La tristeza es mala. Y lo es por evidente y porque ya lo dijo Spinoza, que en las cosas de las afecciones del alma era, sobre todo, muy riguroso. Mantena el filsofo que la tristeza es el paso del hombre de una mayor a una menor perfeccin. Y lo razonaba dejando claro que la alegra, como su opuesto, no puede ser la perfeccin misma puesto que si el hombre naciese perfecto no podra ser afectado por nada que le produjera alegra ni mucho menos tristeza. Si se lee de nuevo, se entiende. Trasladado al asunto de los festivales de cine en general y al de la Berlinale que se inaugura el jueves en particular, hay motivos para estar tristes.
El festival de Berln lleva aos lejos de la perfeccin y, por tanto, es muy susceptible de provocar ms alegras que tristezas. Y sin embargo, pocas convocatorias tan agudamente tristes como sta. Con el director artstico Carlo Chatrian de retirada a la espera de la llegada de Tricia Tuttle el ao prximo, la convocatoria de 2024 deja mucho que desear. Se hace raro que tras un ao pletrico de cine como ha sido el de la temporada pasada, el primer festival internacional del ao aparezca tan desasistido de argumentos con algunas de sus pelcula ms atractivas o rebotadas de Sundance o fuera de la competicin. Veremos.
De momento, la inauguracin corri a cargo de Cillian Murphy. En el sentido ms radical de Cillian Murphy. Su nuevo trabajo tras Oppenheimer, de Christopher Nolan, aguanta pocas definiciones ms all de ser lo siguiente a su probable Oscar. Y eso es, rigurosa y spinozianamente, triste.
‘Small Things Like These‘ (Pequeas cosas como stas), de Tim Mielants, es la historia de un hombre acosado por su pasado y su presente. Un hombre acosado y ya. En una Irlanda profunda y reciente que recuerda demasiado a la imaginada por Peter Mullan en su arriesgadsima, cruel y desconsolada ‘Las hermanas de la Magdalena’, un carbonero se enfrenta al dilema de denunciar lo insoportable o plegarse a las reglas de la comunidad y callar. Durante una de sus entregas de combustible, la situacin de una joven, madre soltera y esclavizada en uno de estos conventos gestionados con toda la crueldad del universo por las hermanas de la Misericordia en nombre de la Iglesia catlica le hace rememorar la dura existencia de l como hijo fuera del matrimonio. De l y de su madre. Es entonces cuando surge la duda y nuestro hroe, un siempre hiertico Murphy, se debate entre reaccionar y poner en peligro su vida y la de sus cinco hijas o plegarse a la hipocresa de todos. Las monjas controlan la moral, los usos, las costumbres, las influencias, la educacin de las jvenes y la propia economa local. Todo.
El director, conocido mayormente por su trabajo en series como ‘Peaky Blinders’, adems de autor de pelculas tan notables como el drama romntico ‘Un amor en Escocia‘ o, ms recientemente, la desproporcionada cinta blica ‘Voluntad‘, se entrega ahora a un delicado intimismo tan voluntarioso como ligeramente desenfocado. Sobre la novela firmada por Claire Keegan, la pelcula se esfuerza en todo momento en mantenerse al margen de la crudeza ms obvia a la que invita la historia. Pesa demasiado el referente de Mullan para querer competir con l.
La pelcula quiere en todo momento acercarse al cine evocador y construido enteramente tanto en los recuerdos reales de los personajes retratados como en los, por fuerza ficticios, del espectador. Pinsese por un momento en el cine de Terence Davies y recurdese como consegua el autor de Liverpool en obras maestras como ‘Voces distantes’ situar la pelcula en un espacio perfecto e ingrvido en el que la memoria disputaba a la realidad su reinado. La estrategia de Mielants no es muy diferente. La cmara siempre cerca de la mirada torturada de Murphy invita a traspasar la pantalla, a colocarse del otro lado. El tiempo real de la pelcula se mezcla con el otro, con el rememorado, en un juego que no busca tanto la denuncia como el simple y evidente dolor. Y de su mano la reconciliacin, la ayuda y, llegado el caso, el perdn.
Sin embargo, el ejercicio de contencin, por momentos, se acerca peligrosamente a la mucho ms rutinaria inexpresividad. ‘Small Things Like These’ fa cada plano a esa probada habilidad de Cillian Murphy para mantenerse ausente de todo, incluido de s mismo. Esa continua desdramatizacin juega en contra de una historia que, desde el primer segundo, exige una implicacin emocional. Digamos que la pelcula no acaba de decidirse entre ser Mullan o ser Davies. Quiere serlo todo y, a la vez, no puede ser nada ms que Cillian Murphy.
Lo dicho, una pelcula triste por argumento, triste por el resultado triste y triste como sntoma de una Berlinale que se anuncia exageradamente triste. Cunta tristura y lloviendo.
