La Mar de Músicas es uno de los grandes reclamos del verano de Cartagena (Murcia), festival urbano que este año celebra su 29ª edición. Del 19 al 27, la música, la literatura, el cine y el arte llenan la agenda cultural de la ciudad milenaria con numerosas actividades para todo tipo de público. En esta ocasión, la cita anual tiene como tema central Islas del Mediterráneo, hilo conductor en los ciclos literarios, las exposiciones y también en la música.
Pese a lo multidisciplinar del certamen, los conciertos son lo más esperado de la programación. A lo largo de una semana se sucederán en seis espacios distintos de la ciudad (entre ellos el Patio del Antiguo CIM, el Auditorio Paco Martín y la Plaza del Ayuntamiento) 42 actuaciones de músicos patrios y del mundo, entre los que se encuentran artistas como Carla Bruni, Marisa Monte, Julieta Venegas, La Plazuela, Xoel López, Michel Camilo junto a Tomatito, Eliades Ochoa y Christina Rosenvinge.
Como parte del especial Islas del Mediterráneo estarán artistas como la siciliana Carmen Consoli, el tsunami electrónico Joon, de Malta, Anna Ferrer, que logra que el folclore menorquín cobre vida en un contexto más actual, o Daniela Pes, uno de los grandes descubrimientos de la temporada musical procedente de Cerdeña, además de la representante de Grecia en Eurovisión, Marina Satti, que muchos ya llaman la Rosalía griega.
Uno de los escenarios de La Mar de Músicas.
17 conciertos son gratuitos, así como todas las actividades paralelas del festival: arte, cine, literatura y programación familiar. En La Mar Chica, además de talleres para los más pequeños, este año hay conciertos, y La Mar de Cine hace un viaje por las islas del Mediterráneo a través de lo mejor del cine de los últimos años.
Ruta gastronómica
Entre concierto y concierto, hay que reponer fuerzas y aprovechar la variada (y rica) oferta gastronómica de Cartagena. De locales tradicionales a restaurantes más sofisticados, proponemos algunas paradas indispensables para degustar su cocina típica, que combina productos del mar con los de la huerta. Entre los bocados clásicos no pueden faltar los michirones (guiso de habas secas), el caldero (arroz y pescados del Mediterráneo y Mar Menor), los salazones o la ensaladilla con encurtidos.
Mi Mare (Carlos III, 49; Tel. 601 994 495) es el bar informal de tapas y platos tradicionales para compartir que abrieron María Gómez y Adrián de Marcos, fundadores del restaurante Magoga, hace poco más de un año. Reconocido ya con un solete Repsol, las estrellas de la casa son las patatas bravas, la ensaladilla, la clásica marinera (rosquilla, ensaladilla y anchoa) y la hamburguesa de buey de El Capricho.
Eszencia (en el Auditorio El Batel; 968 52 39 59) es uno de los lugares más de moda del verano cartagenero por su gran terraza frente al puerto deportivo. En él se puede degustar desde menús especiales por 25 euros hasta tacos, hamburguesas, baos, ensaladas, arroces…, además de exquisitos pescados del día y entrecot de vaca madurada.
El Vinagrillo (Canales, 16) es un bar con alojamiento en el barrio del Foro Romano ideal para tomar las tapas tradicionales de la ciudad, además de tener una amplia carta de quesos. Entre sus especialidades, la Mariperla, ensaladilla sobre tosta negra con caviar de caballa ahumada, y su pulpo a la cartaginesa.
También para tapear, Bodega Nicolás (Carmen, 70; 968 50 16 33), donde hay que probar sus michirones, y El cantón (Cta. de la Baronesa, 1; Tel. 630 85 17 43), frente al Teatro Romano, famoso por sus tapas innovadoras, aunque también las tradicionales marinera, el matrimonio o las croquetas de buey. Otro imprescindible, con una gran terraza, es El Albedrío (Villamartín, 5), donde es obligado probar la marinera con lomo de sardina y alguna de sus tostas.
Cordero lechal de Calblanque asado en su propio jugo de Magoga.
Para los que se quieran dar un homenaje gastronómico, Magoga (Plaza del Dr. Vicente García Marcos, 5), con una estrella Michelin y dos soles Repsol, es el lugar. María Gómez y su marido Adrián Marcos regentan este reconocido restaurante minimalista y con tan sólo 10 mesas, en el que es posible comer a la carta o sus dos menús degustación (Ánima,120 €, y Hábitat, 80 €, sin maridaje) en torno a pescados y mariscos de la bahía de Cartagena, carnes como la del cordero lechal del Parque Regional de Calblanque y la del chato, cerdo autóctono, además de las verduras de la huerta. La oferta se completa con una impresionante carta de vinos con más de 750 referencias y otra de quesos con más de cuarenta variedades.
