Carlota Barrera, la gran esperanza del diseo espaol: «Un desfile cuya ropa no se va a fabricar, yo no lo entiendo»

Detrs de esa prenda de ropa que te pones cada da, o de aquella que reservas para una ocasin especial, siempre hay una historia. Puede ser ms corta o ms larga, ms singular o estereotipada, ms fluida o accidentada, ms dramtica (de lo que piensas) o ms feliz. Las que salen del taller de Carlota Barrera (Gijn, 1992) tienen desde luego mucho que contar, tanto como para que protagonicen una exposicin en Central de Diseo de Matadero Madrid (hasta el da 13 de mayo) que invita a «detenernos, reflexionar y apreciar el valor del trabajo hecho a mano en la moda contempornea».

Con la artesana en el foco, la exposicin, segn su protagonista, «busca generar dilogos cruciales sobre la necesidad de preservar los oficios, no como reliquias del pasado, sino cmo fuentes vivas de creatividad y expresin contempornea». Y tanto. Porque sin artesanos no es que nos quedemos sin los platos de cermica que compramos a un alfarero en un pueblo turstico. Es que Herms se quedara sin bolsos, Dior sin bordados, Ferragamo sin zapatos… La Alta Costura entera desaparecera sin ellos. Por eso, el dilema sobre la necesidad de preservar los oficios, pero por supuesto hacindolos atractivos para los jvenes, est ms caliente que nunca.

Y Carlota Barrera est aqu, entre otras cosas, para no dejar que ese debate pierda fuelle. Los cinco aos de vida de su marca, que pari en Londres tras pasar por la Central Saint Martins, le han servido para constatar que su proyecto -sastrera masculina con un twist fluido (lo que no ha hecho sino abrir la puerta a que las mujeres se interesen ms y ms por sus prendas, Cristina Rosenvinge incluida)- es viable e interesa; que se puede hacer ropa durable, con materiales de primera, atemporal a la par que vanguardista -«creo que la verdadera sostenibilidad est en un buen diseo», dice Carlota Barrera- y resultar atractiva al consumidor. Ahora, desde su showroom en plena plaza de Canalejas de Madrid (que abre al pblico un da cada tres meses), tras dejar su Londres querido por culpa del Brexit, afronta el futuro de una marca cuyo crecimiento no quiere que se le vaya de las manos. De hecho, hasta se plantea abarcar menos para llegar ms lejos.

Por qu te volviste a Espaa, despus de aos en Londres?

Por el Brexit. Trabajbamos mucho desde all con talleres espaoles y al final se hizo muy complicado. Compramos tejidos aqu en Espaa, en Italia… Y al final, de Italia a Reino Unido, aduanas. Otra vez enviar a Espaa. Y otra vez traerlo a Reino Unido, ms aduanas… Al final, nuestros mrgenes son pequeitos, porque producimos muy poco, fue completamente imposible y me dije… mejor venirnos a Espaa, tener cerca los talleres, y dejarnos el dinero en cosas que importen de verdad, no en aduanas.

Qu has perdido vinindote?

Ostras, han sido entre ocho y diez aos en Londres. All haba una energa que me diverta mucho. Londres siempre ha sido muy punki y la ciudad todava conserva esa cosa de artista muerto de hambre haciendo cosas con mucha energa y de manera muy colaborativa. He intentado construir eso aqu de nuevo, tener esa energa multicultural y colaborativa desde aqu.

Y cmo fue el aterrizaje, qu Madrid te has encontrado?

Muy cambiado, lleno de gente, muy burbujeante. Creo que aqu ya no cabemos todos. Una de las cosas que ms echaba de menos de Madrid cuando estaba en Londres era la improvisacin, y resulta que eso se ha acabado. Ya no puedes irte a tomar un vermut y luego a comer sin tenerlo todo reservado de antemano.

Y el equipo, se vino a Madrid tambin?

El equipo tambin ha cambiado, claro. Lo cierto es que siempre fuimos un equipo muy pequeito en Londres. Yo empec sla en mi casa, con una mquina alquilada, tena el saln lleno de hilos y telas, haba hilos hasta en la sopa, literalmente. Luego alquil un pequeo estudio y empez a venir gente, becarios, pero segua siendo todo muy punki. Ahora tengo un equipo slido, gente que forma parte del proyecto de manera continua. Me gusta mucho contratar a gente que est estudiando todava. Y que se acaben quedando.

En qu momento est la marca en este momento?

Si te soy sincera, cinco aos son pocos, pero a m se me han hecho eternos. He vivido mucho y he aprendido mucho. Ahora estoy centrndome mucho en lo que yo pienso, en lo que creo y lo que quiero. En la industria es fcil perderse, porque oyes muchas voces, eres una marca pequea que est expuesta a tantsimas cosas…. As que ahora me estoy escuchando a m para dirigir mi proyecto adonde yo quiero.

Dnde vendes?

Sobre todo fuera. En Canad, en Italia, en China, en Barcelona (Vasquiat va a ser nuestro primer punto de venta en Espaa, en un par de semanas) y vamos a empezar a vender en Nueva York. Nuestros pedidos online van casi todos a Estados Unidos. Tambin vendemos en nuestro estudio. Hacemos pop-ups y abrimos el estudio una vez cada tres meses y eso nos funciona muy bien. Al final la ropa es para probrsela y lo que ms nos gusta es cuando alguien coge una prenda, se la prueba y dice «wow, no saba que esto tena esta calidad».

