Hace 15 años no se leía una frase como esta: «La economía española sigue fuerte». Hubo una época en que era imposible encontrar una frase parecida en los informes del BCE, del FMI, de la Comisión Europea o en los numerosos análisis. A este propósito se pudo leer en El País el pasado 3 de junio:
«El último informe del FMI arrancaba precisamente con esa frase: ‘La economía española sigue fuerte’». Claudi Pérez nos ha recordado algunos datos que avalan la frase. «La inflación acaba de cerrar mayo en el 1,9% por debajo del 2%. El PIB cerró el año pasado por encima del 3% sin burbujas a la vista. El mercado de trabajo creó medio millón de empleos en 2024 y ninguna de las decenas de miles de catástrofes vaticinadas en los últimos tiempos termina de cumplirse. Mi armagedón favorito es ‘España va camino de un paro del 35%’, según aventuró algún apocalíptico; estamos en el 11% y a la baja. Se ha activado un círculo virtuoso que sale de unir la siguiente línea de puntos. Hecho: la economía crea empleo neto, incluso en sectores de alto valor añadido. Hecho: crece la productividad por hora. Hecho: los saldos exteriores de la balanza comercial son positivos. Y hecho: hay cierta recuperación del poder adquisitivo de los salarios. Busquen la última vez que esa constelación de hechos se redondeó como ahora».
«Según José María Ridao (Cuadernos de Malakoff. Galaxia Gutenberg, 2024), es en la ciénaga de la política donde hay que buscar los agujeros negros y las debilidades de la actual posición de España: esa de los políticos es la segunda parte de la historia, que convierte el azul del horizonte económico en un azuloscurocasinegro. Si un país no logra encontrar un camino hacia la renovación política e institucional, la permanencia de sus éxitos está en entredicho».
Pero Claudi Pérez sí reconoce que hay riesgos en el horizonte. La deuda pública va a la baja pero es excesiva y, cuando llegue la próxima crisis, España seguirá sufriendo por el flanco fiscal, por no haberse dotado de un colchón lo suficientemente mullido en tiempos de bonanza. Hay desigualdad, hay un altísimo riesgo de pobreza, la tasa de paro sigue siendo socialmente insoportable.
«Sin una Ley del Suelo no habrá solución a la crisis de la vivienda en España»
Por sólo citar la escasez de vivienda, Pedro Fernández Alén, presidente de la Fundación Laboral de la Construcción, declaró en mayo que respecto a la vivienda lo más inmediato y urgente pasa por desatascar la Ley del Suelo, al margen de colores políticos. Sin una Ley del Suelo no habrá solución a la crisis de la vivienda en España. La construcción tradicional no va a desaparecer nunca, pero mientras que las medianas o grandes empresas han utilizado mucho la industrialización sobre todo para infraestructuras y obra civil, hay mucha pequeña y mediana empresa que nunca ha visto la industrialización como una solución constructiva. El principal problema y el más urgente es la Ley de Suelo. Podemos hacer todo lo que queramos para intentar solucionar el problema de vivienda, pero su principal escollo es la Ley del Suelo.
Recuerdo con claridad haber oído decir a Pedro Sánchez que se comenzarían (ya hace dos años) a construir 350.000 viviendas en suelo público y hasta el momento el Estado no ha construido ni una sola vivienda. Pues nada: «La economía española sigue fuerte». Así es: en 2023 se produjeron en España 103.097 abortos y la fecundidad española es la más baja de Europa.
