convertiría en una ratonera para muchos viajeros ya subidos en sus trenes y en un gigantesco tapón para quienes esperaban su salida. Hasta 8.000 personas, según renfe, se verían afectadas por la situación.
Hacia las 19.00 horas, ya cuando Atocha era un hervidero de viajeros derivados desde Chamartín, los servicios de seguridad de la estación detectaban la presencia de un hombre que amenaza con tirarse desde un puente que cruza la estación a las vías, el puente de Pedro Bosch. Los viajeros, provenientes de Chamartín —aparte de los que tenían su salida desde Atocha— comenzaron a acumularse en pasillos, vestíbulos y salas de espera. En cuestión de pocas horas la estación se convirtió en un perfecto caos. Trenes parados a oscuras con los viajeros dentro, personas caminando por andenes y vías regresando a las instalaciones de la estación, colas interminables en los puestos de información y de atención al cliente…
La información era escasa o nula. “A petición de las fuerzas y cuerpos de seguridad, se ha cortado la tensión en la estación de Madrid Puerta de Atocha debido a la presencia de una persona en un punto de acceso no autorizado. Circulación suspendida de trenes de alta velocidad, larga y media distancia y Cercanías”, se podía leer en la cuenta informativa de Renfe en X (antes Twitter). A las 20.00, y ante la situación de colapso que se gestaba, en la cuenta de X de Cercanías Madrid se comunicaba la presencia de personas en la vía en las proximidades de la estación. “Los trenes están sufriendo demoras y prolongadas detenciones”, explicaban. A las 21.45, los operativos de policía y bomberos de desactivaban tras lograr que el suicida depusiera su actitud y renunciara a arrojarse a las vías, como amenazaba. Pero hasta aproximadamente las 22.00 no se reestableció la luz y comenzaron a salir trenes, algunos de ellos tenían prevista su salida a las 17.00 horas.
No obstante, la gente parecía tomárselo con calma y corrían los refrescos, las cervezas y los aperitivos por doquier… A las 22.30, cuando por la megafonía anunciaban ya la salida de los aves de las 19.30, no quedaba nada en los mostradores, “ni un vaso limpio”, decía uno de los propietarios de los puestos de comida y bebida de la estación. “Tenía que haber cerrado hace hora y media y me he quedado aquí solo para dar servicio a toda esta gente”, aseguraba mientras quemaba el datáfono.
A los móviles de Jose, Carla, Pablo y Paola, comenzaban a llegar mensajes anunciando que se estaba reactivando el servicio ferroviario: “Disculpen las molestias”. Y la gente, que andaba diseminada por la estación, sentada en poyetes, sillas o en el mismo suelo, se apelotonaba de nuevo ante los paneles y las pantallas que anunciaban la salida de los próximos trenes con la esperanza de que apareciera el suyo.
La concatenación de incidencias mantuvo colapsado el servicio ferroviario en Madrid durante casi cinco horas, en las que reinó el caos en ambas estaciones, afectando también el movimiento de viajeros al tráfico rodado y al metro, medios por los que unos y otros lograban llegar de Atocha a Chamartín.
En el caso de Atocha, la presencia de esa persona, un varón, no autorizada en las vías provocó la interrupción desde las 19.00 de los servicios de AVE, Avlo, Avant y las líneas de Cercanías C3, C4, C5 y C7. Renfe estimó en 8.000 personas las afectadas. Fueron muchos los viajeros que quedaron atrapados en los vagones, sin luz, a la espera de que se reanudara el servicio. Como Rosana Torres, que viajaba a Barcelona en su silla de ruedas: “Yo estoy en el vagón 3 del iryo que salía para Barcelona a las 7.25 de la tarde, estoy en plaza h de Silla de ruedas lógicamente”, contaba en un mensaje a las 21.23 horas. “Hay mucho caos. Lo que está es casi todo el mundo en las vías porque todos los trenes están paralizados. En principio no hay ninguna otra situación excepto que los cuerpos de seguridad son los que han dado la orden de quitar la luz y la catenaria por un individuo que, presuntamente, quería tirarse a las vías, ignoro si se ha tirado finalmente”.
Según informaron después fuentes de Renfe, la presencia de una persona no autorizada en la pasarela superior de Atocha obligó a cortar la circulación de trenes, en tanto que el operador ferroviario ya activó el protocolo de emergencias a tal efecto. La persona amenazó “con saltar a las vías. La situación obligó a cortar la tensión en la estación”, relataron fuentes de Renfe.
Horas antes, un descarrilamiento sin heridos en el túnel de AVE que una las estaciones de Atocha y Chamartín ya había generado también importantes demoras, sobre todo en los trayectos entre Madrid y el Este del país. Hubo retrasos de los trenes a Toledo, Murcia, Málaga, Valencia, Alicante y Sevilla, entre otros, según las informaciones de Renfe, que este domingo anunciaba la cancelación de muchos trenes debido a los retrasos acumulados la tarde anterior.
La vía de AVE que una las estaciones de Atocha y Chamartín se vio interrumpida por el descarrilamiento del convoy a media tarde. La compañía ferroviaria detalló en un comunicado que el incidente se produjo por “una salida de eje en la unidad de cola de un material vacío durante una maniobra”. “La unidad se encontraba vacía y el maquinista no ha resultado herido”, agregó la operadora. Asimismo, desde Renfe señalaron que esta incidencia estaba afectando especialmente al tráfico ferroviario de AVE que comunica Madrid con el Este del país.
Como consecuencia, los trenes finalizaban o iniciaban su recorrido en la estación Puerta de Atocha, desde la que algunos viajeros fueron reubicados en un servicio lanzadera en Cercanías hasta Madrid Chamartín, aunque la mayoría llegaron por sus propios medios y pagando el transporte. Ambas incidencias convirtieron a Atocha en un auténtico tapón de viajeros atrapados.