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Para comer sandía o melón en su momento óptimo de consumo tenemos que esperar al verano y echar de menos estas frutas durante los meses fríos. Sin embargo, esto no ocurre con el chocolate, que lo tenemos disponible todo el año. El chocolate es una de las delicias más populares y si eres como la mayoría de sus amantes, siempre lo tienes en casa.
Ahora, durante los meses estivales, resulta complicado mantener una tableta de chocolate en buen estado. Lo más normal es que en la despensa se derrita, pero meterla en la nevera hace que se cree una película por encima que pocas veces nos da seguridad consumir.
Los beneficios del cacao
El cacao es uno de los alimentos más ricos en polifenoles, unos compuestos químicos naturales con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que protegen al organismo de los radicales libres (responsables del envejecimiento). Además, los flavonoides que contiene tienen efecto vasodilatador que reduce la presión arterial y mejora la circulación, además de que contribuye a elevar el colesterol bueno (HDL, que es protector) y a reducir la oxidación del colesterol malo (LDL, que es perjudicial). De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria reconoce como alegación de salud para el cacao rico en polifenoles su papel en el mantenimiento de la elasticidad de los vasos sanguíneos y su utilidad en la prevención de la hipertensión arterial.
Además, es 100% vegetal y aporta proteínas, minerales y fibra. Conserva al 100% todas sus propiedades saludables así como su sabor amargo y su característico color marrón, según explica el Dr. Ramón Estruch, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona y presidente del Comité Científico Observatorio del Cacao.
Conservar el chocolate en verano
Del chocolate, como hemos dicho, se puede disfrutar todo el año. El problema es cómo conservarlo para que su textura sea agradable y, principalmente, evitemos que esté derretido en verano. Pues bien, la clave para almacenar el chocolate es mantenerlo en un lugar seco y oscuro, lejos del exceso de calor, luz solar y aire, que pueden afectar la calidad del mismo.
Tal como indica Luis Riera, director técnico de Saia, consultoría en seguridad alimentaria y APPCC en Barcelona, «hay que colocarlo en el frigorífico porque hay mucha humedad y lo que se consigue es que el alimento se deteriore más rápidamente». Cuenta el experto que lo ideal para el chocolate es un lugar fresco y seco. «En verano, que hace más calor, la recomendación es que si no disponemos de ese lugar fresco y seco en nuestra cocina, lo metamos en la nevera lo más protegido posible de la humedad, por ejemplo con papel film, y dentro de un recipiente hermético».
La despensa: el mejor lugar
Hay algunos lugares pensados para el chocolate, como por ejemplo la despensa, que es siempre la mejor opción. Estos espacios suelen conservar las temperaturas ya que no reciben el sol directamente y los alimentos se conservan durante todo el año. Los expertos afirman que el chocolate debe guardarse en temperaturas entre los 15° y 18° C y en espacios donde la humedad sea menor de un 60%, lo cual reafirma el error de colocarlo en la nevera cuya temperatura va entre los 4° y 5° C.
Al guardarlo en la despensa, puedes optar por conservarlo de distintas formas. La primera de ellas es colocarlo en una bolsa hermética para que no entre demasiado aire, si la bolsa te resulta pequeña entonces corta el chocolate en trozos , así también podría ayudarte a no comer demasiado.
Existe otra opción y es la de guardarlo en un frasco de cristal. Siempre y cuando el chocolate se encuentre cerrado por completo y el frasco mantenga la temperatura, el chocolate sabrá a recién salido de producción.
Y si tu despensa tiene más humedad de la recomendada, prueba a envolverlo en papel de cocina. «El papel de cocina absorberá la humedad y evitará que la manteca del cacao suba a la superficie y se forme la capa blancuzca polvorosa que hemos visto en el chocolate», dice el experto.
Durante el verano también puedes congelar el chocolate, aunque no contará con la textura deseada seguramente al descongelarlo. Puedes coger el chocolate, colocarlo en una bolsa de cierre hermético y meterlo en el congelador, sin embargo, considera que es mejor haber enfriado el chocolate antes para evitar el cambio drástico de temperatura y debes de tratar de que la bolsa en la que lo coloques no tenga mucho aire.
Chocolate en el frigorífico
Todos alguna vez hemos metido la tableta de chocolate en el frigorífico, y todos hemos tardado en encontrar el sabor original del chocolate por la película blanquecina que se forma alrededor… Ese «velo» que se conoce como florecimiento de la grasa o «fat bloom» ocurre porque la composición de la grasa del chocolate hace que en estado solido su estructura esté formando cristales.
«No sería bueno meter estas tabletas en el frigorífico ya que una de las características del chocolate , que nos provoca placer, es que se funde con facilidad en nuestra boca. Esto pasa si el chocolate ha estado bien elaborado, bien conservado y lo degustamos a la temperatura adecuada. Además, cuando funde desprende todos los aromas y podemos apreciar el sabor en su máxima expresión», cuenta Luis Riera. Por lo que esta satisfacción no la tendríamos si consumimos este tipo de chocolate a baja temperatura.
Señala Luis Riera que los cambios en la conservación también tiene mucho que ver con la formulación de la capa blanca: «Si compramos un chocolate bien elaborado y bien conservado, su aspecto será liso, uniforme y brillante. Si el mismo chocolate ha estado mal conservado, su aspecto será mas blanquecino y su estructura habrá sufrido cambios de cristalización».
Si la despensa no te gusta y el chocolate con la capa blanquecina tampoco, la tecnóloga de alimentos Beatriz Robles también recomienda lo siguiente: «Si el chocolate no se va a poder conservar en un lugar a temperatura ambiente, es mejor que se envuelva bien o se ponga dentro de un envase para evitar esos cambios y condensaciones»