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El ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre y la desmesurada respuesta del Ejército israelí han abierto grietas en el Gobierno de coalición. Si bien el presidente Pedro Sánchez ha intentado ondear la bandera de la conciliación en un complicado conflicto de décadas, Sumar -también Podemos- han mantenido una postura inflexible frente a las actuaciones militares de Israel.
El discurso de los dos estados de Sánchez se enfrenta al propalestino de Sumar, que en algunos casos alienta a Hamás. La parte socialista del Gobierno mantiene un guión claro: las relaciones económicas con Israel deben continuar. El pasado febrero, el Grupo Sumar en el Congreso instaba al Ejecutivo a romper lazos comerciales con Israel.
La diputada Teslem Andala lanzaba sus críticas contra la empresa pública Ineco. La compañía, especializada en ingeniería, consultoría, infraestructuras y transporte, dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, es una de las empresas que ha participado en la construcción del tren y tranvía que conecta Jerusalén con los territorios ocupados palestinos.
Ineco, Comsa y CAF
El Grupo Parlamentario de Sumar ha interrogado al Ejecutivo, a través de un pregunta parlamentaria, sobre la participación de Ineco en proyectos que «contribuyen a normalizar la política ilegal de ocupación y colonización que forma parte estructural del Estado de Israel». Al tiempo, ha arremetido contra otras grandes constructoras españolas con negocios internacionales. La formación quiere que sean sancionadas y excluidas de la contratación pública. Entienden que estas grandes compañías, con proyectos ferroviarios, respaldan la ocupación de Gaza.
Andala y el diputado comunista Enrique Santiago instan a actuar contra estas empresas -Comsa, CAF, Typsa y GMV- y a que avise a sus ejecutivos sobre las posibles consecuencias legales en las que estarían incurriendo. E incluso piden la intervención de la Fiscalía para que se examinen responsabilidades.
Por su parte, el Gobierno y como portavoz el Ministerio de Economía respalda el papel empresarial de España en Israel. Asegura que todos los proyectos de ingeniería y consultoría en los que Ineco trabaja en Israel están localizados en territorios reconocidos internacionalmente. Mantiene además que la empresa mantiene y renueva desde el año 2008 su adhesión a los Diez Principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
Posición de Economía
También avala a las compañías privadas. «La decisión de las empresas españolas sobre la conveniencia o no de su participación en procedimientos de licitación internacionales, en las que compiten junto con empresas de otros países, corresponde a las propias empresas», asegura. De ahí, concluye que el Ministerio no puede interferir en las decisiones adoptadas al respecto por las empresas.
Mientras, a finales del pasado año, el eurodiputado de Unidas Podemos, Manuel Pineda, uno de los más comprometidos con la causa de Hamás y que no oculta sus vínculos en las redes y en fotografías, preguntaba a la Comisión Europea si tenía previsto sancionar a grandes empresas españolas que operan en Israel. «¿Se va sancionar a aquellas empresas de la Unión que están llevando a cabo actividades ilegales en los territorios palestinos ocupados y en Jerusalén?», preguntaba Pineda. El argumento y las empresas señaladas es idéntico al utilizado ahora por Sumar.
Infraestructuras en Israel
La empresa pública Ineco participó en el metro de Tel Aviv y en el tren que conecta Haifa y Nazaret. Presta servicio a la red de ferrocarril israelí y ha conseguido proyectos de electrificación de vagones, entre otros contratos. De manera particular, se hizo con un pliego en 2017 para construir la sección subterránea de la Línea Azul de la red de tren ligero de Jerusalén. Este trazado transita por el centro de la ciudad vieja y llega a asentamientos en territorio palestino.
Otras empresas españolas ya están participando en la construcción y gestión del tren ligero. Comsa Corporación ganó una licitación de las autoridades israelíes para la construcción de la Línea Azul. Mientras, CAF, GMV y Typsa también están participando en la construcción y gestión de las líneas Roja y Verde, que incluyen paradas en las colonias israelíes en zonas de la Cisjordania palestina.
El inicio del enfrentamiento armado entre el Estado de Israel y Hamás ha frenado en seco la actividad de la empresas españolas en la zona. Fundamentalmente, son compañías constructoras y de transporte, aunque también está el grupo Inditex, que se ha visto obligado a cerrar más de 80 franquicias que tiene en Israel.