T haces ropa masculina. Hay mujeres que compran tu ropa?

S. La marca empez como masculina por mi obsesin por la sastrera y su funcionalidad. Y al final, sin querer, ha ido evolucionando hacia una exploracin de identidades. Me parece muy interesante esa silueta tpicamente masculina en una mujer. Creo que es supersexy. Nuestra ltima campaa fue con Cristina Rosenvinge…

Cmo fue encontrarse con ella? Qu os hizo coincidir?

Fue un ‘match’ instantneo. Es que yo era muy fan, no lo voy a esconder. Me encanta su disco ‘Que me parta un rayo’. Ella es muy amiga de mi amigo Pablo Zamora, que es fotgrafo y llevaba tiempo dicindome «os tenis que conocer», y a Cristina al parecer tambin se lo deca. Porque crea que bamos a encajar. Y en efecto un da nos present y encajamos muchsimo. Y empezamos a hacer cosas entre los tres. Ella es fantstica, le queda todo increble y yo he hecho el vestuario de su ltima gira.

Esta exposicin en Matadero, qu sentido tiene?

Para explicarlo tengo que remontarme a mi primera coleccin, que fue la que hice para mi master. Se llamaba ‘The Matador and The Fisherman’. Yo estaba en Londres y cuando hablbamos de artesana todo el mundo deca «buah, artesana Francia», «artesana Italia»… Y yo pensaba: hay artesanos increbles en Espaa y parece que no traspasan esa barrera nacional… Era 1016 y me dije: tengo que trabajar con esos artesanos espaoles, porque estaba segura de que con esa artesana tenan que poder hacerse cosas maravillosas en un contexto totalmente contemporneo. Y ah fue donde nacieron mis tres primeras colaboraciones, con Javier Snchez Medina, Carmen Mara Castaeda y con Steve Mono. Eso estableci muchas de las bases que yo quera sentar para mi proyecto. Me hizo ver que lo colaborativo es la forma de trabajar. Y a partir de ah trabaj con ms artesanos. El ao pasado nos presentamos al premio Madrid Capital de Moda con un proyecto para visibilizar todo esto, la importancia del oficio, de la artesana y sobre todo de un relevo generacional que la mantenga viva. Lo hicimos en colaboracin con Estaos de Pedraza y bbatte. Nos dieron el premio y una parte era esta exposicin.

Pero este proyecto no se queda aqu, verdad? Buscas un flujo, una conversacin entre las partes implicadas, entre los artesanos y el mundo de la moda… Qu ambicionas?

Me gustara intercambiar. Conocimientos, opiniones, valores, curiosidades, inquietudes. La artesana y los oficios si se tienen como algo cubierto de polvo, como algo que no evoluciona, entonces se muere. Creo que es importante hablar de esto, de su evolucin y contribuir a ella para que los oficios sigan vivos. Es una propuesta muy personal de todo lo que se puede hacer con la artesana y de lo contemporneo que puede ser para que la generacin joven se quiera dedicar a trabajar con las manos. Creo que hay toda una generacin perdida de jvenes que no trabajan con las manos porque sus padres, que s lo hicieron, les dijeron a sus hijos (con toda la razn), que no se dedicaran al taller, que estudiaran una carrera. Hay que valorizar esos trabajos otra vez. Y hacerlos atractivos.

Da la impresin de que ests posicionada en un lugar muy diferente a donde tradicionalmente han estado los diseadores espaoles. Por ejemplo ha sido un clsico ver en la pasarela madrilea desfiles de ropa que despus no te podas comprar en ninguna parte. De hecho, todava hoy se habla de la necesidad de profesionalizar la moda espaola, con la cantidad de aos que llevamos hablando de ella… Desde que te has establecido aqu, percibes que algo se mueve positivamente en ese sentido? Est cambiando el modelo ‘tradicional’?

Yo creo en la moda como algo funcional. Un desfile que no se traslada a una produccin, por pequea que sea, yo no lo entiendo -a menos que sea una Alta Costura, claro-. Creo que si se presenta una coleccin es porque se presenta una propuesta y una manera de vestirse, as que nunca entend que eso sucediera. Nosotros tenemos piezas que presentamos y que no se venden, pero que son piezas aisladas, que llevan mucho trabajo, que se hacen por pedido… Pero realmente la propuesta de la coleccin s que se lleva a produccin. Creo que ahora s hay gente joven que est haciendo cosas muy interesantes, hablando de otros formatos. Yo al final me rodeo de compaeros, de amigos, con los que hablo y en los que me inspiro, por ejemplo mi amiga Tiscar Espadas, que es maravillosa. Al final creo que se trata de hablar a un pblico global. Me da la sensacin de que en Espaa todava cuesta hablar hacia afuera, seguimos hablando slo para dentro de nuestras fronteras y la moda es ms espectculo que industria. Y la moda al final es un negocio. Nosotros hablamos a un pblico internacional y lo vendemos casi todo fuera. Creo que eso marca la diferencia. Creo adems que hay gente joven que est haciendo cosas divertidas, underground, ms punkis. Y creo que lo interesante al final sale de lo punki.

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