El último barómetro del CIS, correspondiente al mes de junio, se conoció en lo que, sin exageración, cabe llamar las «horas de la debacle». En plena especulación sobre el alcance de las revelaciones del informe de la UCO, cuando se cruzaban las apuestas sobre la posible dimisión del mismísimo presidente del Gobierno, el CIS atribuía una diferencia de siete puntos en intención de voto… ¡a favor del PSOE! No es descartable que con el goteo de audios relativos a Carolinas, Ariatnas, Nicolettas y las discusiones que Ábalos, Koldo y Cerdán mantienen sobre el régimen jurídico internacional del comercio de hidrocarburos, esa distancia se haga aún más grande. Veremos.
Junio es el mes de la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad), antes EVAU y antes aún «selectividad». No me consta que el CIS haya sondeado nunca sobre este asunto socialmente tan decisivo, algo sobre lo cualquier persona no completamente fanatizada u obtusa se pregunta cuando conoce las tripas del delirante sistema de acceso a la universidad pública española: si existe un distrito único, esto es, si una estudiante de León puede matricularse en el grado en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Sevilla, o el joven catalán aspira a cursar sus estudios de Arquitectura en Vigo, o de Derecho en la Complutense, ¿por qué los criterios de corrección varían y el examen mismo es tan disímil?
No pocos bachilleres españoles y sus familias –muchos miles más deberían ser- firman manifiestos y lideran iniciativas para que se imponga un examen único y sea más equitativo el acceso a la educación superior pública. La falta de plazas en grados muy demandados –Medicina, Arquitectura, Psicología, Ingenierías, Farmacia, disciplinas biosanitarias, entre otras- y que forman profesionales socialmente muy valiosos, ha instaurado una tormenta perfecta para beneficio de las universidades privadas que sí absorben esas vocaciones desplazadas del sistema público por el segundo decimal (y a partir del 12 de 14 puntos posibles). Eso sí: entre 13.000 y 20.000 euros anuales de coste y previa cuantiosa reserva de plaza a fondo perdido si se es admitido y finalmente no se formaliza la matrícula.
El CIS no ha tenido a bien preguntar sobre este particular, pero en este último barómetro sí nos ofrece datos, en cambio, sobre la valoración que hacen los españoles acerca del trato que ha tenido la actuación de Melody mediante el uso del «televoto» en el reciente Festival de Eurovisión: un 68,6% de los preguntados considera que «no ha sido tratada de manera justa e imparcial». A la cuestión –que también le ha preocupado mucho al CIS- de si la televisión pública española hizo bien divulgando un mensaje al inicio de la retransmisión del dicho Festival pidiendo paz y justicia en Palestina, el 58% considera que hizo bien.
«El 60% responde que su situación económica personal es buena»
Puesto que se cumplen 20 años de la aprobación de la reforma del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, el CIS pregunta si ese fue el primer paso para la consecución de los derechos de las personas LGTBI+. Un 87,3% responde afirmativamente, lo cual confirma que de un 87,3% de encuestados se puede predicar que tienen el desarrollo cognitivo que el cerebro humano promedio alcanza cuando cumple los 8 años aproximadamente. El 60% responde que su situación económica personal es buena, solo a un 4,3% le parece que la corrupción y el fraude es el primer problema de España, y, con abrumadora diferencia, la mayoría piensa que Pedro Sánchez es preferible a cualquier otro líder político como presidente del Gobierno. ¿En qué cotas extrasolares le ubicará el CIS a la vuelta del verano?
En su última tribuna en la revista Sistema, el Dr. Tezanos, director del CIS, advertía de las malas consecuencias de la división del voto en la izquierda, derivado de la posibilidad de que Podemos y Sumar no concurran coaligados en las próximas elecciones; del riesgo que ello supone para la pervivencia de gobiernos progresistas, y cómo tal escenario puede afectar decisivamente al «tipo de gobierno que pueda tener la sociedad española… sobre todo para los sectores más frágiles y necesitados». De acuerdo con el Portal de Transparencia, la retribución del director del CIS en 2023 ascendió a 101.210 euros brutos.
Un «100», más menos, tal y como se acostumbra a sintetizar en la jerga del Peugeot.
